De aguinaldos y extorsiones

Mauricio AiraMAURICIOAIRAOK_thumb1Mientras el ambiente está lleno de mensajes de optimismo y parabienes, el cronista que anda en incesante búsqueda de la verdad tiene que descender al plano de la dura realidad y confrontar a los empresarios medianos y pequeños que se han visto en decisiva coyuntura: pagar el aguinaldo DOS y/o cerrar sus actividades o reducirlas al mínimo. En otras palabras, han  despedido a sus dependientes.Cito dos ejemplos. Un empresario que produce materiales de construcción con 11 dependientes, obligado a pagar el segundo aguinaldo, se ha visto en la necesidad de despedir a nueve, se queda con dos y reorganiza su actividad para no ir al cierre definitivo. El otro caso de un panadero con cinco dependientes que hizo lo imposible para cumplir con el aguinaldo extra.Después de pagarlo, echa a la calle a tres y se quedan dos panaderos para no cerrar.Sin duda habrá empresarios de éxito que pueden pagar los 14 sueldos que marca la Ley. Sin embargo, también en las grandes empresas se escuchan lamentos como en la mayor productora de lácteos, con cerca de 2 mil dependientes y que tiene una planilla de cerca de 2 millones de dólares. Basta imaginar que entre el sueldo de noviembre y diciembre y los dos aguinaldos y el de enero, que suman cinco salarios en el curso de pocas semanas. Diez millones de dólares, ¿qué hacer? ¿Recurrir a los bancos? ¿Bajar el precio de sus productos? ¿Disminuir la planilla? No es fácil cumplir con una medida que fue en su momento representada, pero que les fue impuesta de cajón.No se crea que Evo Morales inventó el sueldo 14, no. En la historia laboral viene de cuando Banzer, cuya administración vivió “un periodo de bonanza económica impuesta por factores externos” llegó a decretar 15 sueldos. Los 12 mensuales, el aguinaldo navideño, el bono patriótico y el pago de primas a cargo de empresas bonancibles, o sea, los 15 sueldos han sido invento de los neoliberales, que no aparezca el MAS como descubridor de la pólvora.El tema de la extorsión a cambio de oficiales de la Policía que reciben denuncias de robo, aunque pronto acuden al denunciante. “Esto de la investigación del delito tiene un costo. ¿Podría usted entregarnos un anticipo de 500 bolivianos, para empezar?” Y cuando el dinero está en manos de “los inteligentes sabuesos”, pronuncian una breve advertencia. “Mantenga la boca callada, porque si dice algo a los medios o recurre a otras oficinas, su vida y seguridad están en riesgo. Algo le puede pasar”.  De modo que la ministra Suxo había tenido razón, la extorsión se ejecuta con maestría por oficiales de nuestra Policía Nacional.Los Tiempos – Cochabamba