Informe del PEN Bolivia sobre la libertad de expresión

libertad_expresion Introducción

El presente informe da cuenta del estado de situación de la libertad de expresión en Bolivia. Presenta las problemáticas que caracterizan esta realidad actualmente y los casos que la ilustran. La mayor parte de los problemas de represión a la libertad de expresión tienen que ver en Bolivia con la actuación de los Medios de Comunicación, con los cuales el gobierno de Evo Morales sostiene una tensión constante.

Se ha buscado como fuente principal la información proporcionada por la ANP (Asociación Nacional de la Prensa, son parte de ella los 20 medios más importantes de Bolivia) que cuenta con una “Unidad de Monitoreo y Vigilancia de la Libertad de Prensa y Expresión en Bolivia” y está encargada de registrar todos los casos de atropello, agresión, amedrentamiento u otras acciones estatales que coarten la información y el pensamiento en libertad.

Uno de los indicadores del actual “Proceso de cambio” en Bolivia es la precaria libertad de expresión. Incluso los analistas que reconocen bondades en el actual modelo político boliviano (indicadores macroeconómicos o inclusión de sectores antes marginados) aceptan como dificultad la restricción a la libertad de información y opinión, especialmente de la prensa y de los medios en general. Se trata de una problemática que comparte Bolivia (con matices propios) con otros países latinoamericanos como México, Ecuador, Argentina, Colombia, Venezuela y Cuba. Sin embargo, el gobierno declara que en Bolivia existe plena libertad de expresión. El presidente Evo Morales en una entrevista con el diario El Deber dejó entender que un 80% de la prensa está de su lado.



El estado de situación de la libertad de expresión en Bolivia

El informe denominado “Rastros y Rostros de la Libertad de Expresión de América Latina y Caribe 2013”, elaborado por la IFEX-ALC (Alianza por la Libertad de Expresión en América Latina y el Caribe), muestra que cada vez más agresiones y asesinatos contra periodistas están quedando en la impunidad ante lo cual no existe una voluntad política de las autoridades por revertir este panorama. Pero también suman otro tipo de agresiones: presión y amedrentamiento.

Con los gobiernos considerados “progresistas” en América del Sud, parece haberse iniciado la implantación de un modelo que atenta contra la libertad de expresión. Este modelo consiste en la intención de los gobiernos de turno de desacreditar a la prensa y copar la mayor cantidad posible de espacios en los medios de comunicación con el propósito de crear una hegemonía para que sólo se cuente una sola verdad: la versión oficialista.

Según César Ricaurte, este modelo funciona con tres estrategias en pleno desarrollo. En Bolivia, estas estrategias se manifiestan de la siguiente manera:

1. Desacreditar al periodismo, describirlo como mentiroso, corrupto o enemigo de los cambios. El discurso contra la prensa se construye con una poderosa propaganda estatal centrada en la victimización.

El presidente y otros dignatarios de estado: Vicepresidente, Ministra de informaciones, otros, permanentemente acusan a los medios independientes ante el pueblo como opositores. El pueblo que se identifica con Evo Morales, turbas, grupos del partido gobernante, atacan y amedrentan a periodistas, reporteros y camarógrafos.

Se consigna de este modo, el atentado sufrido en octubre de 2011 por el periodista Fernando Vidal y la trabajadora de radio Karen Anze, en la ciudad de Yacuiba, cuando un grupo de personas incendió el estudio de la emisora desde el que transmitían un programa de comentarios y noticias.

"El 2 de septiembre de 2012, el presidente Evo Morales sugirió a los productores de hoja de coca del Trópico de Cochabamba asumir acciones legales contra ‘los opositores que manejan los medios de comunicación’ porque los califican de narcotraficantes (El Día, A4.03.09.12)."

Los ataques verbales y físicos de organizaciones sociales afines al partido gobernante, están alentados por declaraciones y agresiones verbales contra el trabajo de los medios independientes.

2. El segundo elemento es utilizar el poder judicial. Se emprenden acciones legales contra periodistas, los procesos no avanzan o se paran antes de dictar sentencia. Se ejerce acoso judicial o administrativo. El informe titulado Estado de la Libertad de Expresión 2012 denuncia que las reiteradas advertencias del gobierno se consumaron en acciones como el juicio penal contra la Agencia de Noticias Fides (ANF), los periódicos El Diario y Página Siete por el supuesto delito de "difusión e incitación al racismo o la discriminación". Los incidentes de acoso administrativo, daños materiales a equipos de periodistas y medios, y normas que dificultan el acceso a la información pública y el trabajo periodístico también están registrados.

