Según el más reciente reporte del Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación general de enero a septiembre de 2013, llegó a 5,65 por ciento, en ese marco, el cálculo de la Fundación Jubileo en cuanto a la inflación para los pobres demuestra que ésta reportó un alza de 7,04 por ciento en el mismo periodo.
Para los pobres, la variación acumulada del Índice de Precios al Consumidor (IPC) fue mayor, por lo que se alcanzó el porcentaje de 7,04 por ciento. Para el cálculo de este dato, Jubileo tomó en cuenta que la composición del gasto de los hogares más pobres es diferente al promedio general establecido por el INE.
El Gobierno proyectó una inflación general para todo el año de 4,8%; pero, para los pobres, la inflación ya superó esa meta en 2,2 puntos porcentuales. En septiembre, el incremento en el precio de alimentos fue de 3,93%, el más alto del año, siendo que el precio mensual de los alimentos, en septiembre, superó al nivel de precios alcanzado en el mes anterior y es la tercera más alta desde el cambio de base del IPC, afectando sobre todo a los más pobres.
Para los pobres, la variación acumulada de su Índice de Precios al Consumidor es superior al promedio general en 1,4 puntos porcentuales, hasta septiembre.
En ese marco, la inflación de alimentos que a nivel general alcanzó el 3,93% y la variación de precios acumulada llegó, en el caso de los alimentos, a 11,11% durante el año, cifra que duplica al promedio general de inflación que fue de 5,65%. Para los pobres la composición del gasto de los hogares demuestra que mientras más pobre es un hogar, mayor es su proporción de gasto en alimentos (los hogares pobres destinan más de 50% de sus ingresos a la compra de alimentos). Por esta razón, la inflación de los pobres es explicada fundamentalmente por la variación de precios de alimentos y bebidas.
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Mientras el promedio general de la inflación de septiembre fue de 1,36%, para los hogares pobres fue mayor, registrándose una variación de 2,03%.
Cabe mencionar que durante el periodo en el que los precios de los alimentos se incrementan, las personas consumen menos alimentos al día u optan por alimentos más baratos y menos nutritivos, que desencadena en el incremento del riesgo de la malnutrición.
Fuente: Gigavisión, Fides
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