“El enfrentamiento real será entre Evo y nuestra alternativa”

Samuel Doria Medina, candidato a la Presidencia de Bolivia por Unidad Demócrata. Dice que unió a las dos mayores fuerzas de oposición del país y presenta su programa

imageFoto: Samuel Doria Medina (centro) con periodistas de Página Siete.



Página Siete / La Paz

A horas de presentar las listas de quienes lo acompañarán en la campaña electoral de cara a las elecciones generales del 12 de octubre próximo, Samuel Doria Medina, candidato a la presidencia por la alianza Unidad Demócrata, conversó con Página Siete.

Página Siete.- Samuel, lo han mandado a debatir con su abuela. ¿Va a seguir insistiendo en un debate con Evo Morales?

Hemos planteado el debate con el Presidente no por un capricho personal, no es una cosa de Samuel. Creo que es una obligación de los candidatos, especialmente de un candidato Presidente, que tiene que rendir cuentas y explicar qué hizo con los 118 mil millones de dólares que se ha recibido en los últimos ocho años. Este candidato tiene que explicar por qué se han comprado aviones, autos blindados; por qué está por hacer otro Palacio de Gobierno, compra helicópteros; por qué se ha gastado 530 millones de bolivianos en el G77; por qué el país debe regalar joyas a sus amigos políticos, como ha sucedido en Santa Cruz. Son temas sobre los que la población tiene que escuchar una explicación. ¿Por qué no se ha invertido en salud y educación? Eso es lo que Morales tiene que explicar en el debate y, obviamente, nosotros explicaremos qué haremos con la cantidad de dinero que vendrá al país en los próximos años. Vamos a seguir exigiéndolo: si Evo Morales, como dice, hace las cosas escuchando al pueblo, tiene que debatir.

Página Siete.- ¿Es entonces el debate una interpelación al Presidente por cómo usa los recursos o hay algo más que quiere que escuche el país?

El país atraviesa una coyuntura económica sin igual, que posiblemente no se repetirá en el resto de nuestras vidas;  el país ha multiplicado sus ingresos por 20. Es preocupante y frustrante que habiendo tenido semejante cantidad de dinero, el Gobierno no haya tratado de resolver los problemas de fondo: no hay más industrias, si hace 10 años la industria contribuía al PIB en 16%, hoy la industria equivale al mismo 16%. No ha habido ningún cambio. La población que vive en pobreza extrema, es decir, con carencias alimenticias, es de 2,5 millones, un cuarto del total; todavía los jóvenes tienen que irse fuera del país para conseguir un trabajo. Al principio de este Gobierno fueron grandes migraciones a España y Argentina y, ahora, cada día se van 600 jóvenes a   Brasil, no al Mundial sino a buscar un trabajo.

Página Siete.- ¿Usted cree que lo puede hacer mejor?

Yo diría que Evo Morales ya ha tenido su oportunidad, no aprovechó adecuadamente para hacer un cambio real. Se ha olvidado lo que tenía que hacer y se ha dedicado solamente a aferrarse al poder. Ése es el objetivo de este Gobierno. Personalmente, estoy convencido de que el país no puede perder esta oportunidad. Por eso es que he dejado mis actividades empresariales totalmente. No tengo ningún cargo ejecutivo ni directivo en ninguna empresa, y he decidido dedicar el 100% de mi tiempo a cambiar esta situación.

Página Siete.-  Antes de que se definieran los binomios, hubo un  gran debate en torno a una fórmula única de oposición. ¿Qué pasó en el camino?

Está claro que el camino de la unidad no es una autopista asfaltada, sino es un camino sinuoso con baches, de tierra con huecos, pero es el camino. Hay que tener en cuenta la unidad deseable -que es lo que se busca-, pero llega un momento en el que se debe optar por la unidad posible. Nosotros hemos dado varios pasos con varias agrupaciones y personalidades, en una primera etapa, y después hemos logrado la unidad mayor. Hemos unido a las dos mayores fuerzas de oposición del país para crear un instrumento político que nos permita llegar al Gobierno y llevar adelante un programa integral; entonces, las alianzas políticas no son un fin en sí mismo, sino un medio para llevar adelante estos objetivos.

Página Siete.- Eso significó la ruptura de un primer proyecto, el Frente Amplio…

Algunas personas y agrupaciones que estuvieron al principio en el Frente Amplio, una vez que se concreta la unidad mayor con los demócratas, dicen: ‘bueno, hasta aquí llegó nuestro trabajo, nosotros no continuamos’. Son libres de hacerlo, no es que la unidad con los demócratas haya sido un as bajo la manga: todos sabían que negociábamos y todos reclamaban la unidad mayor. Algunos han dicho que todo ha sido porque Doria Medina quiere ser candidato. Hace dos años dije: «voy a ser candidato si es que tengo mayor apoyo;  si hay otro que tiene más apoyo que yo, lo voy a apoyar”. Se ha hecho un proceso de selección, diversas encuestas, hemos competido y yo he salido como el mejor en esa competencia. Mi candidatura está firmemente basada y esto también es reconocido por los demócratas. La unidad de absolutamente todos  es utópica.

