Como en los viejos tiempos. Evo Morales acaba de dictar una medida por la cual los ciudadanos israelíes ya no tendrán ingreso libre a Bolivia, disposición que nos remite a la memoria de épocas oscuras en las cuales el pueblo judío tenía similares restricciones en el país y otras naciones.La arbitraria decisión presidencial se produce en el marco de la declaratoria de Israel como “Estado terrorista” (!) hecha por el régimen evista, a raíz de la contraofensiva israelí contra Hamas en la Franja de Gaza.El anuncio del caudillo cocalero viene a sumarse a muchas otras declaraciones anteriores, en las que sistemáticamente ha dejado entrever una clara animadversión contra Israel y sus habitantes.Y decimos contra sus habitantes porque, lejos de plantear sanciones contra un gobierno, las mismas se lanzan contra una población, medida que desprende un innegable tufillo racista.Si sumamos esto a antecedentes como el del “caso Dreyfus de Evo Morales”, con la persecución al empresario Jacob Ostreicher, o a los frecuentes ataques a sinagogas por fuerzas chavistas en el régimen gemelo de Venezuela, hay bases para decir que tal vez estemos frente al nacional-socialismo del siglo XXI…[email protected]