23 productos están sujetos a los permisos de exportación

Restos. Los resultados, según los productores industriales y analistas, son el desincentivo a la producción y pérdida de mercados.


Paradójicamente, a partir del 2006, año que comenzó a acelerarse el alza de los precios internacionales de los productos básicos originados en el agro, el gobierno de nuestro país, desde el 2007 instrumentó medidas restrictivas a las exportaciones a 23 de ellos (entre primarios y derivados, según el Instituto Boliviano de Comercio Exterior-IBCE), bajo la lógica de «primero abastecemos el mercado interno y luego exportamos».



«El gobierno adoptó una política totalmente distinta en productos que son industrializados con mucho valor agregado. Con esas medidas, le impuso al sector agropecuario del país y sobre todo cruceño, un duro golpe que afecta directamente a la producción y con resultados negativos en la búsqueda de captar mayores ingresos y generar empleo», señaló Wilfredo Rojo, Presidente de la Cámara de Exportadores de Santa Cruz (Cadex).

En cambio, el economista Roberto Laserna puntualizó que dicha medida adoptada por el gobierno, siempre se hizo en varias partes del mundo, pero en la misma medida se tuvo un rotundo fracaso.»La medida que sigue sosteniendo ahora el gobierno, crea más problemas de los que resuelve. Definitivamente es un gesto demagógico de altísimo riesgo económico para el país», definió.  

Las maneras de la restricción
. En siete años de vigencia de las «trabas impuestas a las exportaciones» durante esta gestión del Presidente Evo Morales, las  prohibiciones se tradujeron básicamente en supeditar el excedente de la producción a cupos y autorizaciones previas, bajo el argumento de evitar cualquier situación de desabastecimiento de productos en el mercado interno y parar la presión inflacionaria como efecto de ello.

Al cabo de estos años, según los expertos en el tema, lo único que se ha logrado fue un desincentivo de la producción afectando directamente al sector primario del agro y la pecuaria.  Al mismo tiempo, en el eslabón final de la cadena productiva, se puso en riesgo los pocos nichos de mercado existentes a favor del país, incluso con pérdidas como la «cuota americana» de 50 mil toneladas para el caso del azúcar.

«Eso ha evitado un mayor crecimiento de los beneficios que traen las exportaciones, como el ingreso de divisas que permite incrementar las Reservas Internacionales Netas del país, dándole solidez a la economía y la posibilidad de importar lo que no se produce», argumentó, Jimena León Céspedes, Jefe de Unidad de Estadísticas, IBCE.

El argumentó del déficit. En el tema específico del azúcar, desde hace más de 20 años la producción es excedentaria.

Según los datos actuales de la Organización de Técnicos de la Agroindustria(OTAI), el consumo interno anual del país se encuentra en 8 millones de quintales, mientras que la producción el 2013, alcanzó a 10.857.528 quintales. Fue la zafra donde, a causa de las limitaciones a la exportación, se tuvo un bajón significativo dado que el 2012, se produjo alrededor 11,8 millones de quintales de azúcar.

En cambio, en el caso de la soya, el 80% de la producción se va a la exportación, debido a que el mercado interno apenas llega consumir un 20%.

Entonces, los productores, industriales, expertos en el tema y los empresarios cuestionan porqué  supeditar a los permisos, la exportación de productos agrícolas si el consumo interno es menor a la producción.

Bajo ese ámbito, Oswaldo Barriga, gerente general de Cadex señala que el sector productivo nunca ha puesto en riesgo la seguridad alimentaria del país. «Los exportadores bolivianos en ningún momento pusieron en riesgo el abastecimiento interno, más aún teniendo en cuenta que en algunos de los sectores tan solo el 25% de la producción es consumida por el mercado interno», señaló.

Además, Barriga señala como efecto de las trabas impuestas, la obtención de permisos o certificados de abastecimiento generan una burocracia adicional a la ya existente, por otro lado, dificulta a las empresas, su planificación logística y la suscripción de contratos a mediano plazo con sus compradores. 

Una cerrada posición. En su momento, el ministro de Economía, Luis Arce Catacora, señaló a El Día que los privados lo único que hacen es «velar su propio bolsillo y no el estómago de la población».

La autoridad de las finanzas públicas, recordó que el 2009, los empresarios nos dijeron que tenían suficiente azúcar para el mercado interno, cuando al poco rato, se tuvo el problema del desabastecimiento. Entonces el Estado tuvo que importar el producto para satisfacer la demanda. «Tenían libertad para exportar, pero qué pasó. No había habido ese azúcar que nos habían dicho. Desde entonces, hemos dicho primero garantizamos el mercado interno. Satisfecho el mercado interno, luego exportamos. Eso sigue siendo la pólítica», apuntó.

Ante esta situación, el economista, Armando Méndez, dijo que el gobierno comete un «gravísimo error» al prohibir exportaciones. «Las empresas de un país no producen para un país, producen para los que esperan comprar. Lo que un país tiene que hacer es exportar y el gobierno, si acaso faltara producto, debe importar en caso extremo. Pero de ningún modo debe poner trabas», apuntó.