3. El tercero es un montaje de un círculo legal. Se crean leyes, decretos y normas para amedrentar a la prensa. Se legaliza una serie de mecanismos de control para amordazar la libre expresión. Es el caso de los artículos observados por la prensa boliviana en la “Ley contra el racismo y toda forma de discriminación” o el Proyecto del Ministerio de Transparencia que cambia el espíritu de apertura del decreto 28168, promulgado en mayo de 2005, antes del gobierno de Evo Morales, sobre el acceso a la información. Se restringía solamente dicho acceso, a datos secretos y de carácter reservado. Por el contrario, ahora, se incluyen 11 restricciones que limitan el derecho de los ciudadanos a conocer cómo se administran los recursos públicos (Denuncia de la ANP)

A estos elementos podemos añadir otros:

• Se castiga a los Medios considerados “opositores” o que publican noticias u opiniones que no gustan al gobierno con una serie de escarmientos que perjudican su funcionamiento y estabilidad. “La ANP que agrupa a los 20 medios impresos más importantes de Bolivia, señala su permanente preocupación porque las medidas gubernamentales despojan de ingresos financieros a los medios a través de impuestos y la publicación gratuita de mensajes educativos en espacios destinados a la publicidad, el principal ingreso para su sostenimiento financiero.”

• Se utiliza abiertamente el Canal 7(Canal estatal) y otros medios (el periódico Cambio o la red radial Patria Nueva, periódico La Razón) como medios de propaganda proselitista constante en favor del gobierno. Se invierten para ello ingentes recursos en propaganda política. El pasado 15 de octubre en la Universidad de la Plata Argentina, el Presidente Evo Morales declaró que hay que “descolonizar” los medios de comunicación privados e independientes “que son para la dominación”. Esta amenaza define la ofensiva política orientada a restringir la libertad de opinión.

• La impunidad en el caso del asesinato de tres periodistas en 2012, y la ausencia de resultados en las investigaciones y castigo para los responsables, es motivo de preocupación para la ANP que denuncia la impunidad de hechos que afectan al trabajo de medios y periodistas:

“A pesar de los reclamos de la ANP, la Fiscalía mantiene silencio acerca del proceso de investigación sobre los incidentes violentos que provocaron lesiones serias y posterior muerte del periodista de Radio Municipal de Pucarani, Carlos Quispe, el 29 de marzo de 2008. A cinco años del trágico suceso y ante la proximidad de la prescripción del asesinato del comunicador, la ANP recordó que la Ley del Ministerio Público obliga a la conclusión de las investigaciones, para establecer las responsabilidades de un hecho que es rasgo elocuente de impunidad. La Fiscalía ordenó la detención de supuestos responsables materiales del hecho, pero las pesquisas permanecen inconclusas y la justicia no llega”

Otro tanto pasa con el asesinato de la periodista de PAT Hanaly Huaycho, ultimada por su propio marido, un policía, en El Alto, el 11 de febrero 2013 por sospechosas motivaciones no esclarecidas.

• La represión fue evidente en el caso de los periodistas que cubrían la marcha indígena en defensa del Tipnis:

“La Asociación Nacional de Periodistas de Bolivia (ANPB), la Asociación Nacional de la Prensa (ANP), la Asociación Boliviana de Radiodifusoras (Asbora) y la Asociación de Periodistas de La Paz (APLP) rechazan categóricamente las afirmaciones del Presidente del Estado Plurinacional, Evo Morales, que se estrelló contra los medios periodísticos luego de las agresiones y violaciones a los derechos humanos cometidos por su gobierno contra los indígenas que marchaban defendiendo el territorio del Parque Nacional Isiboro Sécure. Deploran profundamente que sea el Presidente quien se contradiga a sí mismo en menos de 24 horas, después de felicitar primero a los medios de comunicación por la cobertura de la brutal agresión policial contra los indígenas del Tipnis y al día siguiente amenazar con librar una batalla contra la “falsedad” de los medios a los que calificó como “el mejor opositor” que tiene el gobierno.”

• Casos de periodistas y escritores que sufrieron intervención en sus espacios de expresión por declararse abiertamente críticos al gobierno:

-Carlos Valverde Bravo fue privado de su espacio de opinión en televisión.

-Wilson García Mérida tuvo que refugiarse en Brasiléia, frente a Cobija, se le confiscaron 2000 ejemplares de su periódico “Sol de Pando”, fue perseguido y según sus denuncias, torturado en Cochabamba.

-Claudio Ferrufino Coqueinot, Premio Casa de las Américas, ya no escribe en algunos periódicos en los que aparecía su columna “Mirando de abajo”. Se intentó privarlo de su Premio Nacional de Novela.

-Humberto Vacaflor sufrió presiones y persecución.

-Raúl Peñaranda, Director de Página Siete tuvo que renunciar a su cargo por un titular en su periódico.

-Oscar Ortiz Antelo fue privado de su espacio de expresión en la prensa.

-Marianela Montenegro fue agredida físicamente y sufrió el destrozo de sus equipos de televisión.

• La autocensura es una lamentable consecuencia de la restricción a las libertades de expresión basada en el amedrentamiento, las acusaciones de ser “terrorista”, “derechista” u “opositor al proceso de cambio”. El miedo ha acallado a la prensa y a la sociedad civil. La prensa ha abandonado en gran parte su rol vigilante, fiscalizador y de denuncia. Se prefiere callar para no entrar en conflicto con el poder. El humor gráfico y el humor escénico también sufren de autocensura. En los espectáculos como los café-concert se abandona el humor político por miedo a sufrir represalias.

