Roger Mario López Justiniano*
Recientemente el gobierno ha catalogado como gran logro el aumento del consumo anual de leche en el país. Según las estadísticas cuando Evo Morales ingresó al poder se consumían alrededor de 30 litros por persona y para el 2013 se consumía una cifra cercana a los 55 litros, ¡casi el doble! Hoy se habla de ‘democratizar el consumo de leche’ poniendo como objetivo los 100 litros per cápita para el 2020.
Asumiendo que ‘democratizar’ significa que los más necesitados obtengan el bien, hay que recordar que mientras el precio no sea cero, siempre habrá alguien que se quede sin consumir ¿adivine quién? Digo, además, que el gobierno lo ha catalogado como un logro aunque en realidad esto no está muy claro. Por ejemplo, estudios del profesor D. Ludwing y W. Willet de Harvard han revelado que ‘no existen pruebas sobre el beneficio de la leche en la salud’ y que el ‘hombre no tiene necesidad alguna de consumir leche de vaca’. Esto de alguna forma pondría en tela de juicio si efectivamente este aumento del consumo puede mostrarse como un ‘logro’.
Por el lado económico, que PIL rebaje sus precios en más del 30% como ha anunciado revela que en ese mercado se obtienen utilidades extraordinarias, en otras palabras, que goza de cierto poder monopólico y esta ‘alianza’ empresa-Estado (¿la famosa complementariedad?) podría ir encaminada a aumentar ese poder, creando ineficiencias y distorsiones aún mayores en el mercado. Por cierto, esta estrategia ya ha hecho acreedora a PIL de un millón de bolivianos en publicidad.
De cualquier forma, aunque el consumo de la leche fuera ‘deseable’ a tal punto que el Estado deba intervenir para fomentar su consumo, habría que buscar la forma menos costosa de hacerlo, cosa que el mercado puede resolver a través de la competencia. Si nuevas empresas ingresan a la industria el precio tendería a la baja provocando el mismo efecto. Además, si PIL tiene un rango de 30% para bajar sus precios y seguir produciendo, ¿por qué todavía no se han incorporado más empresas al sector? Lo que es a mí, no me queda del todo claro.
*Estudiante de Economía