Voto cruzado y voto lineal

Carlos Cordero CarraffacaRLOS cORDERO 1El voto cruzado es un fenómeno electoral que surge en el sistema electoral boliviano a partir de las elecciones de 1997 y ante la introducción de circunscripciones uninominales para elegir diputados, otorgando así al ciudadano la opción de emitir dos votos en lugar del tradicional voto único, vigente desde la introducción del sufragio universal en la década de los 50 del siglo pasado.El voto cruzado, por tanto, es un derecho político reconocido al ciudadano por el cual puede emitir sus dos votos, el primero en la parte superior de la papeleta y un segundo voto en la parte inferior. Con el primer voto el ciudadano elige presidente y vicepresidente, cuatro senadores por departamento para un total de 36 senadores y 60 diputados en nueve circunscripciones que corresponden a igual número de departamentos. Con el segundo voto, que se emite en la franja inferior, se eligen 63 diputados uninominales, distribuidos en número variable entre los nueve departamentos. En cambio, el voto lineal es una opción, entre varias otras que tiene el elector, pues puede votar una sola vez, arriba o abajo, blanco o nulo.En las últimas semanas de campaña electoral, el voto cruzado y el voto lineal se han convertido en temas de la agenda política, con lecturas opuestas y polémicas. Autoridades de gobierno y representantes nacionales no fueron los únicos que exigieron a los simpatizantes del MAS votar en línea y no cruzar el voto, bajo amenaza de ser sometidos al castigo del ‘chicote’. El presidente-candidato del MAS, Evo Morales, fue el primero en llamar la atención sobre la importancia de la lealtad del voto.La razón por la cual el partido de Gobierno viene clamando por el voto en línea es porque, en anteriores elecciones (2009), el MAS perdió cerca de un millón de votos por causa del voto cruzado. Las cifras oficiales exaltan que el MAS obtuvo el 63,91% de los votos internos, cifras que corresponden a los votos emitidos en la franja superior de la boleta electoral, pero callan que perdieron el 28,10% (801.449) de los votos emitidos en la franja de diputados uninominales.Si esos 800.000 electores, que en el pasado cruzaron el voto, cambiaran también su preferencia electoral en la casilla superior de la papeleta, podrían convertirse en la pesadilla de las expectativas gubernamentales de arrasar en las elecciones de octubre. El voto cruzado expresa cierto desencanto con las listas de diputados uninominales. Si el desencanto llegara a la gestión presidencial y vicepresidencial, podrían cambiar los resultados de octubre.El Deber – Santa Cruz