Una caracterización de la situación actual es dada por Carlos Mesa (Premio nacional de periodismo 2012) en “Periodismo. Nuestros desafíos”:

“Irónicamente, en tiempos en que se habla de revolución democrática y cultural, de participación y miradas entre iguales, el periodismo boliviano enfrenta la realidad de una arremetida desde el poder, sin antecedentes en el periodo democrático inaugurado en 1982.

La estrategia del gobierno en este asunto es muy clara. Su proyecto de poder ilimitado, se apoya en la necesidad de un manejo unidireccional de la información, la propaganda y las ideas. La imposición de una hegemonía no es amiga del pluralismo. Un periodismo abierto y discrepante, con mirada crítica y con capacidad de interpelación, es la antinomia del discurso único, de la verdad política incontrastable convertida en dogma.

La táctica también es muy visible. Los medios del Estado, viejos y nuevos (el periódico Cambio o la red radial Patria Nueva, por ejemplo) son medios del gobierno, para el gobierno y por el gobierno, no medios públicos pagados por los contribuyentes destinados a responder a sus intereses de educación, cultura y entretenimiento.

“Si no puedes con ellos…”. Para reducir el espectro de la diversidad, a través de interpósitas personas o empresas, el gobierno ha logrado controlar la línea editorial e informativa de prestigiosas empresas de prensa, radio y televisión.

Lógica amigo-enemigo. Arremete contra los medios opositores. Son “neoliberales”, mienten, quieren desestabilizar al Presidente, están en contra de la dirección de la historia. Enjuicia a periodistas y empresas con acusaciones diversas bien o mal fundamentadas, basadas en nuevas leyes que permiten libre interpretación y acción discrecional. Fiscales y jueces contra periodistas. Resultado, el reino del miedo, el peor de los escenarios, la autocensura. Antes de ser acusado prefiero no decir lo que pienso, ser tibio…”

(Publicación: el 9 de diciembre de 2012 en Página Siete, Los Tiempos, Correo del Sur y El Potosí)

Tipos de agresiones, número y casos

Estadísticas con datos acumulados entre 2010 y septiembre de 2013

Fuente: Unidad de Monitoreo y Vigilancia de la Libertad de Prensa y Expresión en Bolivia.

Informe “Rostros y Rastros de la libertad de expresión en América Latina y el Caribe”

Resumen de Alertas por Categorías- Periodo 2010 a septiembre de 2013

Nº Tipo de agresiones 2010 2011 2012 2013

1 Agresiones físicas y atentados 13 19 33 10

2 Agresiones verbales y amenazas 25 27 17 8

3 Agresiones materiales a equipos de periodistas y de medios 1 4 5 2

4 Restricciones al trabajo periodístico 14 6 2 5

5 Alertas por normas o proyectos que dificultan el acceso a la información pública y el trabajo periodístico 1 4 7 4

6 Incidentes de acoso judicial o administrativo 8 13 10 4

7 Reconocimiento judicial a la vigencia de la Ley de Imprenta 2 1

8 Desplazamiento forzado, refugio o exilio 1 1

9 Detención 1 3 2

10 Intimidación/presión/vigilancia 1 2

11 Asesinato 1 2* 1**

12 Demandas judiciales contra agresores a periodistas

4 1

1. *Tres periodistas asesinados. Los casos continúan en investigación.

2. **Fue asesinada por su cónyuge, un oficial de policía.

Conclusiones

• Aparentemente en Bolivia hay libertad de expresión. El gobierno lo sostiene permanentemente. Los casos presentados nos hablan de que no es así. La palabra libre está cautiva por medios a veces no evidentes para la mayoría de la ciudadanía: desprestigio, manipulación, presiones, judicialización. En los hechos, los comunicadores y los Medios independientes sufren agresiones, presiones y represalias.

• Se percibe la instauración de un “Modelo” para monopolizar el pensamiento y la opinión pública a través de diferentes estrategias. Nos recuerda el “Plan Cóndor” por sus características comunes a varios países de Sudamérica.

• La autocensura es el lamentable logro del poder. La libertad se deja amordazar.

• El PEN Bolivia está alerta a esta realidad. Queremos siempre ser objetivos y sustentar nuestra posición con fuentes fidedignas en honor a la verdad. Se apoyó públicamente a Claudio Ferrufino Coqueinot, miembro del PEN Bolivia, con motivo del Premio Nacional de Novela. De igual manera, se defendió a un grupo de emblemáticas obras literarias nacionales que estaban siendo proscritas del currículo so pretexto de proscribirlas por “racistas”. Es nuestra misión estar vigilantes ante todo exceso que ponga en peligro la palabra en libertad.

Melita del Carpio Soriano

Ex – Presidente del PEN Bolivia