La ‘democracia’ del G-77 + China

Jimmy Ortiz Saucedo

jimmy-ortiz1 Me preocupa lo expresado en el punto 35 de la denominada Declaración de Santa Cruz, del G-77 + China, relativo a la democracia. Dicho punto dice: “Consideramos que la democracia es un valor universal basado en la voluntad libremente expresada de los pueblos de determinar ‘sus propios sistemas políticos’, económicos, sociales y culturales y participar plenamente en todos los aspectos de la vida.

Reafirmamos que, si bien todas las democracias tienen características comunes, ‘no existe un modelo único de democracia’, y que la democracia no pertenece a ningún país o región, y reafirmamos además la necesidad de respetar debidamente la soberanía, la unidad y la integridad territorial y el derecho a la libre determinación, así como el rechazo de cualquier intento de desestabilizar los sistemas constitucionales y democráticos legítimamente establecidos por los pueblos” (g77bolivia.com).



Es evidente la influencia del chavismo en esta definición. Una definición ambigua y hasta contradictoria, que presenta una ‘democracia’ de plastilina, que se puede acomodar a cualquier necesidad, incluso la de regímenes totalitarios. Y la verdad no me extraña, ya que esta declaración fue firmada por Robert Mugabe, Teodoro Obiang, Raúl Castro, Nicolás Maduro y Evo Morales. Quiero recordar que Bolivia es signataria de la Carta Democrática Interamericana de la OEA, que tiene rango supraconstitucional.

Esta Carta expresa, en su art. 3: “Son elementos esenciales de la democracia representativa, entre otros, el respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales; el acceso al poder y su ejercicio con sujeción al Estado de derecho; la celebración de elecciones periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo; el régimen plural de partidos y organizaciones políticas; y la separación e independencia de los poderes públicos” (oas.org).

El Gobierno Plurinacional, para ser coherente, debería optar por una de ellas, ya que son incompatibles entre sí. Si opta por la Declaración de Santa Cruz, debería renunciar a la Carta Democrática Interamericana.

El Deber – Santa Cruz