Censo: fracasó el proceso de cambio

GRAFICO INE Más allá del debate sobre la demografía de los departamentos y la misteriosa “desaparición” de más de 360.000 ciudadanos, un análisis pormenorizado de las cifras sociales del Censo revela que el tan mentado “proceso de cambio” no ha tenido lugar, ya que los avances en desarrollo humano han sido menores en el actual ciclo estatista que en el denostado periodo “neoliberal”.

Aún con una renta petrolera cinco veces mayor -debida a los altos precios internacionales de los hidrocarburos y a la Ley del IDH (año 2005) que Evo Morales no acompañó-, los resultados sociales de los últimos años son más bien magros.

Una muestra de esto es la tasa de asistencia escolar, que en el periodo entre los censos de 1992 y 2001 (nueve años) creció de 72,32% a 79,71% (7,39 puntos porcentuales), contra un crecimiento mucho menor en el periodo 2001-2012 (once años, la mayoría bajo hegemonía del MAS), de 79,71% a 83,54% (apenas 3,83 puntos porcentuales).



La tasa de crecimiento anual de la asistencia escolar entre los censos de 1992 y 2001 fue de 0,82%, mientras que en la era neopopulista se redujo a 0,34%.

Esto indicaría, como bien señala el analista Humberto Vacaflor, que la política “neoliberal” del desayuno escolar fue mucho más efectiva para atraer a los niños a los centros de estudio que el bono Juancito Pinto.

¿A dónde se van, entonces, los ingentes fondos que el país recibe de la renta petrolera? A proyectos de megalomanía estatal, desde la compra de aviones de lujo hasta la construcción de un nuevo palacio presidencial, pasando por un museo en honor al mandatario cocalero en su pueblo natal de Orinoca, la compra de una estatua para Buenos Aires, un satélite chino y una miríada de canchas de césped sintético. En síntesis: al despilfarro.

Mientras tanto, la inversión en educación, la única que servirá para darle un futuro de esperanza a Bolivia más allá de la pasajera bonanza externa, languidece en el abandono…

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