La revolución fallida de Evo Morales

JUSTICIA Nos referimos a la llamada “revolución de la justicia” impulsada por el gobierno cocalero, mediante la implementación de elecciones de magistrados judiciales vía voto popular.

Luego de que el régimen se ufanara durante varios años de haber realizado una reforma que -según sus voceros- sería emulada en otros países, llegó la cruda realidad, que no es otra que la de un sistema judicial aún más ineficiente, corrupto y politizado que el anterior.

El propio gobierno ha terminado por reconocer el fracaso, al punto de proponer el revocatorio de mandato a los magistrados que el oficialismo seleccionó en ternas para los comicios antes mencionados.



Pero aquí deben tenerse en cuenta dos puntos:

1) Al gobierno le salieron varías crías respondonas entre los jueces electos, por más que éstos tuvieran un origen pro-oficialista. Es el caso, por ejemplo, del magistrado del Tribunal Constitucional Gualberto Cusi, quien cuestionó la legalidad de la habilitación de Evo Morales para la re-reelección. Sucede que el hecho de tener un cargo fruto de una votación (por más amañada que estuviera) puede haberles dado algún margen de maniobra que no ofrece el puesto nacido del dedazo directo. Así que en los cálculos del Palacio Quemado puede estar, en el fondo, la intención de colocar nuevas autoridades judiciales aún más genuflexas.

2) Por boca de la ministra de justicia, Sandra Gutiérrez, se habla de promover una reforma constitucional para introducir nuevos cambios en el sistema judicial. Pero este propósito solo sería la excusa para comenzar a hacer modificaciones en el texto constitucional, con el objetivo central de incluir la reelección presidencial indefinida.

Razón de más para que la oposición extreme medidas para evitar la repetición de los 2/3 del Movimiento Al Socialismo en el Legislativo…

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