Mejor justicia para hacer economía

Christian A. Aramayo Arcechristian-aramayo¿Qué tiene que ver la administración de justicia, el estado de derecho con la economía de un país? ¿Qué relación tienen esas variables jurídicas con el desarrollo?Hablemos de confianza…Si el mercado es la institución espacio-temporal donde ofertante(s) y demandante(s) coinciden de forma voluntaria para efectuar una transacción; para que ésta funcione de una manera cada vez más eficiente se debe establecer un marco institucional que garantice y cumpla lo más que se pueda con los supuestos de un mercado eficiente (que dicho sea de paso, muy pocas veces se cumple); es decir, el marco institucional debe ser claro y tiene que gozar de la capacidad de velar por el cumplimiento de cada transacción (de cada contrato que implica esa transacción, para ser más específicos) reduciendo la incertidumbre y las asimetrías de información, generando un ambiente de competencia reduciendo las barreras para entrar a ese mercado, etc.El ser humano crea instituciones para reducir la incertidumbre que implica cada decisión (transacción).Un mercado completamente eficiente no existe –o existe en situaciones muy particulares, pero si podemos identificar una institución que alimente la eficiencia en las transacciones, esta es la institución –informal- de la confianza, con ella los costes de control son menores así como menores las asimetrías de información (porque simplemente las daremos por hechas); por tanto la economía en su conjunto se moverá más rápido y ello traerá mayores niveles de producción (la disminución de las asimetrías de información y distorsiones sobre todo en las tasas de interés mejorará la calidad de las inversiones) abriendo la posibilidad de tener no sólo una economía más grande, sino un país más desarrollado. Junto a la confianza cabe resaltar el rol de la institución de la honestidad para evitar señales distorsionen las circunstancias a la hora de tomar decisiones.Pero buena parte de los bolivianos y los latinos no solemos confiar en las personas, muchas veces ni siquiera en nosotros mismos. Por tanto, ¿Qué instancia debe ser la que garantice esa situación? Como casi todas las respuestas en economía, eso depende de qué instancia lo haga mejor,  o como nos gusta decir a los que estamos en el rubro: aquella que lo haga de manera más eficiente. Sin embargo la historia ha demostrado que la opción preferente en las sociedades ha sido otorgar al estado esa labor de administrar el cumplimiento de contratos a través de un sistema de administración de justicia y un ministerio público. Apelar al sistema judicial estatal se da, si y sólo si, los costes de llegar a un acuerdo privado son mayores a los de confiar esa garantía al estado. Esto tiene mucho que ver con lo que en Economía se llama el teorema de Coase, que versa más o menos así: bajo costos de transacción nulos, se llevará a cabo un intercambio eficiente de derechos de propiedad, independientemente de la decisión legal.En el caso boliviano, tan alto es el precio de confiar en el sistema judicial formal y ministerio público -en términos de dinero y fundamentalmente de tiempo-, que surgieron alternativas (instituciones) como la justicia comunitaria (muchas veces muy mal entendida) y la justicia por mano propia; incluso en diversidad de zonas de las ciudades de La Paz y El Alto (con más de 2 millones de habitantes) los ciudadanos organizados de forma voluntaria optan por colgar muñecos en postes de luz como mecanismos de persuasión a posibles asaltantes que estén por caer en la tentación de cometer algún delito para enviarles la siguiente señal: “aquí si te encontramos asaltando, ocuparás el lugar de nuestro amigo el maniquí”. Y ya hubieron decenas de linchamientos.Todo se trata de confianza: si los individuos no confían en el estado o su disposición no es clara, el estado no tendrá la capacidad de hacer cumplir lo que dispone a través de la ley y las normas formales vigentes; cuando el estado elabora una norma ineficiente o antieconómica, surgen instituciones informales más eficientes pero muy dañinas como la corrupción o el capitalismo de amigos; instituciones informales que a la larga premian a quienes les gusta quebrar las normas y como imaginará usted, construye un círculo vicioso de desconfianza generalizado ralentizando así,  el proceso de desarrollo. Es decir, cada vez que el nuestros gobernantes cometen un error -a pesar de sus muy buenas intenciones-, minan la confianza hacia el propio estado y con ello disminuyen las probabilidades de que el país al que administran sea más desarrollado.¡Señales claras!Por otro lado, si las personas no confían en la transacción que efectúan en el mercado (ni confían en los agentes que componen el mercado), los costes de control serán muy altos y la economía no sólo dejará de ser eficiente, se volverá peligrosamente en una economía poco competitiva a lo largo del tiempo sin importar los esfuerzos que hagan.Es por ello que instituciones formales como el órgano legislativo (que debe establecer derechos de propiedad claros), el ejecutivo (que los debe cumplir y hacer cumplir) y el órgano judicial y ministerio público, que manteniéndose independientes hacen parte del estado de derecho, son muy importantes para el desarrollo de una nación; al igual que instituciones informales como la el altruismo, la hospitalidad, la cooperación, la libertad, la cortesía, la honestidad y fundamentalmente la confianza. Por ello, el racismo es antieconómico, por ello la liberación de la mujer -en educación, salud y trabajo- en la historia de la humanidad ha sido y es una bendición de Dios, por ello la inclusión social y la libertad son instituciones que generan un quiebre histórico en las naciones para avanzar, y así con tantas otras cosas.Tomemos de ejemplo a la región donde resido a momento de publicar este artículo: Que Santa Cruz sea polo de crecimiento económico, que parte de su historia haya coincidido con instituciones informales como varias de las que mencioné y goce de uno de los sistemas de arbitraje privado más eficientes (aunque limitado al sector empresarial formal), no es coincidencia para su evidente desarrollo sostenido en el tiempo a diferencia de otras regiones que dependieron y otras que dependen de los auges coyunturales de los precios internacionales de materias primas. Ojo que aún quedan muchas instituciones informales que aumentan los costes de transacción como el machismo; Santa cruz pudiera ser mucho más grande de lo que es hoy.El desafío principal de esta región es la creciente desconfianza que está surgiendo, fruto de la inseguridad y narcotráfico, los casos de corrupción y el desprestigio que líderes políticos le dan a las instituciones formales a las que representan.Por tanto queridos lectores, si quieren ver a su tierra y a su gente crecer de manera próspera a lo largo del tiempo, demande del estado (en todos sus niveles) transparencia, una mejor policía y administración de justicia  eficiente y de calidad, no mienta -ni se mienta-, vote por gobernantes que harán cumplir la ley y fundamentalmente, no deje de tener ese espíritu de responsabilidad, hospitalidad y respeto que uno debe tener con socios, amigos, conocidos y desconocidos.