Cuidado que se caen…


Johnny Melgar Castedo*

JMC La reciente publicación de una separata en los periódicos El Deber, La Razón y Los Tiempos sobre “Las Nuevas Mentiras de los Separatistas” es una señal que las cosas no van bien al interior del partido de gobierno. No va bien, porque el gobierno necesita desesperadamente revertir la opinión del público sobre el supuesto Caso de Terrorismo que se ha dado cuenta que fue un vulgar montaje por parte del gobierno, al igual que el Caso Porvenir y el Caso Gastos Reservados. Instrumentos utilizados para la persecución de sus adversarios políticos. Su preocupación es por la constante y continua caída de su credibilidad que lamentablemente se va reflejar en el 2014 en votos.

Se dice que la credibilidad es la capacidad de ser creíble, que lo que se expresa tenga un hilo conductor entre lo que se dice y lo que se hace. No se puede tener credibilidad sin proyectar confianza y veracidad.



La credibilidad está estrechamente ligada a la verdad, cuando se demuestra que se transmite verdad se gana credibilidad. Cuando se sorprende a los políticos faltando a la verdad, difícilmente lograran nuevamente la credibilidad, sobre todo cuando han sido recurrentes y sin una base de sustentación creíble. Se dice que en política la credibilidad es un valor imprescindible y valioso. Un país sin credibilidad es un país al borde del abismo y de la anarquía.

Pues bien, este es el mal que aqueja al partido de gobierno “la falta de credibilidad” en todos sus niveles, desde el Presidente hasta los funcionarios de más bajo rango, y esto lo saben porque se refleja en sus encuesta que periódicamente hacen. La Ministra de Comunicaciones Amanda Dávila recientemente ha publicado las cifras millonarias que gasta este gobierno en publicidad para tratar de mostrar un gobierno eficiente, cuando en realidad es totalmente lo contrario. Igualmente el Ministerio de Gobierno en su afán de revertir la opinión del público, gasta recursos de nuestros impuestos para publicar una separata sobre el Caso Terrorismo que a estas alturas ya no puede cambiar la opinión del público, porque se ha dado cuenta que todo esto es una farsa y un vulgar montaje para perseguir a sus adversarios políticos.

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Finalmente podemos resumir que a mayor credibilidad, mayor es el caudal de votos, y a menor credibilidad, menor serán los votos. Esto es lo que realmente le está quitando el sueño a nuestro Presidente.

*Master en Derecho Constitucional


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