Cualquiera sea el fallo de La Haya afectará a Bolivia; Chile y Perú se juegan a todo o nada

A horas del fallo sobre límites marítimos. La demanda boliviana sufrirá por efecto de este lío.

Chile y Perú se juegan a todo o nada en la Corte de La Haya

UN DÍA DEL FALLO SOBRE LÍMITES MARÍTIMOS. Hay tensión en Santiago más que en Lima, donde aventuran un fallo favorable a la demanda peruana sobre límites marítimos. El continente está a la expectativa.



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EL DEBER  y Agencias

En medio de una creciente tensión en Chile por una posible resolución adversa, el Tribunal Internacional de La Haya se apresta a establecer mañana un fallo definitivo e inapelable sobre el conflicto de límites marítimos planteado por Perú en 2008, que permitirá terminar las viejas diferencias territoriales surgidas tras la Guerra del Pacífico de fines del siglo XIX.

El fallo de La Haya le permitirá a Perú, después de casi 200 años de independencia, terminar de definir sus fronteras, dejar atrás la guerra que lo enfrentó con Chile hace más de un siglo y concentrarse en la estratégica sociedad comercial que hoy construye con su vecino del sur.

La disputa por la frontera marítima se ha convertido en el último capítulo de la Guerra del Pacífico que se libró entre 1879 y 1883, durante la cual Perú perdió parte de su territorio sur y debió soportar la ocupación de Lima durante más de tres años.

“Perú va a dejar atrás la Guerra del Pacífico y apostar por la Alianza del Pacífico", explicó a la agencia AFP Nelson Manrique, historiador y académico de la Universidad Católica de Perú.

La prometedora sociedad comercial que une desde 2012 a Perú con Chile, Colombia y México, es la mayor apuesta peruana para impulsar un desarrollo motorizado por el comercio con los mercados asiáticos.

En la misma línea, el historiador chileno Sergio González consideró que el litigio por los límites marítimos que se ventila en La Haya "es una anomalía dentro del mejor periodo de la historia para ambos países".

El conflicto podría haberse resuelto mediante el diálogo, dijo González, autor, junto al peruano Daniel Parodi, de Las historias que nos unen: Episodios positivos en las relaciones peruano-chilenas, siglos XIX y XX.

Perú demandó a Chile en 2008 ante la Corte Internacional de Justicia alegando la inexistencia de un límite marítimo, cuestión que Chile rechaza al estimar que dos acuerdos, firmados en 1952 y 1954, delimitaron esa frontera.

Aunque cualquier mínimo cambio que suponga el fallo de la CIJ, con sede en La Haya, ya es visto por Perú como una ganancia, lo que pide la demanda peruana es establecer el límite marítimo con Chile en una línea equidistante a las costas de ambos países, con el argumento de que nunca ha sido fijado, lo que le puede otorgar 38.000 kilómetros cuadrados de mar que ahora están bajo soberanía chilena.

Perú también ha solicitado a la Corte que reconozca sus derechos soberanos sobre un ‘triángulo externo’ de más de 28.000 kilómetros cuadrados que está dentro de las 200 millas marinas de sus costas y que Chile considera alta mar.

Además, Perú reclama la devolución de un territorio 16.000 metros cuadrados que están bajo control chileno por considerar el límite entre ambos países el Hito 1, mientras que pasaría a manos peruanas si se tiene en cuenta el denominado Punto de la Concordia.

Heridas de la guerra

El fallo de La Haya abre una puerta para que Perú y Chile hablen sobre la Guerra del Pacífico, consideró el historiador Daniel Parodi, en diálogo con la AFP. “Deben darse gestos hacia las sociedades que permitan cicatrizar las heridas y mostrar que ya no somos aquellos países del siglo XIX", opinó.

Pese a los insistentes pedidos del Gobierno peruano a su población para no agitar las aguas y mantener la buena sintonía con Chile, las heridas que ha dejado la confrontación militar están a flor de piel en muchos peruanos, que esperan que la decisión de la Corte sea una reivindicación histórica

ANÁLISIS

Un fallo para saldar y unir dos países

José Rafael Vilar – Analista Político

El próximo fallo de la CIJ en la disputa entre Chile y Perú sobre soberanía marítima tendrá dos virtudes, con independencia de resultados: la primera, los dos países concluirán sus disputas territoriales desde la tripartita Guerra del Pacífico y, segunda, se estrecharán los vínculos entre ambos.

Tanto en Chile como en Perú, sus presidentes y sus cancilleres han reiterado permanentemente que acatarán y ejecutarán la sentencia “con tranquilidad y sin triunfalismo” (Moreno Charme) porque “la agenda del pasado nos ha dividido [pero la del futuro] definitivamente nos une” (Piñera), dando muestras de la madurez de sus actuales relaciones bilaterales.

