Otra vez nos dejaron fuera

Álvaro Riveros TejadaAlvaro-Riveros-Tejada3Durante su visita de estado realizada esta última semana al Perú, la presidenta del Brasil, Dilma Rousseff, que asistió acompañada por más de setenta empresarios de su país, destacó que la alianza estratégica entre su país y el Perú “ha llegado a un nuevo umbral” en referencia a que este año se celebra una década de la alianza estratégica entre ambos países y, un conjunto de proyectos bilaterales ha sido implementado con resultados concretos para ambas poblaciones.Uno de esos logros es un sueño que siempre tuvimos los bolivianos, que consiste en la construcción de la carretera interoceánica, que plasme en una realidad nuestra condición de país de contactos en Sudamérica y nos permita acceder a ambos océanos sin necesidad de insistir en nuestra legítima demanda a un usurpador, que desde hace 132 años se hace el coxuater y engorda a nuestra costa. Dicha carretera que unida a una vía férrea, como se ha anunciado en el convenio peruano-brasilero, habría articulado nuestro territorio y desarrollado nuestra Amazonía hasta convertir las regiones de Pando, norte de Santa Cruz y Norte de La Paz en el polo de desarrollo que siempre soñamos, empero, con el convenio citado tendremos que conformarnos con ver de palco la carretera que una al Perú con el océano Atlántico y al Brasil con el Pacífico, en un franco desarrollo de los estados brasileros del Acre, Rondonia y Mato Grosso y  Arequipa y Cusco, en el Perú.Sin embargo, la actitud brasilera no obedece a ningún acto de discriminación  racial, sexual o de otra índole. Recordemos que desde los albores de este gobierno fuimos los bolivianos los que cultivamos la antipatía de la actual presidenta al invadir, innecesariamente con tropas armadas las instalaciones de Petrobras, dizque para nacionalizarlas, justo cuando Dña. Dilma se desempeñaba como ministra de Hidrocarburos del Brasil. Ya siendo ella presidenta, mantuvimos preso en su embajada en La Paz al senador Pinto durante más de un año, sin darle salvoconducto. Pero la cosa no queda ahí, para que se deleiten con las bondades del invierno orureño, mantuvimos presos en Oruro a la barra del campeón de fútbol del Brasil Corintians, para luego soltarlos sin pena ni gloria, unos meses después. Si ello no fue suficiente, estamos mandando regularmente una cantidad de droga, como para dopar a los asistentes de un mundial de fútbol y una olimpiada juntos.Los bolivianos llevamos cerca de doscientos años de alianza con el Perú y todavía no hemos podido obtener los logros que ellos acaban de alcanzar con el Brasil. Desde la Confederación Perú-Boliviana, un conjunto de proyectos bilaterales pudieron ser implementados con resultados concretos empero, la teoría de la perversidad primó en todo intento de realizarlos. Qué lástima que ahora, en el más importante: ¡otra vez nos hubieran dejado fuera!