TIPNIS: la conflictividad constante por intereses gubernamentales

Ronald Balderrama*

pelea-tipnis El TIPNIS tiene una importancia fundamental para la conservación ambiental en Bolivia debido a su gran riqueza en biodiversidad, comprende alrededor del 40% del patrimonio biológico del país, 1.700 especies de vertebrados que corresponden a casi el 50% del total del país, 300 especies de vertebrados amenazados, a la presencia de importantes cuencas hidrográficas, y a la existencia de extensos bosques naturales que cumplen una función de “sumidero de carbono”, aportando a controlar el “efecto invernadero”.

Lastimosamente en el territorio del TIPNIS el 2006 se registraron 1.451 hectáreas de coca (ilegales) y que en esas zonas ya habitan unas 2.5000 familias. Un estudio del PIEB (Programa de Investigación Estratégica de Bolivia) ha mostrado que entre 1976 al 2007 se perdieron aproximadamente 50.000 hectáreas de bosque primario por la conversión en suelos agrícolas, particularmente en la parte sur, cerca de municipios cocaleros como Villa Tunari. Hoy, los asentamientos cocaleros se han ampliado, constantemente estos hechos son denunciados, pero lastimosamente el sector cocalero está protegido y socapado por el actual gobierno.



La masacre de Chaparina: un antecedente para no perdonar

El dirigente indígena Adolfo Chávez, afirmó y reforzó la idea de que los principales mandatarios de Estado fueron los que ordenaron la intervención, Sacha Llorenti no dijo nunca nada sobre quien dio la orden de reprimir violentamente a los marchistas del TIPNIS, más bien fue premiado con un cargo y mandado a los EE.UU. Existe una serie de funcionarios que han sido cómplices de un hecho tan negativo como fue la vulneración a los derechos humanos de los marchistas del TIPNIS, hecho que jamás tuvo sanciones.

Lastimosamente la justicia boliviana tiene serios cuestionamientos en su actuar como en su imparcialidad, éste elemento contribuye a que no exista hasta el día de hoy un informe claro de quién fue el responsable e ideólogo de usar la violencia exagerada contra la población boliviana

Recordatorio

El 15 de febrero de 2011, el Estado Plurinacional de Bolivia y el Bndes (Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social) de Brasil, suscribieron el Contrato de Colaboración Financiera N. 10219991 por 332 millones de dólares, destinados al financiamiento del Proyecto Carretero Villa Tunari – San Ignacio de Moxos.

Según los informes de prensa de ese entonces, la Ministra de Planificación del Desarrollo Viviana Caro informó que la obra de 306 kilómetros demandará una inversión total de 415 millones de dólares. El 80 por ciento del costo será cubierto con el crédito brasileño y el Estado boliviano aportará los 83 millones de dólares restantes. El proyecto considera que la carretera de vinculación entre Cochabamba y Beni constará de tres tramos; el primero entre Villa Tunari e Isinuta (47 kilómetros), el segundo entre Isinuta y Monte Grande (177 kilómetros) y el tercero entre Monte Grande y San Ignacio de Moxos (82 kilómetros).

Dato histórico

El Territorio Indígena y Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) ubicado entre los departamentos de Beni y Cochabamba posee doble categoría de protección: desde 1965es un parque nacional y a partir de la “marcha por el territorio y la dignidad” de 1990 es un territorio indígena donde habitan ancestralmente los pueblos moxeño, yuracaré y chimane en 64 comunidades con una población de aproximadamente 6.000 habitantes.

Dato legal

El Artículo 352 de la nueva Constitución Política de Bolivia, indica que el Estado debe consultar a los pueblos indígenas de manera libre, previa e informada antes de explotar recursos naturales o construir mega infraestructuras en sus territorios ancestrales.

El epicentro del problema

El diseño del II trazo de la carretera proyectada atraviesa el TIPNIS afectando bosques naturales y zonas de alta fragilidad, por lo que, según la opinión de especialistas, su impacto sobre la biodiversidad, los valores naturales del parque y los pueblos indígenas que lo habitan será irreversible. Por estas razones, la población de los tres pueblos indígenas ha manifestado reiteradamente su total rechazo al proyecto.

La supuesta “modernización” que se oferta con la carretera simplemente destruirá pueblos y sociedades, formas de vida; los indígenas han decidido no asumir los costos del progreso, por eso la batalla final por el TIPNIS.

La “consulta” trucha realizada por el gobierno

La Comisión compuesta por representantes de la APDHB, la Iglesia católica y la FIDH, a solicitud de dirigentes democráticamente elegidos del TIPNIS, como son Fernando Vargas y Bertha Bejarano, estuvo en unas 36 comunidades para verificar los resultados y procedimientos empleados por el gobierno en dicha “consulta”.

La primera constatación: 30 comunidades de las 36 se opusieron a la carretera. Luego se informó de una serie de irregularidades; “La consulta no puede ser considerada como un proceso de consulta, sino solamente como reuniones comunales, considerando que en algunas comunidades se realizaron sólo reuniones con algunas familias sin la presencia de corregidores y, en el peor de los casos, reuniones fuera de las comunidades”.

