Promesas incumplidas de aumentos salariales a los policías de bajo rango acabaron por traducirse en un motín que abarca los nueve departamentos.El gobierno alega que los incrementos de salarios a ese segmento durante la gestión de Evo Morales fueron superiores a la inflación, pero esto se dice en base a las dudosas estadísticas del INE, que ha incluido artículos tecnológicos en la canasta familiar para compensar el efecto numérico de la alta inflación alimentaria.Por otra parte, los amotinados reclaman una mayor nivelación de sus bonos, misérrimos frente a otros, de naturaleza más política, cobrados por la alta oficialidad.La respuesta gubernamental es la de instalar una mesa de negociación recién en agosto, donde tras un trabajo de seis meses se podría incluir un aumento en el presupuesto del 2016. Algo que ha sido calificado, con justicia, como una “burla” por los efectivos que impulsan las protestas. Lo cierto es que la escasa capacidad negociadora del gobierno conduce a una situación preocupante para la seguridad ciudadana de la población, que quedará desprotegida mientras el régimen evista dilata el conflicto…[email protected]