«Con las restricciones se frena potencialmente la producción de alimentos. El único motivo que tiene el gobierno es mantener los precios bajos del mercado interno. Eso desmotiva a seguir produciendo más».

José Luis Landívar
Presidente  del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (Ibce)

«Hasta antes del 2006, todo era libre.  Los negocios eran entre el productor, el empresario y el comprador externo. Ahora todo depende de los permisos que se otorguen. Va en desmedro del productor.

Demetrio Pérez
Presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo(Anapo)


Situación
El comportamiento del mercado de ‘no tradicionales’

Maíz. Fue el producto que sufrió, el más golpeado con la medidas de los permisos, a tal extremo que el 2011, según los datos del IBCE no se exportó. Sin embargo, el 2012, esta situación cambió sustancialmente tanto en volúmenes de producción que fueron excedentarios y favorecido por los buenos precios internacionales, lo cual significó ingresos por el órden de 12.347.642. Pero por factores climáticos, otra vez, la producción declinó y el 2013, solo se exportó la mitad con relación al año anterior y por ese hecho, los ingresos bajaron a $us 5.913.820.

Carne. En este caso, la producción solo es excedentaria en 1% de lo que demanda el consumo interno. Se produce alrededor de 210 mil toneladas métricas (TM). El consumo interno está en el órden de 198 mil TM. El 2013, se obtuvo un permiso para exportar de 6.000 TM, pero de ellas, solo se exportaron 3.000 TM.  Es un producto que también depende de los permisos de exportación, más aún cuando el factor climático ha afectado el hato ganadero, el gobierno sostiene el criterio de abastecer el mercado interno.

Otros. Otras oleaginosas como el girasol y sus derivados, el sorgo y la soya, si bien siguen incrementando la producción, se encuentran supeditas a los permisos y cupos de exportación. Según la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO), el 2013, el área sembrada alcanzó 890.000 hectáreas y se alcanzó una producción de más de 1,8 millones de toneladas.

Dificultades
Las trabas más notorias para exportar

Productor. Según José Luis Landívar, Presidente del IBCE, al hacer que las exportaciones dependan de las decisiones gubernamentales, se provoca incertidumbre en el productor, tanto en la ampliación de la superficie cultivada y la mejora de los rendimientos productivos, quitándole toda la posibilidad de competir. «Eso evita, como sucedió desde el 2006,  la mejora de ingreso y aprovechamiento de los buenos precios internacionales».

Procesos. Según la Cadex la obtención de permisos o certificados de abastecimiento generan una burocracia adicional a la ya existente, por otro lado, dificulta a las empresas su planificación logística y la suscripción de contratos a mediano plazo con sus compradores.

Afectados. Todos los actores dentro de la cadena productiva se ven afectados, debido a que se desincentiva la producción, por lo que no hay un crecimiento en la oferta para el mercado interno y excedentes exportables. De igual manera, también se afecta a los ingresos del estado que podrían recaudar más por tributos.

Consecuencias. Se ha perdido oportunidades de crecimiento y desarrollo económico para el país. «Si se hubieran potenciado las exportaciones ‘no tradicionales’, la demanda agregada hubiera tenido un desempeño más dinámico y por ende mejores tasas de crecimiento», argumenta Barriga, gerente de Cadex.

Punto de vista

Carlos Schlink
Economista de la Fundación Milenio

«Al caerse la producción,  caen también, las inversiones «

«En ninguno de los casos, es apropiada esa medida de restringir exportaciones, mejor es incentivar a la producción. La principal consecuencia es la pérdida de mercados, al dejar de ser un país serio, que no cumple con sus compromisos con los mercados internacionales.

En segundo lugar, se sufren caídas de la producción de los artículos que se prohíben exportar, porque se desincentiva a los productores a mejorar sus rendimientos, debido a que sus costos son mayores, el precio del mercado interno no cubre los costos y el equilibrio se da en los mercados externos.

Además de caerse la producción, caen también las inversiones, se genera desempleo y se encarece el producto en el mercado interno. Los ejemplos son falta de acceso a crédito, tecnología, costo laboral muy alto, falta de infraestructura, apertura de nuevos mercados internacionales.

En contexto, toda la cadena productiva se ve perjudicada, porque la economía debe ser altamente activa, no se puede estancar ningún sector, porque provoca un desequilibrio en toda la cadena. Ahora, el primero en sufrirlo con esa política restrictiva del gobierno, es el productor primario ya que con el cierre de las exportaciones se quedan con sus productos, venden a muy bajo precio, los hacen tener excesivas pérdidas, dejan de producir y generan desempleo.

Y al ser que los 23 productos sujetos a los permisos, es la lucha frontal en contra de Santa Cruz, por parte del gobierno, que no quiere que el sector privado sea el protagonista del funcionamiento de la economía del país’.

Fuente: eldia.com.bo