Sin ruborizarse, el vicepresidente Álvaro García Linera (“Qananchiri” por su nombre de guerra en la banda terrorista del EGTK) dijo que Evo Morales es “la reencarnación de Túpac Katari”.
“La unidad del cuerpo de Túpac Katari se reencarnó en Evo”, reiteró.
Curiosa afirmación de quien funge como teórico del neomarxismo oficial, corriente en la cual, por lo visto, hace ahora un injerto de pensamiento mágico milenarista.
Quizás esta deriva hacia lo mítico e irracional era el destino natural del marxismo étnico forjado por García Linera, artificio con el que se buscó instrumentalizar a los pueblos indígenas en la vía hacia el poder y los mentados “horizontes comunistas” (que no impiden, claro, un próspero aburguesamiento de la nomenklatura).
Por supuesto que el materialismo histórico profesado por el vice ya había sido calificado mucho tiempo atrás como una seudo-ciencia por Karl Popper, aspecto que posibilita todo tipo de entronques estrambóticos en esa ideología.
Al mismo tiempo que Qananchiri lanzaba su declaración sobre la transmigración del “Jefazo”, una costosa publicidad oficial proliferaba en diversos medios, asociando el rostro del presidente cocalero con el satélite chino bautizado precisamente como “Túpac Katari”, junto a la conocida frase: “volveré y seré millones”.
La cual nunca fue dicha por Túpac Katari ni por Eva Perón -a quien también ha sido falsamente atribuida-, sino que es extraída de la novela “Espartaco” del escritor Howard Fast, quien pone en boca del agonizante líder de la rebelión de esclavos en tiempos del Imperio Romano esta frase, fruto de su invención narrativa.
“Volveré y tendré millones”, podría ser una variante más ajustada a ciertas realidades, habida cuenta del misterioso enriquecimiento de nuevas élites dirigenciales…