Messi asalta el Bernabéu


El Atlético, líder



Messi celebra uno de sus goles. / GERARD JULIEN (AFP)



A la bravura inicial del Madrid, respondió el Barcelona con su mejor argumento: el toque. No hilvanaron demasiado fluido los de Martino, pero después de un tímido aviso de Neymar y una réplica igualmente tibia de Benzema, el equipo azulgrana halló la red. Fue Iniesta, tras una buena apertura de Messi y la indulgencia de Carvajal, muy permisivo en el espacio, quien abrió el marcador con un zurdazo que limó el larguero antes de perforar la meta de Diego López.

Reaccionó con fiereza el Madrid, apoyado en el vértigo y la verticalidad de Di María y la resolución de Benzema. El argentino fue un quebradero de cabeza en el flanco izquierdo. Por ahí dibujó varios centros estupendos y por ahí se alió una y otra vez con el francés, muy superior en el salto a Mascherano, certero para lograr el empate pese a que la estirada de Valdés casi lo evita. Crecido, sin apenas respiro para tomar aire y que el Barcelona encajara el golpe, el artillero galo volvió a resolver un buen servicio de su compañero para voltear el marcador. Acolchó la pelota con un muslo y la empalmó a la red. 2-1.

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Desatado, el Madrid intentó poner más tierra de por medio camino del descanso. A punto estuvo de lograrlo gracias a Benzema, un martillo esta noche, prácticamente inabordable para la retaguardia azulgrana. Cuando el delantero ya casi celebraba el triplete después de una buena maniobra, Piqué metió la punta del pie para desviar el balón casi sobre la línea de gol. Enredado, algo desnortado por las repetidas embestidas de su adversario, el Barça sacó petróleo en una acción coral finalizada por Messi. Recibió La Pulga un pase en semifallo de Neymar en el interior del área y disparó ajustado al palo para devolver las tablas al encuentro justo antes del intermedio.

Después de 45 minutos muy completos, de un primer acto volcánico, el contador volvía a cero. 2-2 y todo a decidir, por tanto. El paso por el vestuario no restó voltaje al pulso, sin tregua ni pausa para ninguno de los dos equipos. Se lanzó el Madrid con una arrancada poderosa de Bale. El galés habilitó acto seguido a Benzema, pero en esta ocasión el 9 se topó con la silueta de Valdés. Prolongó la galopada Cristiano, hábil para marcharse de Alves en el balcón del área y derribado por el brasileño a unos centímetros de la cal. Undiano Mallenco, sin embargo, estimó que la bota estaba dentro y señaló penalti. El portugués, ejecutor, volvió a poner en ventaja a los suyos.

No se rindió el Barça, que a falta de juego se aferró a Messi. Soberbio esta noche, el 10 se inventó un pase de tiralíneas que dejó solo a Neymar frente a Diego López. Al cruce, pero demasiado tarde, Ramos trastabilló lo justo al brasileño y cometió penalti. El árbitro le mostró la cartulina roja, al ser el último defensor, y Messi transformó la pena máxima con sum a frialdad. 3-3 y casi media hora por delante.

Tanto Ancelotti como Martino decidieron menear sus banquillos. Exigido por la expulsión de Ramos, el primero retiró del césped a Benzema e introdujo a Varane para recomponer la defensa. A este movimiento respondió el segundo con un simple intercambio de piezas: salió Neymar y entró Pedro. Diezmado, el Madrid no perdió en ningún momento la cara al encuentro, aunque debió ceñirse sobre todo a proteger su portería. La dejó temblando Alves con un zapatazo que se estrelló en el poste derecho poco antes de que ingresase en el campo Alexis y de que Iniesta, extraordinario toda la noche, fuese emparedado por Carvajal y Alonso. El vasco, inoportuno para su equipo, le golpeó el tobillo y Messi volvió al punto de penalti. No perdonó el rosarino, colosal de nuevo en el Bernabéu. Incrustó el esférico en la escuadra izquierda y certificó el 3-4 definitivo.

Fuente: elpais.com


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