Los brigadistas entraban con regalos y ofrecieron proyectos a por lo menos 35 comunidades del TIPNIS, haciendo firmar a los indígenas las actas que decían que estaban a favor de la construcción de la carretera cuando ellos dijeron que no.

El vicepresidente García Linera lanzó un discurso incendiario en que hablaba de que “hay gente que quiere que los habitantes del TIPNIS sigan viviendo como animalitos, que “es hora de que ellos se desarrollen como cualquier otro boliviano” y que “180 años de olvido para los pueblos amazónicos se terminan con Evo Morales”. Un discurso discriminador que fue calificado de “Lapsus voluntarius”.

El informe de Rolando Villenas, Defensor del Pueblo, mencionó “La consulta instruida y ejecutada en el TIPNIS se realizó de manera unilateral, sin la coordinación y el respaldo de las naciones indígenas dueñas de ese territorio, y desde una perspectiva autoritaria y colonialista, sin el menor respeto por los principios constitucionales que reconocen una serie de derechos de las naciones indígenas sobre su territorio”.

El escenario actual

El enfrentamiento registrado en el TIPNIS entre indígenas surgió tras los azotes que recibió Gumercindo Pradel, líder del Conisur, grupo afín a Evo Morales. Dirigentes de la subcentral irrumpieron en la reunión del Conisur, que busca hacer viable la ruta. Indígenas denuncian asedio militar en el parque Isiboro Sécure.

El hecho ocurrió en San Pablo del Isiboro, masistas pretendían desconocer a dirigentes de la octava y novena marcha. El líder del Conisur fue azotado y expulsado. Nuni denuncia cerco militar en el parque. Hurtado acusa a la Gobernación beniana.

Opinión

La gestión política del gobierno de Evo Morales tiene serios cuestionamientos desde diversas aristas que se planteen, haber transgredido y violado los derechos humanos es la principal causa para manifestar y argumentar que el llamado proceso de cambio fue desastroso, haber utilizado la intimidación, la violencia, la persecución, de una manera autoritaria, intolerante y denigrar a una infinidad de personas, evidencia un gobierno antidemocrático.

Existen estudios que tratan de manejar una imparcialidad al momento de hablar sobre la gestión de Morales, si bien cada proceso político de gobierno que ha acontecido desde la fundación de la República tiene en su seno luces y sombras, hoy manifiesto las sombras que pareciesen ser más que las luces que acuña este gobierno.

La represión indígena acontecida en Chaparina, los constantes amedrentamientos que se originan en la región del TIPNIS, las peleas que hoy acontecen, son clara muestra de un ineficiencia desde el Estado por solucionar dichos problemas. El problema de la invasión de cocaleros al TIPNIS no es tema reciente, ya que en gobiernos anteriores se manifestaba dicho problema, lo que sí llama la atención y genera malestar es que el líder máximo del sector cocalero sea el mismo Presidente del Estado, quien favorece a su sector y utiliza todos los recursos estatales para consagrar sus intereses, por un lado la carretera y por el otro el asentamiento y crecimiento de hectáreas de coca ilegal.

Por si fuera poco la historia misma a estado siendo tergiversada constantemente, y a la vez el pasado queriendo ser borrado de la mente de los bolivianos, se ha construido un simbolismo demagógico que raya de lo racional, a lo ridículo, el último acto realizado evidencia claramente que el celebrado año nuevo aymara fue fusionado a la mala con el sector amazónico, este hecho fortifica mas la idea de una cultura que trata de imponerse sobre otra, cuando en la realidad son culturas tan distintas en todas sus formas vivenciales.

La manipulación mediática con la que trabaja el gobierno es una muestra fehaciente de utilización perversa de medios y recursos, sin que nadie pueda controlar o poner un límite a estos excesos, el sentido común ha sido aplastado, la legalidad pisoteada, el amedrentamiento establecido y la persecución validada.

Los escenarios que hoy se observar son negativos en muchos sentidos, pese a las leyes que ansiosamente tratan de promulgar en la Asamblea Legislativa, la aplicabilidad aún carece de medios, se escucha de asesinatos, feminicidios, de chantajes y extorciones incluso del aparato judicial, retardación de justicia, cárceles donde los reos tienen privilegios, y donde la política se llena de acusaciones y procesos en desmedro del país y de una sociedad que cada vez se vuelva más indiferente ante lo que ve y vive en el día a día.

Y cuando la indiferencia se establece, el miedo se asienta, el tirano o dictador engendra un Estado donde las libertades son reprimidas y la peor de las atrocidades son cometidas a nombre de una revolución ilusa.

Estimado lector: ¿Qué sentimiento le provoca ver las peleas que se registran en el TIPNIS, conocer que el fondo del asunto es por sembrar mas coca ilegal, justificar una construcción de una carretera que destruirá un parque ecológico mundial; esperaba usted que éste era el cambio prometido?

*Politólogo