Candidatos ‘cereza’ y otros ingredientes

Erika Brockmann QuirogaERIKAA tiempo de presentarse las listas de candidatos a senadores y diputados, medios y comentaristas destacaban la extraordinaria habilidad política del MAS al agregar a un variopinto conjunto de ciudadanos, representantes de ciudades y de cuotas de organizaciones sociales ahora empoderadas. Contradictoriamente, mientras se aplaudía el pragmatismo inclusivo del MAS, se criticaba a opositores por su cuoteo perverso y gelatinoso. En primera línea aparecieron personalidades interesantes, unas más polémicas que otras, todo con el afán de atraer el voto urbano y el de indecisos, en su mayoría poco favorables al MAS. Sin embargo, una semana más tarde, el núcleo duro sindical campesino cocalero del MAS manifestaba temor y dudas respecto a la lealtad de los llamados candidatos ‘invitados’.Este generoso ejercicio incluyente no sorprende. En las listas de 2005 y de la Constituyente, los candidatos invitados fueron varios, eran como las cerezas de la torta. Ya entonces algunos abandonaron el redil oficial discretamente, otros de modo más estridente. En 2009 se incluyeron perfiles espejo de las clases medias. Cinco años después se comprobó que, mientras algunos demostraban total obsecuencia, otros ingresaron al club de los ‘librepensantes’. Así, los también llamados disidentes sumaban la lista negra de los desleales y resentidos, muchos de los cuales deambulan con los expedientes –de juicios penales y civiles– bajo el brazo. Cuando el MAS sea nuevamente Gobierno, ¿qué ocurrirá durante la próxima legislatura, la cual el presidente aspira que sea de un único partido? Si ayer un candidato ‘cereza’ confesó, con espontaneidad, su criterio favorable a que el presidente debata con sus opositores, ¿qué pasará a la hora de levantar la mano para legalizar el cato de coca, hoy excedentario? El presidente no puede ocultar lo del cato, los taques de coca incrementados, los autos chutos campeándose.Lamentablemente, se trata del ‘masismo real’ ajeno al sentimiento de grandes mayorías citadinas que entre discursos y propaganda se intenta camuflar. Lo cierto es que las cerezas pescan votos. Mientras tanto, apuestas corren. Y es que la lista de los potenciales librepensantes espera paciente el impacto de la trituradora oficial: halcones y jacobinos.El Deber – Santa Cruz