El regreso de ‘la comadre’

Mónica Medina abre las puertas de su casa y de su corazón. “Tuve tres infartos; la que tenía que irse era yo, no Carlos Palenque”.La viuda del ‘compadre’ Palenque, habló con EL DEBER y reveló cómo reconstruyó su vida lejos de la política. Traerá RTP a Santa Cruz.

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Mónica es clara en definirse como una mujer que no sigue preceptos o moldes impuestos de por la sociedad.



EL DEBER

Por Aida Zuazo D. Fotos Javier Mamani, Mónica Medina, Jorge Luis y Ana Carolina Palenque.

Ocho días antes que el político paceño y máximo dirigente del partido Conciencia de Patria (Condepa), Carlos Palenque Avilés, falleciera, su esposa, Mónica Medina Téllez, que en ese entonces se encontraban en pleno divorcio, ingresaba en la sala de un hospital para que le colocasen un marcapaso. Tres infartos pusieron en riesgo la vida de esta mujer que en febrero próximo  cumple su mitad de siglo.

Una historia que tal vez pocos conocen, pero que Mónica relata con un visible pesar en los ojos. “La que tenía que irse era yo, no él”, afirma.

‘La comadre’ sobrenombre que aún le recuerda sus épocas de gloria en la política, y que se ganó con su ayuda social prestada en diferentes ámbitos, nos recibió en la casa que alquila en Huajchilla, distante 20 minutos de la zona sur de La Paz. Los fines de semana se traslada hasta Calacoto, a la vivienda que compartió hace muchos años con el que fue el padre de sus dos hijos mayores: Jorge Luis y Ana Carolina Palenque.

En Huajchilla, vive rodeada de montañas, el lugar invita a ser un espacio de meditación y, como dice ella, “para recargarme por las noches, como lo hace un celular”. Allí la acompaña su pequeña hija Maya, de 10 años, fruto de su matrimonio con un médico homeópata colombiano, de quien hoy se encuentra separada.

Cuando está allí pasa el tiempo en la huerta, donde siembra verduras y monta un par de caballos que vinieron con la casa.

Esta mujer con sus cabellos rizados al viento trae a la memoria el carisma y la belleza que le ayudaron a ser alcaldesa de La Paz a sus 29 años. A los 33 quedó viuda, exactamente el 8 de marzo de 1997 y los días que prosiguieron los relaciona con una bomba atómica.

Su época como política

Le llevaba con 20 años, pero aún así ella recuerda al ‘Compadre’ -como cariñosamente lo conocían sus seguidores­- como su amor, su maestro y el que a pesar de su inesperada partida a raíz de un ataque cardiaco, hizo que ella vuelva, como dice, a ser un bonsái.

“El bonsái es hermoso, pero cuando lo sacas de su maceta y lo pones con su tierra, te das cuenta de que crece, no lo reconoces, porque se vuelve una planta. El bonsái es eso y nosotros lo somos; siento que en mi vida he roto macetas para conectarme con la tierra y con todo lo que la habita”.

Para romper la maceta, Mónica rememora todo lo que atravesó estos años.

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¿Qué sucedió para que saliera de los medios y en sí del ojo público?

Hace como 10 años salí de la pantalla de los medios de comunicación; fue una necesidad de salir de lo público.

Es como una decisión de recogerte. Vengo del mundo del arte, de lo creativo y del vínculo afectivo. Sentía que la vida es muy amplia, muy diversa, muy hermosa como para ser ‘unilineal’.

Es así que vuelvo a mirar mi vida y tengo una infinita gratitud con ella, con los hijos que tengo, con la historia de la cual he sido parte porque la he caminado. Siento gratitud con el camino que seguí y  creo que estoy entrando a mis 50 años de una manera muy plena y he aprendido a no preguntar qué va a pasar después.

¿Cómo calificaría los días posteriores a la partida de Carlos Palenque?

Fue algo muy fuerte, no entendía en ese momento qué estaba pasando. Mis hijos tenían 5 y 8 años. Tuve que aprender, enfrentarme no solo a eso, sino a todo el poder político, el poder social, espiritual, todo junto, se vuelve como una bomba atómica.

En esta parte Mónica enfatiza que no guarda rencor porque le enseñaron a ‘morir’ y que hoy, gracias a eso, tiene un camino que no es religioso, pero sí muy ligado con la vida.

Aclara que la razón por la que decidió hablar con EXTRA va por una necesidad de abrir su corazón y que si bien le seguían más de 20 juicios por herencia y de tipo administrativos mancomunados,   hoy ha salido “limpia de todos”.

¿Fue a un retiro espiritual o de dónde viene el cambio?

