María Renee Rey : “Estaba en el avión cuando ocurrió el sismo en Iquique”

TESTIMONIO DEL DESASTRE. Contó cómo vivió el violento terremoto ocurrido en Chile. El temor se apoderó de los pasajeros del vuelo LAN-971 que hizo escala en Iquique.

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Las grietas revelan el paso del terremoto en una vía de Iquique. Casi un millón de personas tuvieron que ser evacuadas a estadios y escuelas. Foto: AFP.



EL DEBER, Bolivia

María Renee Rey viajaba de Santa Cruz de la Sierra a Santiago de Chile aquella noche del martes 1 de abril cuando la tierra se sacudió en Chile por un sismo de 8,2 grados en la escala de Richter. Su avión hizo una escala técnica en la ciudad de Iquique. En ese momento comenzó su pesadilla. Así lo contó a EL DEBER.

“Ese fatídico martes yo venía en el vuelo LAN-971, el cual realiza una parada en Iquique. Los pasajeros se deben bajar del avión para realizar el proceso de migración, este fue en completa normalidad. Luego esperamos unos 30 minutos para subir nuevamente al avión con destino a Santiago de Chile”, afirmó.

“En el momento en que estábamos subiendo y yo ya caminaba hacia mi asiento el avión empieza a sacudirse de forma muy brusca. Gracias a Dios me tocó estar arriba del avión porque las personas que venían por la manga se empezaron a caer por la magnitud del terremoto”, graficó.

“La tripulación nos hizo tomar asiento de inmediato y a tratar de tranquilizarnos diciéndonos que era el lugar más seguro arriba del avión, ya que este soportaba un terremoto de grado 10. Posteriormente, pasaban los minutos y no nos decían nada, yo las noticias las obtuve a través de mi celular donde ahí supe la magnitud real y que el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) ya había declarado la alerta de tsunami”.

Miedo e incertidumbre

“Lamentablemente, no había noticias por parte de la tripulación, ya que la torre de control dejó de funcionar por los daños causados en el terremoto. Luego nos hicieron descender del avión, era el único en la losa del aeropuerto. Todo se realizó de forma muy ordenada debido a que los chilenos sabemos que somos un país sísmico y que el pánico no puede atraparnos ya que la forma de evacuar debe ser de forma tranquila de lo contrario se pueden lamentar situaciones graves”, indicó Rey.

“Nos sacaron hasta el estacionamiento del aeropuerto donde estuvimos casi tres horas a la intemperie, ya que estaba prohibido ingresar al aeropuerto por el riesgo de derrumbes”.

“El personal del aeropuerto se retiró del lugar quedando así solo los pasajeros del vuelo y nuestra tripulación, la cual debo destacar se portó a la altura, siempre conteniéndonos e informando respecto de cuál sería el proceder. Allí nos ofrecieron abrigo y café, ya que el frío era intenso sumado a los nervios de no tener forma de escapar a una zona segura”, relató.

“Pasaban las horas con mucha angustia, ya que era inminente el riesgo del tsunami, desesperados, no sabíamos dónde refugiarnos. Quedamos completamente aislados, ya que se cerraron las carreteras hacia la ciudad por los cortes de energía eléctrica y los daños en esta”, afirmó.

“No sabíamos cuál sería nuestro destino, solo esperar a que se nos diera alguna noticia. A los niños y mayores de edad los refugiaron en unos vehículos”.

De vuelta al avión

“Pasadas las horas, el piloto del avión mandó a llamar a su tripulación dando la posterior noticia de que el avión despegaría del lugar para proteger nuestras vidas. Empezamos muy ordenadamente a caminar por el costado del edificio hasta llegar a la losa y así finalmente subir al avión”.

“Debo destacar la valentía del piloto, quien a pesar de no haber torre de control funcionando ni luces en la pista tomó la gran decisión de despegar, claro con permiso de la Dirección de Aeronáutica Civil, cumpliendo así con los protocolos de un vuelo de emergencia; lo importante era poder salir de ese aeropuerto y del abandono en que nos dejaron, horas después llegamos felices a nuestro destino. Realmente fue una pesadilla con final feliz”, indicó

Pobladores sufren por el susto y el frío

Miedo, frío, sobresaltos y pánico es lo que vivieron los cientos de miles de pobladores de Iquique, Alto Hospicio y Arica, las tres ciudades más afectadas por los terremotos que se desataron la fatídica noche del martes 1 de abril.

Sometidos a constantes sacudones, los poblados que rodean Iquique viven asediados por el temor y la penumbra, con fogatas que iluminan la noche e intentan aplacar el frío mientras resisten en carpas los coletazos del terremoto de 8,3 grados que castigó el norte de Chile.

"La tierra no deja de temblar, a cada rato se nos mueve el piso, por eso dormimos fuera de las casas", dice a la agencia AFP Lila Gómez Mamani, pobladora de Pozo Almonte, una comuna vecina a Iquique de unos 7.000 habitantes, muchos de los cuales se encuentran en carpas en un estadio.

En la noche del miércoles al jueves los remezones se sucedían. Y la ciudad fue sacudida por un nuevo terremoto de 7,4 grados de magnitud, seguido de réplicas menores.

Los habitantes, que pensaban que había pasado lo peor, volvieron a ser evacuados y cayeron nuevamente en la cruda realidad de vivir en la incertidumbre de un país altamente sísmico.

Miles de personas salieron de las áreas costeras para alojarse en zonas de seguridad luego de que el Gobierno de Michelle Bachelet emitió una nueva alerta de tsunami que fue levantada pocas horas después.

Gómez Mamani, de unos 60 años, y su familia juntaron trozos de madera e improvisaron una fogata a un costado de una pequeña cancha de fútbol.

Lo mismo hicieron decenas de familias, que rodeaban el fuego para vencer el intenso frío, de entre ocho y diez grados centígrados en las noches.

"Es la segunda noche que dormimos acá, de ninguna manera vamos a volver a la casa", dice la mujer, de origen indígena aimara, enfundada en un poncho y un chullo andino. "Todavía no hemos recibido ayuda", se queja.

En Iquique, la ciudad más cercana al epicentro del sismo del martes, y en la aledaña Alto Hospicio, fallecieron por infarto y aplastamiento una mujer y cinco hombres, uno de ellos un ciudadano peruano.

Prueba para Bachelet

1 El terremoto de 8,2 grados en la escala de Richter que azotó Chile y mantuvo por horas una alerta de tsunami puso a prueba la capacidad de reacción de la flamante presidenta Michelle Bachelet, quien cuatro años atrás enfrentó con errores un fenómeno similar.

2  Apenas tres semanas después de asumir su segunda Presidencia, a Bachelet le tocó de nuevo el martes encarar un fuerte terremoto que deja hasta ahora seis fallecidos.

3 Esta vez hubo una alerta de tsunami respaldada por informes técnicos oportunos, que llevó a evacuar unas 900.000 personas en los 4.300 km de costa de todo el país.

4  Bachelet se instaló en el Palacio de La Moneda para monitorear los daños, y a pocas horas del sismo decretó zona de catástrofe en las regiones de Arica y Tarapacá, donde envió a las FFAA.