El próximo Bakovic y la sociedad exhausta

Raúl Peñaranda U.raul u OKEn una carta enviada al presidente Evo Morales por un director de la entidad Human Rights Watch sobre la mala situación de la democracia en el país, se hace especial mención a la escasa capacidad de la sociedad civil de organizarse y actuar frente a los abusos gubernamentales. Es verdad. La sociedad civil está exhausta y, en muchos sentidos, se siente incapaz de actuar para defender sus derechos y ayudar a apuntalar la cada vez más debilitada democracia boliviana.El caso de Gualberto Cusi es demostrativo de ello. La persecución que enfrentan Cusi y sus colegas Ligia Velásquez y Rosario Chánez, está destinada a amedrentar a todo el Poder Judicial. El mensaje que el Gobierno, en este caso encabezado por el Vicepresidente, desea enviar es que nadie puede osar desafiarlo en ningún plano. Y que no existen límites en ese sentido. No se detendrá aunque ponga en riesgo la vida de sus oponentes. Ya pasó con José María Bakovic y, también, con Fernando Kieffer y Guillermo Fortún porque se les negó adecuada atención médica cuando estaban detenidos. Cusi podría ser el próximo.El pretexto para procesar a Cusi y sus dos colegas fue que aceptaron analizar una demanda de inconstitucionalidad sobre la ley del notariado. El Vicepresidente calificó el hecho como «un ataque y una conspiración legal contra el Estado” y una «agresión contra los bolivianos”. Xavier Albó pone en duda esa explicación. En su reciente columna dijo que todo se hubiera corregido simplemente extendiendo por unos meses la vigencia de la ley anterior. Y que eso lo podía hacer el Legislativo, que encabeza precisamente García Linera.Y ahora Cusi es presa de una nueva persecución: no solo se lo acusa de faltar a una sesión del proceso contra él, pese a que estaba interno en una clínica; no solo se lo acusa de no presentar un certificado médico pese a que ello era imposible porque los médicos estaban en paro; no solo se lo obliga a permanecer diez horas en una audiencia en el Senado, en su silla de ruedas, hasta con pocas chances de ir al baño; no, ahora se mella más aún su dignidad al revelarse que padece una enfermedad incurable. Y luego el presidente Evo Morales juega con él y le dice que precisamente el ministro que reveló esa información se hará cargo de su atención médica. Es como poner al celador a cuidar la salud del torturado.Pero, lo más grave de este caso no es la violación de los derechos de Cusi, Velásquez y Chanez, sino que demuestra el control que el Ejecutivo tiene sobre el Órgano Judicial.El otro Órgano del Estado que demuestra su sumisión en estos días es el Tribunal Supremo Electoral que, mediante una ordenanza ilegal, ha prohibido lo que antes le permitió a decenas de personas, que legisladores se postulen a ciertos cargos en sus regiones aun si no residieron en ellas durante dos años. La decisión tiene un fin clarísimo: impedir que la candidata opositora y favorita de las encuestas, Rebeca Delgado, pueda postularse a la Alcaldía de Cochabamba.Hace poco, en una situación equivalente, el ministro Carlos Romero pudo postularse como senador por Santa Cruz, sin haber residido en esa región. Nuevamente, más importante que haberle quitado a Delgado el derecho a postularse, el caso refleja que el Tribunal Electoral está bajo control del Ejecutivo. Para no hablar de la inoperancia e ineptitud de los vocales que creen que vivimos en el Estado Plurinominal.Lo que nos lleva al caso del gobernador de Chuquisaca, Esteban Urquizu, quien organizó una farra en su despacho para cantar huayños peruanos, beber cerveza y hacer groseros chistes machistas. El video, del que se percató primero ERBOL, demuestra que estaba ebrio. No le pasará nada. La sociedad civil está exhausta, incapaz de limitar el poder de los poderosos, sin fuerzas para sancionar a los que violan las leyes y la ética.Una de las razones de esta falta de energía de la sociedad es la situación de los medios de comunicación. Con un número cada vez mayor de medios «paraestatales”, que adornan la realidad, minimizan las críticas, distraen la atención con temas secundarios y le lavan la cara al Presidente, cosas como estas seguirán sucediendo. Hasta que sea la democracia la que esté exhausta.Página Siete – La Paz