De 2020 a 2035 no habrá mujeres en cargos jerárquicos del Ejército boliviano


En el Ejército de Bolivia habrá un vacío generacional de al menos 15 años, debido a que se suspendió el ingreso de mujeres al Colegio Militar Gualberto Villarroel entre 1985 y 2007. La ausencia femenina en altos cargos de las Fuerzas Armadas causa resignación y molestia en instituciones que promueven y defienden la equidad de género en el país.

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Mujeres cadetes del Colegio Militar en un desfile. Foto: Wara Vargas.



La Razón, La Paz

Si bien en los últimos años se destacó la presencia de la mujer en cargos jerárquicos del Ejército, a partir de 2020, cuando estas jefas militares se jubilen, habrá un vacío generacional, ya que las oficiales que les siguen (tenientes) deberán esperar unos 15 años para llegar al rango.

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Este vacío generacional se debe a que entre 1985 y 2007 no se admitió a mujeres en el Colegio Militar Gualberto Villarroel, centro de formación de oficiales del Ejército. Por ese motivo se prevé la ausencia femenina en cargos jerárquicos por tres lustros.

Actualmente, la mujer más destacada en el Ejército es Gina Reque Terán, quien en 2013 se convirtió en la primera mujer en obtener el grado de general dentro de las Fuerzas Armadas de Bolivia. Ella es jefa del Departamento I, Administración de Recursos Humanos. Otras militares destacadas son la directora de Comunicación Social del Ejército (Dicose), coronel Sarah Aramayo Jordán, y la subinspectora de esta institución, coronel Toshiko Pinto Noda.

Según la Directora de Dicose, este vacío generacional no afectará el trabajo del Ejército. “Tanto como perjudicar no, llega una separación generacional, ya que actualmente todas las oficiales que egresaron después de la reapertura del Colegio Militar (2007) van cumpliendo los cargos que les corresponde de acuerdo a su grado”, sostuvo. “En altos grados sí tendremos un vacío de 10 a 15 años”, agregó.

El Colegio Militar habilitó cupos para mujeres en 1979 y los cerró por disposiciones del mando castrense en 1985. Posteriormente, para dar mayor cabida y participación a la mujer boliviana en la carrera militar, se reabrió las puertas de la institución en 2007. A consecuencia de esa situación existe un vacío de 22 años en los que no hubo formación femenina.

En la promoción de la coronel Aramayo existen 15 jefas militares, todas con el mismo grado. Por debajo, que sería la última promoción, están al menos diez oficiales de similar rango en su primer año. Con el desfase, a éstas les siguen al menos 100 tenientes, las que para llegar al grado de coronel deben ascender a capitán, mayor y teniente coronel, cada uno de ellos con cinco años de servicio.

Según Aramayo, todo lo que se hace dentro del Ejército boliviano, como el cierre de la admisión de mujeres a la institución, siempre se da bajo un análisis y en 1985 ese mando militar resolvió el paréntesis de ingreso por factores aún desconocidos.

Ante esta situación de separación generacional, el primer secretario de la Cámara de Diputados, Juan Carlos Aparicio, lamentó el desfase e indicó que solamente queda esperar a que pasen los años para que se restituya la presencia de las mujeres en los cargos altos, como manda la actual Constitución Política del Estado.

Al respecto, la titular de la Coordinadora para la Mujer en Bolivia, Mónica Novillo, sostuvo que la situación de vacío en cargos altos ya no puede ser modificada, porque las FFAA tienen una ley orgánica que data de 1963. “Este hecho perjudicará lo avanzado en la participación de la mujer en cargos de jerarquía”.

Juan Carlos Aparicio, diputado del MAS: ‘Es un vacío que sin duda alguna afecta al Estado’

“Es muy lamentable que en gestiones neoliberales no dieran el lugar que corresponde a la mujer en todas las instancias del Ejército de Bolivia. Es muy triste que ocurra esto, pero ahora estamos más confortados porque el presidente Evo Morales y la nueva Constitución Política del Estado hacen que la mujer participe en todas las instancias importantes, como son las Fuerzas Armadas. Esto se está corrigiendo poco a poco (la ausencia femenina en altos cargos del Ejército) ya que es una herencia del neoliberalismo, que además era machista y no permitía a la mujer mostrar su capacidad.

El tema es que la mujer no tendrá presencia en el Ejército durante todos estos años y sin duda es un vacío que afecta al Estado, que va incentivando la participación de la mujer. Ahora esto no es posible corregirlo en lo inmediato y vamos a tener que esperar que las mujeres que les siguen en grado vayan avanzando como les corresponde. Lo que pasa ahora no es responsabilidad del Ministro de Defensa ni de las autoridades castrenses actuales”.

Teófila Guarachi, Defensoría del Pueblo La Paz: ‘En este momento no hay más que esperar’

“Antes hubo una inexistencia de la paridad de género en el Ejército boliviano y por eso se está dando este hecho de que por muchos años no hayan mujeres que ocupen cargos altos en la institución.

Ahora, con la nueva Constitución Política del Estado, no se repetirá más esa historia porque, en este momento, vemos que el Ejército tiene un gran grupo de mujeres que ingresó a sus filas y de acá a unos años, cuando vayan ascendiendo, existirá un nivel de paridad en los cargos jerárquicos, sin duda alguna.

En este momento lamentablemente no hay más que esperar porque antes el contexto social no daba las condiciones, las herramientas ni la protección para que las mujeres accedan a estos espacios.

En este tiempo sí existe todo aquello que ayuda a las mujeres, ya sea para entrar en espacios de decisión u otros; ahora, con el ingreso de las mujeres al Colegio Militar, se está sembrando, con el apoyo de las normas, un nuevo futuro y se tendrá sus frutos de acá a unos años, cuando las mujeres no solo tendrán una gran participación, sino también poder de decisión en todas las Fuerzas Armadas de Bolivia”.

Mónica Novillo, coordinadora de la Mujer: ‘El bache interrumpirá el proceso de equidad’

“El bache (generacional) de alguna manera  interrumpirá el proceso que se hacía a favor de la equidad, todo con la no incorporación de las mujeres en los ámbitos de acción en el Ejército, producido por el cierre de admisión de las mujeres al Colegio Militar en pasados años. Las Fuerzas Armadas son todavía una institución vertical, pero esperemos que se pueda aumentar la participación femenina dentro de sus fuerzas.

Lamentamos que se vaya a producir esa situación (desfase de 22 años) y no haya una solución inmediata que se le pueda dar, a no ser que las mismas autoridades de las Fuerzas Armadas la busquen y la apliquen en los próximos años.

En los próximos años, esta ausencia perjudicará una gran cantidad de avances que teníamos en cuanto a logros e incremento de la presencia de las mujeres en los ámbitos de toma de decisión en distintos campos dentro del país, entre ellos los castrenses.

Todo lo que pasará en las próximas gestiones es una consecuencia de una mirada machista y ahora ésta se reflejará al presentarse 15 años de ausencia femenina dentro de las altas filas militares”.


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