Por instructiva del caudillo Evo Morales, el embajador de Bolivia ante Naciones Unidas, Sacha Llorenti, votó en contra de una resolución de la Comisión de Derechos Humanos que busca sentar en el banquillo de la Corte Penal Internacional al dictador de Corea del Norte, Kim Jong Un, por sus múltiples crímenes de lesa humanidad.El voto en contra del Estado Plurinacional se unió a otros, de dictaduras o regímenes híbridos (autoritarios con fachada democrática), como Cuba, China, Irán, Venezuela, Rusia, Bielorrusia y Ecuador, que hicieron causa común para defender a su colega totalitario, nieto e hijo de déspotas, y déspota él mismo.La larguísima lista de crímenes del estalinismo en Corea del Norte incluye la existencia en la actualidad de al menos cuatro grandes campos de concentración con 120.000 presos políticos, mantenidos en condiciones infrahumanas (trabajos forzados y privación de alimentos como método de castigo y control).La dictadura de Kim Jong Un está acusada de utilizar la cámara de gas para eliminar a discapacitados, así como de esclavismo, exterminio, asesinatos y desapariciones, torturas, violencia sexual, desplazamiento forzoso de poblaciones (etnocidio) y persecuciones por motivos políticos, religiosos, nacionales y de género.Salta a la vista que el voto de los autoritarios obedece a consignas de protección mutua: hoy por ti y mañana por mí.En cuanto a Llorenti, no esperábamos otra cosa del Represor de Chaparina…[email protected]