Más allá de las afecciones posibles -territoriales para Chile o en sus pretensiones para Perú- y de pocas voces opuestas a cumplir el fallo -incluso belicosas-, la necesidad de mantener la amplia interrelación económica mutuamente beneficiosa para ambos miembros de la Alianza del Pacífico, tanto en comercio bilateral -más de $us 4.300 millones anuales- como en inversiones -en 2013, las peruanas en Chile fueron de alrededor de $us 10 mil millones, mientras que las chilena en Perú alcanzaron $us 13.600 millones-, será, ya es, decisiva para aceptarlo.

Como en Europa, en su largo proceso de complementación iniciado en 1951 y que concluyó con la Unión Europea (2009), la constatación de los beneficios indiscutibles de la integración económica para el desarrollo socioeconómico de cada país priman -aunque a veces dolorosamente- sobre los nacionalismos chilenos y peruanos

La demanda boliviana sufrirá por efecto del lío Chile-Perú

FALLO EN LA HAYA. En cualquier caso, el reclamo boliviano sufrirá un viraje. Si gana Perú, la franja de La Concordia quedará sin mar y Chile endurecerá aún más su posición contra Bolivia.

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EL DEBER.- En ningún otro país, después de Chile y Perú, se esperan los resultados de la demanda que se sustancia en el Tribunal Internacional de La Haya con tanta expectativa como en Bolivia.

Es que los efectos del fallo sobre límites marítimos entre esos países pueden dejar, en una eventual cesión territorial en el extremo norte chileno, a la nación boliviana con un puerto sin mar en la denominada Línea de la Concordia (ver infograma).

Sin embargo, también pueden fortalecer el reclamo boliviano que se sustanciará en ese mismo tribunal sobre el reclamo por un acceso soberano al océano Pacífico en caso de un triunfo diplomático por parte de Lima.

Una comisión boliviana encabezada por el embajador Eduardo Rodríguez Veltzé en La Haya escuchará personalmente la decisión que se conocerá mañana e iniciará el análisis sobre los efectos que tendrá la resolución.

Las cartas están sobre la mesa y parecen complicadas para Bolivia.

Perú reclama una ampliación de su soberanía en las aguas del Pacífico, lo que llevaría a mover la actual línea perpendicular que actualmente divide a ambos países.

Si Lima logra el cometido en base a la demanda presentada en 2008, esa línea se moverá hacia el sur, dejando a la franja territorial de 10 kilómetros que Chile eventualmente daría a Bolivia (en comodato sin soberanía o con soberanía plena en base a un canje territorial) en la Línea de la Concordia.

Sin diálogo, se abre juicio

El presidente Evo Morales anunció en marzo de 2011 la conclusión del proceso de diálogo con Chile por la falta de resultados con relación al reclamo boliviano.

En ese contexto, anunció que se presentará una demanda ante el Tribunal de La Haya por considerar que Chile generó derechos expectaticios sobre el asunto y que el organismo internacional sería el único capaz de obligarlo a sentarse a negociar una salida con Bolivia.

El Estado boliviano reclamará en La Haya para que la CIJ "declare que Chile tiene la obligación de negociar un acuerdo rápido y eficaz que otorgue (a Bolivia) un acceso plenamente soberano al océano Pacífico".

El Gobierno boliviano presentará en abril los términos de su demanda y esperará a que Chile responda con sus argumentos en base al Tratado de Límites de 1904.

En marzo de 2013, su par chileno, Sebastián Piñera, recordó que su país defenderá, "con toda la fuerza de la unidad nacional, la historia y la verdad, su territorio, su mar, su cielo y también su soberanía".

Piñera obtuvo el respaldo, incluso, de la mandataria electa Michelle Bachelet, que reclamaba continuar las conversaciones bilaterales antes de pasar a una instancia judicial internacional.

El proceso puede durar varios años, pero la decisión de La Haya del lunes, sin duda, sacudirá el tablero diplomático entre Chile y Bolivia.

Una decisión compleja

Dos analistas internacionales, Fernando Salazar Paredes y Marcelo Ostria, analizan esta disyuntiva y coinciden en señalar que la decisión del máximo tribunal de la justicia mundial afectará a Bolivia por lo que un equipo especial del Gobierno del presidente Evo Morales estudiará los alcances de la inapelable decisión judicial.

“Si gana Perú, nuestros derechos expectaticios sufrirían un sustancial deterioro. En este caso, la línea divisoria que, actualmente, está a lo largo de un paralelo que comienza en la costa, se movería a una línea equidistante que tome en cuenta la configuración geográfica de la costa”, señala el diplomático.

“Ello implicaría que Perú adquiriría (y Chile perdería) aproximadamente 35.000 kilómetros cuadrados. Cualquier solución a nuestro enclaustramiento por la vía del corredor se vería disminuida en el potencial aprovechamiento de las riquezas del mar”, indicó Salazar Paredes.

A su vez, “si Chile pierde, la demanda boliviana en La Haya se vería afectada puesto que ese país endurecería su posición al extremo de seguir las recomendaciones de las comisiones respectivas de ambas cámaras congresales, que consideran que Chile debe rechazar la demanda aduciendo falta de competencia”.

