La provincia argentina de Salta, fronteriza con Bolivia, se ha transformado en los últimos tiempos en una zona de proliferación de laboratorios para la fabricación de cocaína.
Así lo ha revelado un magistrado de esa región, quien añade que en la mayor parte de los laboratorios desmantelados hasta el momento el “cocinero” (quien dirige el proceso de transformación de coca en cocaína) era boliviano.
Teniendo en cuenta la vecindad de Salta con Bolivia, es más que evidente la procedencia de la materia prima utilizada para la droga.
Este hecho debe ser tenido muy en cuenta cuando se habla de la “exportación” (ilegal) de coca hacia el norte argentino, que el gobierno de Evo Morales esgrime como una de las excusas para ampliar la cantidad de hectáreas de cocales permitidas por ley. Está claro que una cantidad importante de esa coca va a parar a las narco-fábricas.
Ya era conocido el avance del narcotráfico en esa zona de Argentina, con la multiplicación de pistas para el arribo de avionetas con cocaína procedentes de la Bolivia evista. Pero ahora, el panorama parece complicarse aún más con el despliegue de laboratorios que trabajan con hojas enviadas desde el bastión presidencial del Chapare.
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