Drogas, dinero, privilegios y lujuria en kioscos de cárcel El Abra

Cochabamba, Bolivia. El antiguo régimen de poder al mando del fallecido Ariel Tancara usó al menos cinco kioscos de los 21 existentes en el penal de El Abra como espacios para pasar momentos de diversión entre los que se hacían llamar “La Mancha”.

Drogas, dinero, privilegios y lujuria en kioscos de El Abra

Los Tiempos, Cochabamba

imageKiosco que en realidad era un cuarto de juegos usado por los exdelegados de El Abra. En la pared tiene una pintura con los nombres de algunos delegados como reflejo de su poder frente a los demás privados de libertad. Foto José Rocha Los Tiempos.



Cinco de los 21 kioscos que funcionan al interior de la cárcel de El Abra fueron sitios de lujuria, alcohol, droga y juegos con los que se lucraba y desde donde “La Mancha” (delegados) ejercía poder y gozaba de una serie de privilegios frente a la población común penitenciaria durante el régimen de tiranía del fallecido Ariel Tancara.

Tancara, Gustavo Tovar, fallecidos durante la balacera en este recinto el 14 de septiembre del pasado año, y Lindomar Bejarano, entre algunos, solían utilizar documentación de propiedad falsa a nombre de la “población penitenciaria” para transferir estos negocios a otros internos a quienes cobraban desde tres mil dólares.

En dos documentos privados de “transferencia de kiosco” a los que este medio tuvo acceso, se lee en su primer punto el nombre del nuevo adjudicatario, seguidamente existe la cotización del negocio, uno a 2.500 dólares y el otro a 3.000.

“Suma de dinero calculada con las refacciones y mejoras a la construcción; monto de dinero que será depositado en caja del recinto para bien común de la población, debiendo cancelar el total de la cuenta en cuatro pagos”, expresa el escrito.

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Foto: Baño privado en el kiosco de El Tancara que además era usado como lugar de encuentro y diversión entre sus seguidores.

Más abajo se lee, que estas personas “privilegiadas” a nombre del “recinto productivo de El Abra” aceptan las cláusulas anteriores y firman las partes expresando su conformidad. Ambos escritos de transferencia fueron realizados por el exdelegado interno, parte del grupo de “El Tancara” y transferido la pasada gestión a la cárcel de La Paz, Aníbal Camacho.

“Son documentos fraudulentos que no tienen ningún valor jurídico. Ellos pagaban diferentes montos de dinero para adjudicarse esto”, aseguró el gobernador de la cárcel de El Abra, Juan Carlos Corrales.

Sin embargo, estos espacios no sólo eran usados como una forma de lucro con su transferencia, sino que cinco de ellos fueron mejorados para convertirse en lugares donde se realizaban actividades para el grupo selecto de delegados donde la droga, alcohol y mujeres eran los ingredientes principales. A pesar de saberlo, ni la Policía o autoridades dieron la orden para requisar el interior de estos puestos de venta.

Por ejemplo, en lo que se hacía llamar el kiosco de Tovar se observa un cuadro pintado en la pared donde se leen ocho nombres con imágenes de canes jugando póker: Meneces, Alvarado, Ivan, Basilio, Chavo, Ducal, Belisario y Prado.

Según algunos internos que se encontraban cerca, la ilustración hace referencia que “los más capos” están jugando póker y que “el dinero viene como va, con cerveza y puchos”. Allí también existía una rocola con la que escuchaban la música que querían en presencia de mujeres.

Asimismo, en el kiosco que un día perteneció a “El Tancara” no sólo habían productos para la venta, sino que existía detrás de un estante, usado para camuflar, un cuarto amplio de aproximadamente siete metros por siete en el que se encontraba una cama, baño privado y una sala que era usada para reunirse con sus “amigos” para consumir bebidas alcohólicas y droga con trabajadoras sexuales de los mejores burdeles.

