El Gran Chaco Americano busca la unidad para no desaparecer

Chaco, lo que hace un total de 1.968 hectáreas por día. En los últimos diez años se perdió el 50% del bosque y con ello 1.400 tipos de plantas como el quebracho, urundey, lapacho, curupay, timbó, varias lauráceas, el guayacán, palo santo y más de 800 especies de animales.

image El Gran Chaco Americano en tres países. Infografía: La Razón.

La Razón / Wilma Pérez / La Paz



La lucha para evitar que los recursos naturales del Gran Chaco Americano no desaparezcan comenzó en Buenos Aires. La formación de una red municipal para unir demandas y la apertura de canales de diálogo con los gobiernos son algunas de las determinaciones.

En el II Encuentro Mundial del Gran Chaco Americano, que se realizó del 19 al 21 de septiembre en la capital argentina, representantes de municipios, regiones autónomas, etnias y organizaciones de Bolivia, Paraguay y Argentina unieron sus voces para denunciar que la frontera agrícola y explotación de los recursos no renovables destruyen su hogar.

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“Todavía hay vida en el Chaco; pero si no encaramos ahora la protección de nuestro territorio, la lucha estará perdida y desaparecerán los pueblos indígenas y toda la riqueza natural”, dijo Tomás Cruz, indígena guaraní de Paraguay. En tres días de debates, exposiciones y entrega de informes salió a la luz el dato de que cada hora se depredan 82 hectáreas de bosque del

Chaco, lo que hace un total de 1.968 hectáreas por día. En los últimos diez años se perdió el 50% del bosque y con ello 1.400 tipos de plantas como el quebracho, urundey, lapacho, curupay, timbó, varias lauráceas, el guayacán, palo santo y más de 800 especies de animales como yuracaré, lagarto, garza están el peligro de extinción.

En el evento se instalaron tres mesas de trabajo (Acceso al Agua, Economía Chaqueña y Cambio Climático). El resumen de las conclusiones es que todas las recomendaciones deben llegar a los gobiernos para que ayuden a preservar el Gran Chaco, articular los pueblos indígenas, impulsar el conocimiento técnico para una mayor producción ecológica, diseñar estrategias para mitigar los impactos del cambio climático, exigir acceso al agua y otros servicios básicos, y rechazar la política de la exploración y explotación de recursos hidrocarburíferos.

La creación de la Red Municipal del Chaco, que unirá a los siete millones de habitantes de esa región, fue propuesta por los representantes bolivianos y fue aceptada. “Este de-safío que estamos emprendiendo debe ser de conocimiento de los gobiernos de Bolivia, Argentina y Paraguay para que nos ayuden a preservar la riqueza que tenemos y solo lo haremos a través de la Red Municipal”, dijo Celso Padilla, dirigente boliviano de los pueblos indígenas.

En esa línea, Nora Elsa Cruz, de Santiago del Estero (Argentina), indicó que la fortaleza de los pueblos del Chaco se basa en la unión. “El problema es que por temas limítrofes nos dispersamos, pero todos estamos enfrentando la deforestación que ha hecho que cambie el comportamiento del clima. Es hora de actuar convocando a los gobernantes a participar en esta lucha”.

Crecencio Cáceres, del pueblo guaraní de Paraguay, denunció que la tala de árboles para la siembra de la soja no sólo está quitando el sustento de los habitantes y la supervivencia de animales y plantas, “también está arrinconando a las etnias que están en peligro de desaparecer con toda su cultura. Es por eso que debemos concretar la unión del Chaco”.

En Bolivia aprovechan hasta las gotas de lluvia

image Clases. Mujeres guaraníes enseñan en Buenos Aires el arte de tejer.

La sequía es el principal problema que enfrentan los habitantes del Chaco boliviano. Para contrarrestar esta situación, los comunarios se organizan y aprovechan cada gota de lluvia para cosechar el agua.

Horacio Zambaquiri, presidente del Concejo Municipal de Charagua (Santa Cruz) e indígena guaraní, quien estuvo en el evento de Argentina, aseveró que la falta de agua pone en peligro la subsistencia de la población.

“Cada año se agudiza más la falta de agua y para enfrentar los meses de sequía construimos tanques, aljibes y atajados que aprovechan cada gota de lluvia y se almacena el agua que usamos para el aseo personal, consumo de animales e incluso, en algunas comunidades, para preparar los alimentos”, dijo Zambaquiri.

El indígena es uno de los impulsores para la construcción de reservorios de agua en los municipios chaqueños de Santa Cruz (Cabezas, Lagunillas, Camiri, Charagua, Cuevo, Boyuibe y Gutiérrez).

Por similar situación pasan los cuatro municipios de Tarija (Yacuiba, Caraparí Villamontes y Entre Ríos). El dirigente Luis Cáceres, otro de los participantes en el encuentro, informó que para la cosecha de agua los aljibes deben ser llenados por cisternas.

“Lamentablemente hay poco apoyo para construir los reservorios y no podemos perforar el suelo, porque además de las corrientes de agua dulce hay recursos hidrocarburíferos”, indicó

En Chuquisaca, la cosecha de agua recién empieza en Huacaya, Macharetí, Muyupampa, Huacareta y Monteagudo. Alcira Peña, mujer guaraní, dijo que en Macharetí hay unos 20 atajados. “Poco nos sirven, porque la tierra está seca y no se acumula nada”.

Tres países comparten la región

  • Extensión

Es una región biogeográfica que tiene 1,1 millones de kilómetros cuadrados y es compartida por Argentina, Bolivia y Paraguay. Es el área boscosa más grande del continente después del Amazonas.

  • Población

Se estima que la población del Chaco es de  siete millones de personas que viven en poblaciones urbanas, rurales  y en una de   las 20 etnias originarias de  la región.

  • Recursos

El territorio tiene una variedad de fauna (jaguar, tapir, oso hormiguero, pecarí, mono aullador) y flora (algarrobo y quebracho). Los ríos Paraná, Paraguay, Pilcomayo y Bermejo bañan el lugar, y en su subsuelo se esconden reservas de agua dulce y de hidrocarburos.

‘Es el inicio de la unión’

“Este encuentro es el inicio de nuestra unión como Gran Chaco, sin fronteras que nos dividan. Hablamos un mismo idioma, tenemos una relación buena entre los pueblos y nos estamos conociendo mejor para plantear el problema, que es uno solo: cómo enfrentar la depredación de nuestra tierra. Debemos hacer conocer a los gobernantes cómo somos afectados con la deforestación”.

Ariel Molina, municipio de RivadaVia (Argentina)

‘Tenemos un solo objetivo’

Los problemas que enfrentamos, la sequía, tala de árboles, inundación del Pilcomayo, son los mismos en todas las comunidades del Gran Chaco. Este encuentro nos está uniendo mucho más y al conversar entre nosotros nos damos cuenta de que vivimos en la pobreza porque la riqueza atrajo al de afuera. Ahora tenemos un solo objetivo: buscar una solución juntos y recuperar nuestras tierras”.

Julio Jaimes, departamento de Boquerón (Paraguay)

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