Exportación de la semilla de chía boliviana creció en 327.085% en 12 años

Consumo. EEUU es el principal mercado para este alimento rico en fibra y proteína.

imageInfo volumen, valor y destino de semilla.

La Razón / La Paz



Entre 2002 y 2013, el valor de las exportaciones de las semillas de chía se incrementó en 327.086%, al haber pasado de solo $us 15.704 en ventas a $us 51,4 millones. El volumen también creció en 49.394%, de 19,6 toneladas (t) a 9.716 t.

El informe corresponde al Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), elaborado con datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El gerente general del IBCE, Gary Antonio Rodríguez, destacó que la chía es uno de los nuevos productos de mayor crecimiento en los últimos años.

Las semillas de chía son la fuente natural más rica en ácidos grasos omega 3 o ácido linolénico, que el cuerpo humano no produce, y se debe consumir de fuentes marinas o vegetales como las semillas de chía, que también contienen un importante porcentaje de ácidos grasos omega 6 y 9. A la vez es una fuente de fibra dietética, minerales y no tiene gluten.

Rodríguez detalló que durante la administración del presidente Evo Morales (2006-2013) el valor de las ventas al exterior de la chía creció en 24.593%, mientras que el volumen exportado subió en 7.035%, calificando las cifras como todo un récord.  

Jaime Hernández Zamora, gerente técnico y de servicios de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), cuya sede está en Santa Cruz, expresó que si bien la chía se produce hace muchos años en el país, en las tres últimas gestiones tuvo un “crecimiento impresionante” debido a que empezaron a llegar compradores del exterior y “posicionaron el producto en buen lugar”. 

Calidad. “Esta alternativa de producir chía, aprovechando que se da en buenas condiciones en Bolivia, porque es un producto de calidad reconocida internacionalmente, genera nuevas alternativas de producción para los productores y para seguir aumentado los volúmenes de exportación para el país”, indicó Hernández. 

Los beneficios de este grano y los ácidos grasos omega 3 que contiene hacen de la semilla de chía una excelente fuente de fibra. El pan integral con semilla de chía tiene un alto contenido de omega 3 y fibra. La suplementación con chía mejora factores de riesgo cardiovasculares en la diabetes Tipo 2, y otras propiedades.

La semilla de chía prolonga la glicemia posprandial (después de comer), resultando en una mejora de la sensibilidad a la insulina, ayudando a la prevención y tratamiento de la diabetes. Hernández subrayó que por estas propiedades de salud que tiene este producto es muy requerido en Estados Unidos, como principal mercado para Bolivia, así como varios países de Europa donde además se exporta.

El profesional precisó que por el momento la exportación es como materia prima, pero que se necesita plantas de industrialización para generar mayores inversiones y empleos que se requieren en el país.

Este alimento se produce principalmente en el oriente boliviano, aunque también puede germinar en los valles. Por el momento se planta en la zona este de Santa Cruz, en los municipios de Pailón, Cuatro Cañadas y San Julián. “Estimamos que para esta campaña hay unas 55.000 hectáreas de chía, la mayoría concentrada en estos municipios de Santa Cruz”, señaló Hernández.

En esta región existen por lo menos de 3.000 a 4.000 productores entre grandes, medianos y pequeños, apuntó el profesional, quien además dijo que al comenzar eran muy pocos pero que paulatinamente el número de agricultores fue creciendo en la zona.

Para la cosecha 2014 se calcula una producción de 30.000 a 35.000 toneladas de chía, una cantidad que puede varias dependiendo de las condiciones climáticas. “El año pasado hemos tenido muchas lluvias y eso ha afectado a los niveles de rendimiento”, indicó Hernández.

Precio. Informó que los precios de la tonelada de chía fluctúan constantemente debido al comportamiento de la demanda y la cantidad de producción. En este momento, señaló, el precio está entre $us 1.500 y $us 2.000 la tonelada. Sin embargo, el año pasado los precios llegaron a $us 4.000 y $us 5.000 la tonelada debido a que en los principales países productores como Argentina tuvieron que venir a comprar a Bolivia porque pasaron por “graves situaciones climáticas”.Mencionó que el precio internacional también varía mucho y no es como la soya o el café que tienen un precio en la bolsa de valores, mientras que la chía aún no está presente.

Después de Argentina y Paraguay,  Bolivia ocupa el tercer lugar en producción en Sudamérica. El producto nacional se caracteriza por su calidad, “porque aún nuestras tierras son fértiles y fuera de tóxicos, por lo que la producción es de alta calidad”.

Su consumo data de hace unos 3.500 años a. C.  

Desde hace 3.500 años a. C. la chía o salvia hispánica ya era para los mayas y los aztecas uno de los cuatro cultivos básicos destinados a su alimentación, junto al maíz, poroto y amaranto. La semilla es rica en mucílago, fécula y aceite. Tiene unos 2 mm de largo por 1,5 mm de ancho, es ovalada y lustrosa, de color oscuro.                                                             

Omega 3 previene las enfermedades cardíacas

Los científicos comenzaron a investigar las propiedades de estos ácidos grasos luego de detectar que los esquimales de Groenlandia tenían baja incidencia de enfermedades cardiovasculares. Su alimentación se basaba en pescados azules, ricos en omega 3. Se demostró que ayuda a normalizar la presión arterial, reduce el colesterol y otros.

La fibra de la planta evita varias enfermedades

Por el elevado contenido de fibra soluble que tiene la planta de chía, en contacto con el agua absorben varias veces su peso, dando la sensación de saciedad, ayudando a controlar el apetito, y logrando una mejor digestión, evitando el estreñimiento y la prevención de enfermedades como la diverticulosis y el cáncer de colon.

Las formas de consumo del producto nutritivo  

No requiere cocción ni lavado, se recomienda que las semillas se remojen en líquidos donde liberan el mucílago, produciendo un líquido gelatinoso. Puede ser añadido directamente a un vaso de yogur, leche, jugo o zumo de frutas. También se consume con cereales instantáneos como la avena. La semilla y avena se puede añadir a una sopa.