Pedruscos idiomáticos

Manfredo Kempff Suárez

manfredokempff21_thumb Por la agobiante propaganda ya sabemos lo que quiere ser el socialismo del Siglo XXI, pero la verdad es que no está lo suficientemente explicado como para que la gente común lo entienda. Se trata de un neosocialismo que quiere reemplazar al neoliberalismo, porque dice ser mejor, más eficiente, más honrado y patriótico, aunque navega en un mar de confusiones ideológicas, prácticas y semánticas que lo hacen incomprensible.

La razón de todo esto está en que sus ideólogos y portavoces (Chávez, Maduro, Ortega, Morales, Correa, Kirchner), tienen o una incontinencia verbal que lanza ideas a troche y moche antes de pensar – el ejemplo fue el finado Hugo Chávez – o de lo contrario verdaderos pedruscos idiomáticos, como es el caso palpable de S.E. Sea por la verborrea frenética o por la dificultad de expresión, lo cierto es que los socialistas del siglo XXI caen en grandes contradicciones y no se dejan entender porque así como atropellan la justicia, la oposición y la prensa, arrasan con el idioma.



No sabemos si nuestros niños y jóvenes están siendo educados para entender este nuevo lenguaje que está surgiendo en Bolivia y en la región. El idioma críptico transmitido de los celulares y demás adminículos electrónicos, que asesinan la gramática, parecen ir de la mano con las ideas laberínticas de los gobernantes populistas. Nuestra juventud se comunica hoy con mensajes incompletos, simples, con dudosos acertijos, al igual que el vocabulario pobre y vulgar de una gran parte de los mandatarios latinoamericanos.

En el caso de S. E., tratar de comprenderle es muy dificultoso porque no concluye sus oraciones, deja a medias sus ideas, y pasa de un tema a otro sin hacer siquiera una pausa. Eso de que suprima los artículos, confunde todavía más. Es entendible y hasta tolerable porque S.E. no ha necesitado más de doscientas palabras en castellano para ser líder en los sindicatos de la coca, pero lo que pasa es que eso es insuficiente para ser presidente de una nación.

Con muy pocas excepciones, todos los líderes masistas tienen el mismo problema de S.E. En La Paz como en Santa Cruz, se ha creado un nuevo idioma: el de los mandamases. Es el idioma de la nebulosa, de la duda. Da la impresión que esta gente hablara de manera confusa y torpe a propósito, para no decir nada, porque nada tiene que decir; pero no, el problema es que no entiende el uso correcto de las palabras y eso es incorregible, no tiene remedio.