El aumento del narcotráfico en Bolivia es identificado por la opositora CN como la principal causa de la inseguridad y violencia en el país y por ello exigen a las autoridades del Gobierno asumir medidas de hecho frente a ese flagelo.
CN exige combatir narcotráfico y MAS pide propuestas a clérigos
EL DIARIO, La Paz
Durante el primer semestre de 2013, la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico logró incautar 9.16 toneladas de pasta base de cocaína, 0.57 toneladas de clorhidrato de cocaína con un total de 9.73 tn de droga intervenida en el país. Pese a las cifras Bolivia es declarada como país de tránsito de drogas.
El creciente tráfico de drogas en Bolivia es identificado por la opositora Convergencia Nacional (CN) como la principal causa de la inseguridad y violencia en el país y por ello exigen a las autoridades del Gobierno asumir medidas de hecho frente a ese flagelo. Este pedido surge luego de conocerse un adelanto del informe de la Asamblea de Obispos de la Iglesia Católica que advirtió el crecimiento del narcotráfico en el país; sin embargo, el oficialismo reacciona reprochando a los clérigos y les piden “propuestas” para emprender esa tarea.
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El jefe de bancada de Convergencia Nacional (CN), Adrián Oliva, dijo a Panamericana que el Gobierno no tiene intenciones para abordar el tema, porque continúa impulsando beneficios para el sector cocalero que es, de alguna forma, la que provee materia prima al narcotráfico.
“No se trata de atacar las consecuencias sino las causas de la inseguridad ciudadana y la violencia que está en el narcotráfico”, dijo.
Precisamente la violencia relacionada a este mal social se evidencia en la creciente ola de ajustes de cuentas y secuestros registrados en 2013, especialmente en Santa Cruz.
Según la diputada Norma Piérola, no existen avances en la lucha antinarcóticos en Bolivia y a pesar de los datos ofrecidos por el Gobierno en interdicción y erradicación la imagen del país y el régimen va marcándose con este estigma a tal grado que hasta para el concurso de Miss Universo, cadenas internacionales hacen mofa mostrando a la representación boliviana como consumidora de pasta base.
“Que dejen de mentir al país sobre la supuesta lucha antinartcóticos que dicen que están desarrollando”, reprochó y pidió que el mandatario Evo Morales dé muestras de alejándose del cargo de presidente de las seis federaciones de productores de coca del trópico de Cochabamba.
Por su parte, la jefa de bancada en Diputados por el Movimiento Al Socialismo (MAS), Flora Aguilar, manifestó que la voz de la Iglesia Católica no debe politizarse y ante los cuestionamientos emitidos pidió propuestas y colaboración para acabar con el flagelo del narcotráfico.
“Ojalá de esta reunión saquen una propuesta para coadyuvar, para ayudar al Gobierno, para poder hacer esa lucha frontal contra el narcotráfico, no sólo el Gobierno, sino también con ellos, entonces ojalá salga esa propuesta y que no lo politicen”, declaró Aguilar a la agencia ANF.
El jueves, la Conferencia Episcopal de Bolivia (CEB) a través de monseñor Óscar Aparicio, dio a conocer su preocupación por la ola de violencia y crecimiento del narcotráfico que atenta contra la seguridad e integridad de la sociedad boliviana.
“Denunciamos el peligroso crecimiento de este mal que amenaza con socavar las estructuras de la sociedad sembrando dolor y muerte. El narcotráfico, así como la producción de cocaína, al ser actividades que se lucran de la muerte, están en contra de los principios básicos de la moral y la ética que nos van empujando a una espiral de violencia y muerte con efectos perversos, que no pueden ser ignorados o permitidos en una sociedad, porque ella misma comenzará a sufrir las consecuencias de este círculo inmoral y mortal”, señaló Aparicio.
Sobre la violencia cada vez más recurrente en las ciudades del país, el clérigo hizo hincapié en la desvalorización de la vida humana. “Vivimos tiempos cada vez más difíciles en los que preocupa el nivel de violencia que va creciendo y el desprecio por la vida humana, que tiene como base el afán de buscar intereses personales y bienes de la tierra. Hechos como éste reclaman de forma ineludible una mayor participación de la sociedad civil y un respeto a la institucionalidad, constatan la evidencia de lo que venimos denunciando desde hace tiempo: la intromisión del narcotráfico en nuestro territorio parece crecer de forma amenazante para todos”.