Página Siete.- Usted dice que se ha hecho «la unidad posible”. ¿Qué nos puede decir de la salida del Frente Amplio de lo que se denominó el ala izquierda?, ¿es un giro a la derecha?

No comparto ese criterio. Como la misma Loyola Guzmán lo ha dicho varias veces, que le digan a ella de derecha como le han dicho los oficialistas, no tiene sentido. La dicotomía de derecha e izquierda ya no es válida en este momento; seguir pensando en derecha e izquierda es no entender lo que está sucediendo en el país. Yo he visto en el periódico de ustedes una serie de artículos que hablan de un electorado mucho más pragmático, que ya no se preocupa sobre quién es de derecha o de izquierda.

Página Siete.- Si no está en juego  la derecha ni la izquierda,  entonces ¿qué está en juego?

Está en juego la democracia, evitar que la perdamos. Ustedes saben mejor que yo que la libertad de prensa está en peligro. Sabemos que este Gobierno si no se compra un medio, lo chantajea con la publicidad y las llamadas para que no publique una cosa u otra cosa. Entonces, en esta elección no solamente están en juego las candidaturas, la vida de los políticos. Está en juego la libertad de expresión y ya sabemos lo que pasa en otros países, si este esquema continúa. Está en juego el futuro de nuestros hijos, la vida misma que vamos a tener los bolivianos. Claro, el Gobierno plantea que ellos son los únicos de izquierda y que todos los que no están con el MAS son vendepatrias, traidores. Incluso, el Vicepresidente el domingo pasado nos ha deseado la muerte a los opositores…

Página Siete.- ¿Cuál va a ser el aporte de Ernesto Suárez en la candidatura?, ¿no es liderazgo regionalista o más bien conservador?

Muchas veces en nuestro país tenemos estereotipos. Pensamos que la gente de oriente es conservadora y no es así. Para comenzar, Ernesto Suárez es una persona que ha estudiado en Cochabamba y tiene familia en el occidente del país. Ha sido prefecto y gobernador por más de un periodo  en  Beni y tiene mucho apoyo porque se ha dedicado a trabajar con los sectores de menores recursos. La única manera de que el MAS lo ha podido sacar es haciendo un golpe de Estado, no le ha podido ganar nunca una elección. Es prueba clara que él tiene respaldo popular en su departamento. Si fuera un conservador, una persona alejada del pueblo, no tendría ese respaldo.

Página Siete.- Ahora que empieza la campaña, ¿cómo están sus expectativas?

Muy bien. He estado en Trinidad, Santa Cruz y La Paz y veo que la población está cansada con este Gobierno, la gente lo dice. Los bolivianos han aprendido en 32 años de democracia y están conscientes de que los que están en el poder han dejado de lado el proceso de cambio, que era su bandera principal, se han dedicado al vivir bien de los del Gobierno y de sus familiares, a la corrupción.

El pueblo es sabio. La población ve que se necesita una alternativa. Yo veo que la población, conforme nos vamos acercando a octubre, va a estar muy atenta y no solamente se fijará en el mensaje sino en el mensajero.

Los expertos en ciencias políticas consideran que en estas elecciones el 90% de los votos se va a concentrar entre las dos principales fuerzas políticas. Va a haber cuatro o cinco candidaturas, pero sabemos que el enfrentamiento real será entre el Evo -el oficialismo, el Presidente candidato- y nuestra alternativa. Dependerá de la población hacer victoriosa nuestra alternativa.

Empleo, educación y salud son los ejes del programa de Unidad Demócrata

Unidad Demócrata tiene un plan con respuestas a los problemas del país. Son 77 páginas en las que se describe la ideología, se presenta un diagnóstico y una serie de propuestas. ¿Qué es lo central?, preguntamos.

«Resolver el problema de la falta de oportunidades económicas en el país. Queremos abrir 100 centros de innovación tecnológica (CITE) en las principales ciudades del país. Con esto vamos a resolver el problema de la migración de los jóvenes, se va a dar oportunidades a los que quieran pasar del comercio a la industria. En cada CITE se puede formar un mínimo de 500 personas por año. Con 100 CITE  podremos formar 50.000 emprendedores por año, y en cinco años serán 250 mil. No es la vieja idea de dar empleos (…) No es regalar pescado a las personas, sino enseñarles a pescar”, sostiene.

En cuanto a la educación, el punto central «es cambiar este absurdo de que se ha destinado el 1% de la inversión a salud y educación. Hay que dedicar, los próximos cinco años, por lo menos un 50% de inversión del país a salud, educación, seguridad ciudadana y servicios básicos, con la idea de que la bonanza de los buenos precios internacionales llegue a la gente”, añade.

¿Y en salud? «Creemos que el objetivo del seguro universal es posible, pero se necesita una inversión importante en infraestructura. Queremos equipar modernamente a los hospitales.