PATRIMONIO. La celebración del Pujllay en Tarabuco con la Pukara de fondo.
TRAS LA DECLARATORIA DEL PUJLLAY Y EL AYARICHI COMO PATRIMONIO
Verónica Cereceda, que elaboró la postulación para la UNESCO instó a recuperar y preservar la música, tejidos e instrumentos yamparas
Juan Pedro Debreczeni
Tras la declaratoria del Pujllay y el Ayarichi como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, la reconocida antropóloga Verónica Cereceda propuso encarar un proyecto integral de recuperación y preservación de todos los elementos de las expresiones yamparas para beneficio de las comunidades en base a sus usos y costumbres.El pasado 27 de noviembre, la UNESCO anunció que el “Pujllay y Ayarichi: música y danzas de la cultura yampara” ingresaban a la lista mundial de Patrimonio Inmaterial. Fue el resultado de un proceso que empezó en 2010 cuando la Fundación para la Investigación Antropológica y el Etnodesarrollo “Antropólogos del Surandino” (ASUR) en acuerdo con la Gobernación de Chuquisaca emprendió las investigaciones para la carpeta de postulación según los requerimientos de la UNESCO.El estudio de respaldo estuvo a la cabeza de Verónica Cereceda quien trabajó estrechamente con la etnomusicóloga Rosalía Martínez y la especialista en etnodanza Laura Flety, entre otras personas.El reconocimiento de la UNESCO en lugar de ser un fin es sólo el inicio, pues trae consigo una serie de compromisos para preservar las expresiones culturales de los yamparas, señaló Cereceda.
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PUNTOS CRÍTICOSLa investigadora identificó algunos puntos críticos que deben motivar acciones para garantizar la autenticidad del Pujllay y el Ayarichi.“No puede ser que lleguen miles de visitantes y vean que los bailarines no tienen abarcas o están tocando con instrumentos de plástico. No pues, la danza tiene que ser perfecta, con todo su esplendor. Por ejemplo, en el Pujllay se ha perdido el tocoro, un pinquillo grande, ahora tocan con pinquillos pequeños hechos de tubos de plástico, tendremos que rehacer todo eso”, señaló.Sobre el turismo dijo que debe ser controlado para evitar el impacto nocivo de grandes flujos de extranjeros a las comunidades indígenas, vulnerando sus usos y costumbres.Asimismo, es necesario recuperar la calidad de los textiles de antaño ya que de un tiempo a esta parte, según observó la antropóloga, el enfoque comercial provocó que las tejedoras jóvenes dejen de prestar atención a la calidad de los hilos, el entramado y otros elementos. Para ello propuso trabajar con unas 300 tejedoras de altacalidad que se constituyan en guías para el resto de las mujeres y transmitan sus saberes.
Gestiones
Cereceda indicó que sostendrá una reunión con el titular de Culturas, Pablo Groux, para elaborar una agenda de compromisos e impulsar todas estas acciones.
Fuente: Correo del Sur