Político chileno: «Yo sueño con un mar que nos una y que no nos divida, un mar con soberanía es posible»

La Paz. El ex candidato a la Presidencia chilena, Marco Enríquez Ominami (MEO), invocó anoche la integración de Bolivia y Chile, distanciados por el secular diferendo marítimo

MEO llama a unidad de Bolivia y Chile en Palacio Quemado con notas de ‘Si vas para Chile…’ como telón de fondo

imageEl presidente Evo Morales con Marco Enríquez Ominami, anoche  en el Palacio de Gobierno de La Paz (ABI)

    La Paz, ABI.- El ex candidato a la Presidencia chilena, Marco Enríquez Ominami (MEO), invocó el viernes por la noche la integración de Bolivia y Chile, distanciados por el secular diferendo marítimo que, con notas del tradicional aire folclórico ‘Si vas para Chil…’ como fondo por primera vez en el Palacio Quemado de La Paz, llamó a enmendar al presentar la biografía de su padre latinoamericanista.



    «Yo sueño con un mar que nos una y que no nos divida; un mar con soberanía es perfectamente posible», dijo Marco Enríquez Ominami, durante una alocución en la presidencial casona boliviana en presencia del presidente boliviano Evo Morales y del vicepresidente Alvaro García Linera, donde presentó la obra ‘Miguel Enríquez, un nombre en las estrellas’.

    Doctor en filosofía política e historia en centros franceses, Enríquez Ominani, líder de los progresistas chilenos, tercera fuerza política de su país, llamó a la unidad de Bolivia y Chile, que actualmente pleitean en la Corte Internacional de Justicia en La Haya por la asignación de una franja costera soberna a la primera potencia.

    «Sueño con que decidamos aquí nuestro futuro y no en Europa. Sueño a la Presidente de Chile en La Paz y al presidente Evo Morales en Santiago. Sueño cosas prácticas: vuelos directos entre La Paz y Santiago», afirmó el dirigente chileno en la casa de gobierno de Bolivia al abogar por la resolución del desencuentro bilateral de casi 140 años.

   image «La solución no depende solo de Chile, dependen también de Bolivia y de Perú», subrayó al evocar a su padre biológico, fundador del Movimiento de la Izquierda Revolucionario de Chile que resistió la dictadura de Augusto Pinochet.

    «Sé que Miguel Enríquez, mi padre, que no conocí, también soñaba eso (mar para Bolivia). Era un internacionalista. No conocí a mi padre porque lo mataron cuando yo tenía un año y estaba exilado, pero sin conocerlo lo quiero y lo admiro», afirmó el líder progresista chileno

    En el acto se escucharon las alocuciones del alcalde de la comuna chilena de Tocopilla, Fernando San Román, y del sobrino del malogrado presidente de ese país, Salvador Allende, Andrés Pascual Allende, como también del vicepresidente García Linera.

    También, sin antecedentes, la ejecución completa, al charango y la guitarra, del segundo himno chileno, por el maestro boliviano Donato Espinoza.

    El presidente Morales prologó el libro escrito por el español Mario Amorós, éxito de librería en Chile.

García Linera afirma que legado de Miguel Enríquez es la unidad de los pueblos sin tutelaje del imperio

    La Paz, ABI.- El vicepresidente Álvaro García Linera afirmó el viernes por la noche que el legado que dejo Miguel Enríquez, líder extinto del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR) de Chile, es revitalizar el concepto de intercionalismo revolucionario y la unidad de los pueblos sin tutelaje del imperio.

    «Leer a Miguel Enríquez es revitalizar el concepto de intercionalismo revolucionario, unidad de los pueblos y no tutelaje del imperio. Estoy seguro que si Miguel Enríquez estaría vivo sería un insurgente y no estaría contento con ver como algunos países todavía se someten a Estados Unidos», fundamentó.

    En un acto en el que presentó el libro «Miguel Enríquez: un nombre en la estrellas», escrita por el chileno Mario Amorós, dijo que con esa publicación ese líder político  deja un pensamiento vivo de que el socialismo «no es tranzar con los poderes externos».

    «No podemos llamarnos socialista si transamos con los poderes y con el imperio», subrayó el segundo del Ejecutivo boliviano.

    García Linera, tras recordar la vida del escritor chileno, que también luchó por la unidad de Bolivia y Chile, afirmó que su pensamiento cambió el método socialista de acceso al poder de una lucha armada a una democracia ampliada e impulsada por los sectores sociales.

    «Leer el legado de Miguel Enríquez  no es solamente la historia pasada, sino el futuro socialista de nuestro continente, el futuro integrado, articulado unificado de nuestro continente, pero por nosotros los latinoamericanos, sin padrinaje», fundamentó.

    Enríquez, líder del Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), médico neurocirujano, fue asesinado  por la tenebrosa Dirección de Inteligencia (DINA) que funcionó en la dictadura de Augusto Pinochet, el 5 de octubre de 1974.

    Enríquez nació el 27 de marzo de 1944 en Talcahuano. Como máximo dirigente del MIR decidió quedarse clandestino en Chile hasta que fue descubierto por la DINA.

    Tuvo tres hijos, Javiera, de su esposa Alejandra Pizarro; Marco (ex candidato presidencial), de Manuela Gumuccio; y el extinto Miguel Ángel de Carmen Castillo.

    Tenía 17 años cuando escribió en un cuaderno privado: Juro que viviré sin temor ni pusilanimidad, siguiendo sólo los dictados de mi conciencia, sin temor al ridículo, al que dirán o a la opinión ajena.