Róger Pinto visita a su familia en Acre. Su abogado denunció que el Conare archivará su caso hasta después de las elecciones en Brasil. Pinto se ve preocupado por los comicios en Bolivia
Un año en Brasil y Pinto no logra despolitizar su caso
Róger PInto junto a una de sus nietas, en una de sus visitas a Acre
EL DEBER, Santa Cruz, Bolivia
Mañana cumplirá un año en Brasil. El senador Róger Pinto, que el 24 de agosto de 2013 salió de la embajada de Brasil en La Paz rumbo a Brasilia, aún aguarda en la incertidumbre un refugio definitivo. Es más, su defensa teme que si la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, es relecta, será un “cuadro preocupante” para el boliviano.
Su abogado, Fernando Tibúrcio, denunció que la campaña por la relección de la presidenta Dilma Rousseff postergó la decisión final del Comité Nacional para los Refugiados (Conare) en Brasil, sobre el caso Pinto. “Ni el primer acto, que es la entrevista al refugiado, se ha hecho. Hay una interferencia política clara, donde piden que el proceso sea evaluado solo después de las elecciones en Brasil porque el Gobierno fue muy afectado por esto. Se cuestionó mucho la política externa brasileña y por eso no quiere que el caso sea evaluado antes de los comicios (de octubre)”, declaró a EL DEBER.
Tibúrcio consideró que el caso está tan politizado que esto no ha permitido que se designe al nuevo embajador de Brasil en La Paz, después de la crisis diplomática en la que Marcel Biato fue apartado de su cargo, al igual que el encargado de Negocios que sacó a Pinto de Bolivia, Eduardo Sabóia, que enfrenta un proceso en Itamaraty.
De hecho, desveló, el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado de Brasil, Ricardo Ferraço, que llevó en su avión a Pinto hasta Brasilia, condicionó la aprobación del nuevo embajador a la otorgación del refugio político a Pinto. Su defensa esperará que concluyan las elecciones, pero el abogado advirtió que si el Gobierno brasileño le niega refugio a Pinto “se generará un tremendo desgaste político”.
Preocupación por Bolivia
Pinto sigue viviendo en un departamento en Brasilia, donde hace un año llegó solo con una mochila a cuestas y aunque duerme pocas horas, según sus allegados, siente que no está tan mal, comparando con los 454 días que pasó encerrado en la embajada de Brasil en La Paz y la situación de otros perseguidos políticos que están presos en Bolivia, sin sentencia.
Con cierta regularidad, ve a su familia en el estado de Acre, frontera con Bolivia, y cuando ellos pueden lo visitan en Brasilia. Su entorno político de Pando también mantiene contacto telefónico con él, además de su exabogado Luis Vásquez Villamor y el expresidente Jorge Quiroga, hoy candidato a la Presidencia por el Partido Demócrata Cristiano. Pero una de las figuras políticas de las que mejores recuerdos guarda es del extinto Roly Aguilera, a quien consideraba su ‘amigo’.
Según su entorno, Pinto se siente preocupado por la situación política en Bolivia, donde la relección de Evo Morales postergaría aún más el retorno no solo de él, sino también de otros refugiados.