He hecho de todo, desde retiros espirituales hasta investigar sobre plantas sagradas. Conocí gente que trabaja con constelaciones familiares, medicinas alternativas, visité abuelos de distintas partes del mundo con una sabiduría hermosa. También de la cotidianidad, la gente del canal me enseña mucho.

Por eso digo qué bueno que haya caminado este camino. Alguien me decía: “Comadre, de ‘mujer país’ te has vuelto ‘mujer camino’”.

¿Piensa en volver a la política?

No, no es mi espacio. No niego mi decisión de incidir pero no desde la lucha. No pertenezco ahí, no me corresponde y ha sido una experiencia muy dura, muy difícil porque además era mujer, era joven y encima no era profesional. Es un pecado para esta sociedad machista, fragmentada e hipócrita. Me alegro de no haber sucumbido ante el poder y de haber sobrevivido.

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¿Cree que fue un error, entonces, entrar en ella?

No, fue un acierto. Todo lo que has hecho en tu vida es perfecto. No me arrepiento de nada porque  si es parte de un proceso de aprendizaje, estás aprendiendo. El viaje más largo que hace la humanidad es de la cabeza al corazón, es un tramo tan corto pero a la vez tan largo.

En ese entonces me decían: “Una cosa es lo que piensas, otra cosa es lo que dices y otra lo que tienes que hacer”. ¿Cómo así?, me preguntaba; además, el ‘Compadre’ me llevaba con 20 años, no entendía ese lenguaje, chocaba con muchas cosas. Creo que el poder cambia a las personas y es increíble cómo la gente cambia frente a uno cuando tiene poder.

Ahora digo que he pasado de ‘conciencia de patria’ a ‘conciencia de vida’.

Usted dice que le enseñaron a morir ¿A qué se refiere?

Por eso digo que es una sociedad hipócrita, y que no me vengan con cuentos porque todos tienen moral falsa.

A estas alturas de la entrevista aclara que si bien se la vio en cierta ocasión con el presidente Evo Morales, se dedica actualmente a dirigir el canal Radio Televisión Popular (RTP), junto con sus hijos en La Paz, y en febrero del próximo año ampliará su red a Santa Cruz.

No planifica su tiempo y tampoco le gusta mantener una agenda diaria, aunque no se descuida de sus obligaciones empresariales; hoy puede pasear en la ciudad como puede estar lanzándose de un parapente ante la mirada perpleja de sus hijos.

“Qué aburrido que algo te determine, me gusta cambiar”, dice entre risas.

Rememorando el pasado

A sus 16 años, cuando participaba en una presentación de danza en el hotel Plaza en un evento gastronómico, el presidente de la línea aérea española Avianca de ese entonces le regaló dos pasajes ida y vuelta a España, como premio a su notable habilidad para el baile.

“Estando allá, decidí quedarme, además me invitaban a bailar a otros lugares, hice mi vida desde ahí; en eso llegaron mis padres, se me presentó un problema de salud y retorné a Bolivia”.

A sus 20 años había vivido en Madrid y Andalucía, incluso llegó a bailar en las comunidades donde habitan los gitanos.

Un día su madre le pidió que la acompañe a la fiesta de su secretaria. Se encontraba deprimida porque la habían arrancado de su mundo para ‘meterla en una maceta’.

“Esa noche fui y estaba el Compadre, mi mamá, que era su amiga desde jovencita, decía siempre de mí que era su hijita y el se imaginaba una niña, hasta que aparezcí y quedó sorprendido, se paró y se presentó. Hablábamos por teléfono, iba a la casa, hubo una conexión superfuerte, cambió mi vida. Todo era bello”.

A partir de ahí Mónica comenzó  con su trabajo social visitando los hospitales y a los niños abandonados. Luego sobrevino el nacimiento de Condepa “Todo sucedió tan rápido en cuatro años. Lo conocí en 1984 y nos casamos en el 85. Igual que con el papá de Maya, al mes estábamos casados”.

En 1988 ocurrió la clausura de los medios y entraron en una vida distinta. El 89 le tocó ser gerenta de desarrollo social de la Corporación Regional de Desarrollo de La Paz (Cordepaz), a donde Palenque le pide ir para instalar el brazo social que en el futuro le dio simpatías a Condepa.

“Yo no quería, pero me dijo que yo lo llevaba en mí. Le pedí que no me separase de él porque hacíamos todo juntos”.

Poco tiempo después fue jefa de campaña de Julio Mantilla por la Alcaldía y cuando el candidato por Condepa renunció a medio camino, ella asumió la candidatura, ganando la elección a sus 29 años y sin ser  bachiller.

“Todo fue muy rápido, en muy corto tiempo muchas cosas, mi madre me cuestionaba mi vida intensa, me decía por qué no era como los demás”.

En su mandato de dos años entregó obras de alcaldes que la antecedieron y que ella invitaba a los actos inaugurales como manera de rendirles tributo.

