Jimmy Ortiz SaucedoNoticia: Crece la furia por los 43 estudiantes en México (El Deber 13-11-14).- Mientras crecen las protestas en México y en varios puntos del planeta por la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, unos 500 maestros y estudiantes mexicanos irrumpieron ayer en el Parlamento del convulso estado de Guerrero e incendiaron varias salas, además de cinco vehículos.Comentario: Esta trágica noticia lastima mi conciencia de ciudadano y ser humano ¿Cómo es posible que autoridades del Estado mexicano puedan llegar a estos extremos? ¿Cómo es posible que político, mafiosos y policías, sean parte del mismo equipo? ¿México es un Narco Estado? ¿Cómo es posible que un asesinato de esta magnitud sea motivado por un tema tan trivial? ¿Acaso no son normales las manifestaciones estudiantiles? Todas estas interrogantes tiene una sola respuesta: los cárteles del narcotráfico han tomado el poder político en México, abriendo las puertas del infierno.Este país hermano está viviendo la página más negra de su historia, el sufrimiento de su gente es cada día mayor. Los dólares de la cocaína están destruyendo la moral pública, el activo más importante que tiene toda sociedad.La unión del poder político y el narcotráfico no es un tema nuevo en México, expertos ya lo venían advirtiendo hace tiempo. La única novedad de la masacre de Iguala, en el Estado Guerrero, es la constatación que el problema lejos de disminuir continua escalado.Decía una publicación periodística del 2-09-10, titulada «El narcotráfico está dentro del poder político y económico de México»: «En las condiciones actuales, México como pacto nación no tiene posibilidades de sobrevivir». La frase resume la visión del periodista Sergio González Rodríguez, que investigó la trama del narcotráfico en su país (180.com.uy).Otro publicación del 11-01-12, titulada: «Campañas electorales, blanco perfecto del dinero del narco», decía: «En México los narcos avalan y financian candidaturas políticas: (24-horas.mx).No me cansaré de repetir las dramáticas palabras de Cesar Gaviria, ex Presidente colombiano y ex Secretario General de la OEA, del 9-02-10: «Los colombianos nos descuidamos, miramos para otro lado muchos años y cuando menos pensamos, el narcotráfico puso en jaque al país, las instituciones y la democracia y mató a dos candidatos presidenciales» (oem.com.mx)Los países bajo influencia de la tenebrosa cadena coca-cocaína, tienen que hacer todos los esfuerzos para frenarla primero y para erradicarla después. La viabilidad misma de los estados se encuentra en peligro. Se tiene que comenzar limpiando la clase política de su nefasta influencia.¿Y por Bolivia cómo andamos? Un titular de la prensa local responde la pregunta: Iglesia: violencia no es un fenómeno aislado, parte de crimen organizado (El Mundo 13-11-14): «La violencia no solo es narcotráfico, pues visualiza en el país un crimen organizado como un «pulpo», con ramas de donde se desprenden el contrabando, la trata de personas, los juegos clandestinos, la violencia intrafamiliar y el feminicidio entre otros, dice la iglesia», aseguró el Arzobispo Gualberti.Esta sentencia, emitida por la institución con mayor credibilidad en Bolivia, tiene que ser tomada en cuanta por quienes aman a Bolivia.Hoy por hoy la seguridad ciudadana, potenciada por la cadena coca-cocaína, es el problema número uno del pueblo boliviano. El Presidente Evo Morales, acuchando al pueblo y cumpliendo el artículo 172 de la Constitución, debe extremar esfuerzo para devolver a Bolivia la seguridad ciudadana perdida. La experiencia de nuestros hermanos mexicanos y colombianos, es demasiado funesta para que se repita en su Estado Plurinacional.Finalmente expreso mi vergüenza de vivir en uno de los países donde nace este flagelo de la humanidad, cuyas metástasis llegan hasta Ayotzinapa-México, causando dolor a muerte en pueblos hermanos.