Marcelo Soza, ex representante del Ministerio Público conocido antes con el apodo de “superfiscal”, debido al inmenso poder que llegó a manejar como principal impulsor del caso Rozsa, no se presentó a declarar ante la Fiscalía en el proceso por extorsión que se le sigue y se desconoce su paradero actual.
Soza está sindicado de pedir altas sumas de dinero a empresarios, dirigentes cívicos y políticos de oposición cruceños, como condición para no incluirlos en el caso denominado “terrorismo 1”.
Las revelaciones sobre las prácticas extorsivas del ex “superfiscal” se deben ante todo a la valentía de una de sus víctimas, el empresario Zvonko Matkovic, quien se atrevió a hablar sobre lo sucedido, pidiendo además que otros de los extorsionados por Soza atestigüen en el caso.
Se habla de nada menos que medio centenar de víctimas, entra las cuales se nombra concretamente a Germán Antelo, Gabriel Dabdoub, Mariano Aguilera, Carlos Dabdoub, Mauricio Roca, Eduardo Paz, Cristóbal Roda y “los señores Daher y Cirbián”.
Por una parte, la extorsión muestra con cuán poca transparencia fue manejada la investigación del supuesto terrorismo, abonando las tesis que hablan de un montaje gubernamental.
Por otro lado, la impunidad con que se campea el Sr. Soza, sin medidas cautelares de ninguna especie, parece confirmar la existencia de algún tipo de protección desde altas esferas de gobierno, que como sabemos “teledirige” al sistema judicial…