Luego sobrevino la muerte de Palenque, los juicios penales, el alejamiento de las figuras que los acompañaron y su retiro de la vida pública.

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¿Y los demás?

Cuenta que mantiene una buena relación con Remedios Loza, la mujer de pollera con quien formó filas durante la época de Condepa. Si bien afirma que se distanciaron, hoy han podido rencontrarse, incluso la hija de Remedios trabaja con ella.

Con Carlos y Adriana, hijos del segundo matrimonio de Carlos Palenque, también se lleva de la mejor manera posible. Con Verónica, la hija mayor del político y comunicador, no ha tenido la oportunidad de encontrarse y comprende plenamente el papel que ha tenido que jugar.

Cuando aún estaba casada, incluso se llevaba muy bien con las dos exesposas de Palenque. Los sábados, el líder de Condepa almorzaba con ellas y con todos sus hijos, según cuenta.

“Su exesposa ‘Mapy’ (María del Pilar Monrroy) era muy amiga nuestra”, recuerda.

Relata que reconcilió a ‘Pepe’ Murillo, otro de los que formó parte de RTP y del partido, con el ‘Compadre’ luego de siete años de no hablarse.

“Hice que el ‘Compadre’ vuelva a entablar relación con su padre, a quien no veía hace años; propicié que su madre y su abuelita vivan con nosotros. También que se vincule con sus tres mujeres, con sus hijos, por eso mi mamá no entendía cómo podía ser íntima amiga de su exmujer”.

Mónica cuenta que siempre le molestó acomodarse a los moldes existentes, en especial no comulgaba con aquello de que la mujer no debe ser amiga de la exmujer. “Eso es mentira instalada en tu cerebro. Basado en eso juzgas, hablas y generas dolor, pero no por maldad, sino porque te han instalado un orden, un modelo”.

Sobre la aparición, hace tres años, de una joven de 22 años que asegura ser hija de Palenque, Mónica aclara que nunca puso barreras para que se compruebe la veracidad de lo que decía la muchacha y cree que como ella pueden aparecer varios más.

Ante la consulta de cuántos hijos tiene el ‘Compadre’, con su característico buen humor respondió de una manera que talvez deje entrever cómo era en la intimidad su difunto marido. “¿De los que sabemos? ¿de los oficiales? (risas). De los del orden establecido (bajo matrimonio) son cinco sus hijos y de los que no se saben y de otros que dicen que son, no sé, deben ser cuatro. Han aparecido, han hablado, han dicho y sí, hemos colaborado con todo lo necesario”.

Mónica en la intimidad

imageRecicla la ropa que utiliza, pues así como puede usar una blusa de una boutique, no duda en ir a pasear por la 16 de El Alto (donde venden ropa usada) en busca de alguna prenda. “Estas botas me costaron allí Bs 120”, cuenta feliz como una niña mostrando un tesoro recién descubierto.

No es asidua a los salones de belleza, pero a inicios de este año decidió remplazar su larga cabellera rizada por una simpática melena que dibuja su rostro marcado por sus grandes ojos dueños de una mirada penetrante.

“En el cabello parece que has acumulado demasiada memoria, por eso decidí cortarlo y ahora lo cuido”, reflexiona.

Asiste regularmente al gimnasio, pero sus rutinas de ejercicios las define en ese instante.

 ¿Cirugías plásticas? “Soy natural, así gordita nomás (risas)”. Es consciente de que al usar marcapaso no puede arriesgarse con una cirugía estética.

Aparte de montar a caballo, cuando el tiempo se lo permite, baila en entradas folclóricas, recordando así a la Mónica danzarina que Palenque conoció. “He bailado en Argentina y en Brasil, me encanta porque los bolivianos que viven allá son los verdaderos embajadores. Da orgullo la fuerza con la que entran desde niños hasta adultos”.

Este año decidió volver a rencontrarse con la La Paz nocturna, pues si bien hace mucho que no salía, hoy le encanta visitar lugares en lo que se siente a gusto  como La costilla de Adán.

Dice que es feliz, que siente plenitud por lo que ha hecho y ha elegido en su vida. “La gente me dice que no me gasto y me pregunta qué hago, le respondo que tengo alegría en el corazón”.

Y así es Mónica, la ‘Comadre’ que en su momento dio mucho que hablar, tuvo admiradores y detractores.

La mujer que en su  mejor época como política recibió abrazos, guirnaldas en el cuello y mixtura en el cabello, hoy, por decisión personal, ha decidido estar al tanto de lo que sucede en el país pero desde una posición ajena a la política.

“En el momento en que decidí hacerlo (ingresar a la política) y quisieron eliminarme, me mataron de alguna manera, pero estoy aquí de otra forma, porque salí de la caverna”.