Luego de nueve años en el poder, en los que su gobierno ha incurrido en numerosos actos de injerencia en el sistema judicial, el caudillo Evo Morales habla de convocar a un referéndum “para que el pueblo decida” las reformas a la justicia.Por una parte, suena algo “pilatesca” la maniobra, una suerte de lavado de manos ante la crisis estructural en la administración judicial, en gran parte inducida desde el Órgano Ejecutivo, tanto por las citadas intromisiones como por el francamente fallido mecanismo de las elecciones populares de magistrados, impuesto por el régimen evista con candidatos afectos al partido oficial.¡Que resuelvan las bases!, parece ser la consigna del referéndum que reincide en el error de los comicios judiciales: electoralizar asuntos que en realidad deberían ser objeto de resolución meritocrática.Por otro lado, preocupa que el primer mandatario se haya declarado recientemente contrario al principio elemental y universal del debido proceso, lo que genera la sospecha de que la consulta podría tener el objetivo de debilitar aún más las garantías de juicio justo en un país donde los tribunales ya ejercen la inquisición contra disidentes y críticos…[email protected]