Asimismo, este mismo negocio que un día perteneció a José Toro, también trasladado a otro recinto en La Paz por su peligrosidad, fue construido con material del rubro de carpintería que nunca fue pagado. En el kiosco de Wilson Suaznavar se encontraron 24 pastillas de diazepam y celulares.

Según el delegado interno del penal, Marco Antonio Lucana, anteriormente estos espacios eran comprados por “capitalistas” a un costo de tres mil a cuatro mil dólares, donde los acreedores construían su dormitorio y conyugal como parte de sus privilegios.

La Ley 2298 de Ejecución Penal y Supervisión establece que la Dirección del establecimiento es la instancia encargada de autorizar a los internos a realizar mejoras en áreas privadas y comunes sin alterar el modelo arquitectónico y el sistema de seguridad del recinto. Aspecto que no se cumplió.

KIOSCOS BENEFICIARÁN A LOS NECESITADOS

En un trabajo coordinado entre la Dirección de Régimen Penitenciario, la Gobernación del penal y los representantes de los internos, se logró beneficiar a al menos once privados de libertad de escasos recursos o con alguna discapacidad física con los kioscos observados como parte de las nuevas medidas y cambios que se generan al interior del recinto.

“Si son sorprendidos vendiendo droga, alcohol o alguna sustancia ilícita inmediatamente se procede con la incautación del kiosco. Sólo se le hace un acta de entrega de sus productos y otro privado de libertad atenderá éste sin ningún costo”, aseguró el gobernador de El Abra, Juan Carlos Corrales.

El jefe policial explicó que se prevé que los dos representantes del penal se conviertan en administradores de los recursos de los kioscos, cabinas telefónicas y los siete rubros que generan un movimiento económico, pero bajo la supervisión de Régimen Penitenciario y la Gobernación del penal.

A futuro también se pretende crear una caja chica para situaciones imprevisibles como una enfermedad o algún problema social que pueda tener algún interno, agregó Corrales. Dijo que se pedirá una auditoría sobre los ingresos y egresos de estos recursos económicos para evitar que sean usados para beneficiar a unos pocos en detrimento de toda la población penitenciaria.

NECESIDADES

MARCO ANTONIO LUCANA, DELEGADO INTERNO

“Hay personas que necesitan los kioscos”

A los kioscos se les está dando una utilidad social y económica beneficiando con ellos a los internos que tienen la necesidad de generar un recurso económico y no tuvieron oportunidad porque muchos capitalistas acapararon el poder, pero ahora se ha descentralizado y se está afectando intereses. No se está haciendo ningún cobro a las internos que están agarrando los kioscos, pero se va a seguir identificando a las personas que no le dan utilidad.

AYUDA CON KIOSCO

FÉLIX MOYA, INTERNO BENEFICIADO CON UN KIOSCO

“Me siento satisfecho con la ayuda”

Sinceramente he visto democracia y estoy satisfecho con la ayuda que tengo. En el caso mío estamos entre dos en un kiosco que debemos partirnos. Yo tengo 74 años y trabajo en el rubro de pirograbado, pero estoy mal de la vista y he pedido descanso y tal vez puedo distraerme ahí. Voy a trabajar bien, no voy a hacer quedar mal a mis delegados y autoridades. Además tengo mis hijos en la universidad y debo ayudarlos en algo y no sean igual que yo.

RESPONSABILIDADES

ARIEL LUJÁN, INTERNO BENEFICIADO CON UN KIOSCO

“Para tener algo más que dar a mis hijos”

Yo soy del norte de Argentina y mi familia vive aquí en Cochabamba. Yo no tengo ingresos por eso he solicitado un kiosco para que pueda tener algo más que dar a mis hijos. Por mi parte estoy intentando conseguir presupuesto, porque vivo de los cuadros que hago en pirograbado y lo que vendo en el día. Tengo tres menores que están estudiando y debo pagar por eso. También me hago cargo de la luz, agua y la alimentación de mis hijos. Lo que gano no es suficiente para todo esto.