Evo confiesa su incapacidad

evojet Al rehuir el debate democrático en la carrera por la presidencia, Evo Morales confiesa su incapacidad o falta de preparación.

Si para su colega ecuatoriano Rafael Correa la alternancia es “una teoría burguesa”, seguramente para el cocalero el debate será un invento imperialista, solo practicable en el Norte donde los candidatos yanquis exponen sus divergencias en sendos intercambios televisados, pero innecesario aquí en el Sur donde los relojes giran hacia la izquierda y la verdad es monopolio de un solo partido.

En la sui generis “democracia” evista el debate es prescindible y la argumentación es sustituida por la mera descalificación, como la que esgrimen Evo y su co-gobernante García Linera, buscando estigmatizar como “vendepatrias” a sus adversarios políticos y alegando que por eso no debatirán con ellos.



Burda cortina de humo con la que se busca restringir la discusión sobre acuciantes problemas nacionales como la galopante hiper-corrupción gubernamental, el auge del narcotráfico con droga elaborada en base a la coca del bastión presidencial del Chapare, la creciente inseguridad ciudadana o el despilfarro de la bonanza económica temporal en lujos para la élite del régimen.

Así que, en vez de debatir como lo manda la ética democrática, Morales prodigará en esta campaña sus acostumbradas “evadas”, como ya lo comenzó a hacer hablando sobre las virtudes medicinales de la orina o la necesidad de proscribir al navegante Cristóbal Colón de la nomenclatura de espacios públicos…

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