Salazar Paredes destaca que, en todos los escenarios, las eventuales negociaciones con Chile se complicarán y afectarán los intereses bolivianos. Tanto si Perú ganara la contienda judicial como si Santiago obtuviera un triunfo, en ambos casos Chile cerrará aún más la posibilidad de un diálogo con Bolivia en busca de una salida al conflicto marítimo. En términos sencillos, “el escenario que más nos conviene es el de un triunfo chileno.

Un proceso difícil

Ostria, por su parte, coincide al destacar que la decisión de la Corte puede resultar en una nueva frustración para Bolivia, pero remarca que una resolución favorable a Perú no necesariamente afectaría la salida marítima en la Línea de la Concordia.

“Si Chile tuviera la intención de ceder a Bolivia una franja al norte de Arica y el límite marítimo con Perú se inclinara al sudoeste, el hipotético límite marítimo de la costa cedida a Bolivia, conservando el ancho de la misma, también se desplazaría en ese sentido. Resultado: no habría obstáculo físico. Más aún, podría suceder que el desplazamiento sea menor si la Corte de La Haya fallara en favor de una solución intermedia”, explicó Ostria.

Lo concreto es que el actual statu quo se romperá con el fallo de la Corte de La Haya. Diversos analistas consideran que puede afectar la demanda marítima boliviana, mientras el Gobierno analiza cómo tendrá que virar el reclamo nacional por una salida soberana al Pacífico.

Bolivia perdió su salida al Pacífico hace más de 130 años, al quedar despojado de 120.000 km2 que comprendían una franja de 400 km de costa.

Por ello recuperar el acceso al mar se ha convertido desde hace casi un siglo en una apuesta clave, parte de la Constitución, y una reivindicación recurrente de Evo Morales.

Bolivia espera, tanto como Chile y Perú, que el fallo no la afecte; lo cierto es que moverá todo el tablero del conflicto marítimo. El escenario se despejará este lunes en la ciudad holandesa de La Haya

La corte no tiene poder de coerción

Causa nacional para unos, tema de prestigio para otros, los litigios fronterizos son muchos en América Latina, donde varios Estados llegaron a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya para intentar solucionar diferendos a veces seculares.

La CIJ, la más alta instancia judicial de Naciones Unidas, no dispone de medios coercitivos para hacer aplicar las decisiones, pero estas son generalmente respetadas debido al acuerdo previo de las partes.

Además de los expedientes espinosos que involucran a Chile, Perú y Bolivia, los magistrados de la CIJ deberán seguir intentando solucionar el pleito que opone a Colombia y Nicaragua sobre una zona marítima de 70.000 km2.

Nicaragua, además, mantiene un diferendo con Costa Rica por un islote de tres km2 en la desembocadura del río San Juan. Por otro lado, estos dos países de Centroamérica mantienen una disputa ante la CIJ sobre la soberanía de la región de Guanacaste, ubicada en el norte de Costa Rica.

“Los países de la región ven a la Corte como una herramienta que funciona para resolver los conflictos", indicó el experto en derecho internacional Olivier Ribbelink, del instituto Asser en La Haya.

ANÁLISIS

El reclamo de Bolivia tendrá que dar un giro impredecible

Hugo Siles Núñez Del Prado – Analista Internacional

El fallo de la Corte de La Haya sobre el conflicto de límites marítimos entre Perú y Chile representa para nuestro país un claro problema, en una eventual futura negociación de territorio cedido por Chile a Bolivia. Y cuando el reclamo y posición peruana de recuperar un territorio marítimo de 38.000Km2, hoy en control y soberanía chilena, en ausencia de un tratado de límites marítimos, parece ganar espacio y contenido de argumentos en La Haya,  el interés  y los “derechos expectaticios” bolivianos de solucionar este más que centenario conflicto con Chile se complican, debido a que, históricamente, la zona de Arica es la conexión natural de nuestro acceso al Pacífico.

El nexo histórico, económico, geográfico y político de ese puerto con Bolivia es indiscutible y, por ello, las propuestas de solución e incluso negociación con Chile pasaron por la posibilidad de cesión de un territorio, corredor o enclave ubicado en el límite norte,  entre la Línea de la Concordia, actual límite de Chile y Perú, hasta la intersección con la frontera boliviano-peruana, en el hito V, y al sur, el casco norte de la ciudad de Arica, un territorio de entre 2.500 a 3.000Km2, con  los beneficios y normas del Derecho de Mar que ello supone.

En este contexto, no hay duda de que el fallo de La Haya y la posible extensión de la soberanía marítima peruana en la zona se contrapone y superpone a nuestro interés de acceso futuro y soberano al mar, en la zona contigua, mar territorial y zona económica exclusiva de proyección boliviana.

Sin embargo, al estar hoy el Estado boliviano también en  litigio en la Corte de La Haya, en plena preparación de la memoria y las líneas de estrategia de la demanda marítima frente a Chile,  resulta oportuno mantener la prudencia diplomática, pero asumiendo desde la política exterior boliviana una posición firme frente al inminente fallo, que, a no dudar, activa los dispositivos del Tratado de 1929, del candado, la llave y el componente trilateral sobre nuestro problema marítimo.