Sagaz. He patentado mi propia marca de cosméticos y, entre mis planes a futuro, no descarto la opción de abrir una fábrica en Santa Cruz. En octubre estaré en Bolivia un mes y evaluaré los avances de algunas negociaciones.
Lo logré, pero pagué un precio muy alto. Todos los que salen de su país pagan el precio de alejarse de los suyos. Algunos vuelven a ver a su familia después de años o décadas… Y existen casos de los que no se ven nunca más. Así me ocurrió. Durante 10 años no pude tener papeles y por ese motivo no pude salir de este país para estar al lado de mi padre cuando falleció. No me despedí de él y eso vivirá conmigo para siempre”.
Dice Cynthia que si sales de tu pueblo tiene que valer la pena. Siempre tuve claro que mi sacrificio debía ser por algo grande, importante… también tienes que tener disciplina, adaptarte al ritmo acelerado de este sistema y ser completamente independiente. Esto sumado a la capacitación y trabajo continuo, resultará en éxito.
Primeros pasos
Hace 18 años Cynthia salió de Bolivia animada por el deseo de cambiar su vida. Terminaba de pasar por un divorcio y la propuesta del entonces presidente de YPFB, Mauricio González, para trabajar en la oficina de la petrolera en Houston, Texas, le pareció la oportunidad que estaba esperando. Todo estuvo bien un tiempo, pero con la capitalización la subsidiaria cerró y Cynthia se quedó sin trabajo. En ese momento comenzó su verdadera historia.
Se dijo a sí misma “no he venido hasta acá por poca cosa, haré algo ligado a lo que siempre me gustó pero diferente”. Comenzó vendiendo ataúdes y decidió capacitarse para maquillar cadáveres. A su instituto ingresaron 60 alumnos y se graduaron apenas 12. “A medida que veían de qué se trataba no aguantaban y desertaban”, cuenta entre risas. “Yo lo superé, pero es irónico, porque en Bolivia no iba ni a velorios porque era ‘miedosísima’. Cuando me gradué trabajé en una empresa que atendía como 90 funerales al mes. Mi jornada era de 8 horas, maquillaba hasta 8 difuntos al día y en ese ritmo estuve durante casi 4 años, pero valía la pena porque ganaba muy bien”.
Cynthia cuenta que así entendió el valor de la vida y conoció las necesidades de la gente. El impacto sicológico de su trabajo la hizo tomar la decisión de cambiar el rumbo nuevamente.
Ingresó como voluntaria al Hospital MD Anderson Cáncer Center y allí la suerte le permitió conocer a un cirujano famoso que le sugirió ampliar sus conocimientos y capacitarse en estética, con la promesa de darle trabajo. Y así lo hizo.
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Rumbo a la independencia
Luego de poco más de un año de estudios, Cinthya se dedicó a tratamientos de rejuvenecimiento y reconstrucción de pieles dañadas por el acné, manchas y secuelas de quemados. En ese tiempo también tomó clases de venta y la representación de la línea polonesa de productos de belleza “Dra. Eris” y luego de tres años vendiendo cremas para las arrugas, manchas y cicatrices, estaba relacionada con importantes dermatólogos y cirujanos plásticos del medio. Este era el primer paso para convertirse en una maquilladora internacional, consentida de los ricos y famosos.
Una llamada la condujo hacia su destino
Su hermano, desde el estado de Virginia, le dijo: “¡Cynthia, vení a vivir conmigo!” Así lo hizo. Y el amor fraternal la llevó hacia el hombre con el que se casaría. En Maryland conoció a Alí Sadri, un iraní estadounidense que le propuso matrimonio en 4 meses. Y ella aceptó, seducida por su personalidad, su aplomo, su cariño y profundo respeto; sentimientos que ahora, con diez de casada, Cynthia ama y valora.
Las cosas cambiaron favorablemente para Cynthia, ya tenía un compañero, de esa manera resolvió su problema legal y prosperaba en lo económico. Pero no dejó de trabajar. Continuó en lo suyo, en lo que la apasiona, siguió maquillando y vendiendo productos, hasta que hace poco más de un año, en 2011, decidió tener su propia línea.
Con el apoyo de Alí viajó a Nueva york y visitó los Laboratorios NY, que fabrica para muchas marcas conocidas. Acompañada de su experiencia, como mejor respaldo, hizo su requerimiento, solicitó muestras, eligió envases y creó la marca Ziba Skin Care, que en el idioma farsi de su marido significa “bello”
Hoy Cynthia es una destacada médico esteticista en Estados Unidos, atiende a celebridades de la talla de cantantes latinos como Olga Tañón, Carlos Ponce y Paulina Rubio, así como otras figuras del cine y la televisión como Andy García, Natalie Cole hija del famoso cantautor norteamericano Nat King Cole y Linda Carter, protagonista de la serie La Mujer Maravilla.
No contenta con esto, Cynthia creó “Ziba producciones”, una productora de eventos que está organizando, con el apoyo de otras instituciones, “Miss Señora Latina 2013”.
Se trata de un concurso de belleza que se realizará el próximo mes de octubre y que reunirá latinas hermosas que superan los 35 años.
Un sueño más
“Quiero comprar una casa para montar una escuela-albergue donde pueda enseñar a mujeres necesitadas todas las técnicas que aprendí y que me permitieron superarme en la vida”.
Fuente: www.eldeber.com.bo