Recuerda que son 600 los exiliado bolivianos en el régimen de Evo Morales. Fue acusado de formar parte de la red de extorsión. Culpa a la ministra de Justicia de haber armado todo contra él.
Rocha asiste a terapias para ‘controlar su rabia’
El expresidente del Tribunal de Justicia de Santa Cruz habla en el exilio. Justicia. Fue acusado de formar parte de la red de extorsión. Culpa a la ministra Cecilia Ayllón de haber armado todo contra él.
EL DÍA
Ref. Fotografia: En Colombia. Ariel Rocha luce más delgado que en Bolivia. Se presentó en el periódico a decir su verdad.
Mario Ariel Rocha recorre Cali, Colombia, a diario con una carpeta de documentos tan pesada como un saco de boxeo. Para llevar esos papeles aquí y allá se requiere apoyarlos sobre el revés de los dos brazos, asegurarlos contra el pecho, caminar lentamente. Son tantos que en el asiento trasero de un carro se desparraman sin que nadie más se pueda sentar. "Es mi defensa", explica al periódico colombiano El País.com.co.
El hombre, acusado en Bolivia, de pertenecer a una red de funcionarios de la justicia y del gobierno que se dedica a extorsionar presos a cambio de otorgarles la libertad o ciertos beneficios, asiste a terapias con un psiquiatra.
Dice que no está loco. "No es que esté loco, aclara, las terapias son para aprender a controlar la rabia. Mario Ariel Rocha es un tipo molesto con la justicia boliviana.
"Lo que han hecho conmigo es una infamia. Han allanado mi casa, han allanado mi oficina, violando mil normas. No hay precedentes jurídicos. En Bolivia somos 600 los exiliados. De los 600, solo uno ha salido a la palestra: yo. Porque yo tengo la verdad. Yo le quiero demostrar al presidente Evo Morales que mi caso es una total injusticia. Soy inocente.
Desde que lo acusaron de pertenecer a la red de extorsionadores, no solo perdió su trabajo como presidente del Tribunal Departamental de Santa Cruz de la Sierra –ha sido el presidente más joven en la historia del Tribunal, tiene 39 años- no solo dejó su ciudad, la familia, proyectos políticos, sino que se interrumpió lo que ha venido buscando con insistencia junto con su esposa, Vanessa Bertón: un bebé.
No tenemos hijos. Estábamos en un tratamiento. Tenemos 11 años de venirlo intentando. Ella tuvo una pérdida debido a los trajines que hemos vivido. Estábamos con el in vitro ya en curso.
Rocha había hecho una especie de trato con Dios: Yo saco de las calles de Santa Cruz a tres mil niños, tú me das un hijo. El proyecto para sacar a los niños de la calle también estaba en curso antes de la acusación. Buscaba la ayuda del Estado.
Dice que lo quieren matar. Rocha llega a El País con su carpeta, recién afeitado y vestido de traje negro y camisa de rayas rojas. Sobre su cuello cuelgan lo que de lejos parecen ser dos rosarios. Quizá los tenga como amuleto de protección. Rocha es católico, está seguro de que en Bolivia, lo quieren matar. Culpa a la ministra de Justicia, Cecilia Ayllón, de todo lo que le está pasando.
Internación
Orden de salida de Isabelino se hace esperar
Desesperado. Así se encuentra el exfiscal de distrito de Santa Cruz, Isabelino Gómez, porque está esperando en la cárcel de Palmasola que se tramite su internación en el hospital San Juan de Dios, pero la orden no sale desde el pasado miércoles.
Involucrado en la presunta red de extorsión que también implica a los exabogados del Ministerio de Gobierno, Gómez tiene diabetes y trombosis, según su abogado Osvaldo Rivera.
"Me tienen como pelota de ping pong de la sala penal al juzgado de la doctora Estrella Montaño", dijo ayer molesto, su abogado Oswaldo Rivera.
Señaló que durante este tiempo su situación ha empeorado y sus piernas se han reventado debido a un problema de mala circulación de la sangre. Se espera que hoy en la mañana la juez Estrella Montaño firme su orden de internación.