Candidatos minusválidos

Freddy Camacho CalizayaFREDDYCAMACHO_thumb«Evo y García Linera en intensa campaña electoral», titula un matutino de Cochabamba al referirse a la participación del Presidente Morales en la campaña masista en Tarija, donde ciertamente aparece tratando de apuntalar a su candidato a gobernador con un afán digno de mejor causa; y violando lo establecido en la ley 026 de régimen electoral.La temeridad con la que Don Evo Morales actúa en esta campaña, poniéndose en riesgo de ser acusado por delitos electorales, no tiene otra razón que haber constatado que sus candidatos sufren de una alarmante orfandad de convocatoria, por lo cual requieren apoyo político de quién en las elecciones generales sacó más del 60%, con la ilusión de que ese porcentaje se transfiera a estos candidatos que, cual minusválidos políticos, se cobijan bajo el alero presidencial.Lo sorprendente de la situación es que el Presidente Morales, y sus seguidores, insisten en una conducta que demostró ser más bien contraproducente para sus candidatos, quienes recibieron en la primera vuelta, el rechazo electoral entre otras razones porque la ciudadanía percibió como un abuso la intervención del poder central en favor de los candidatos oficialistas, resultado negativo que debía llevarles a evaluar la estrategia política general y hacer los ajustes correspondientes.Nos referimos a que ciertamente la estrategia que le permitió a Evo Morales alzarse con la victoria en las elecciones generales fue la de anular a los potenciales candidatos contendores, así anuló a los líderes regionales que en su momento formaron el CONALDE: Leopoldo Fernández, José Luis Paredes, Mario Cossío, Manfred Reyes Villa; neutralizó a Carlos Mesa, Eduardo Rodriguez Veltzé y Jaime Paz Zamora, y solo permitió la participación condicionada de Samuel Doria Medina y Jorge Quiroga, habiendo obtenido el resultado electoral que era a todas luces previsible. En lo interno, el celo para evitar el surgimiento de liderazgos alternativos fue más férreo, los casos de Félix Patzi, Luis Alfaro, Damián Condori, Rebeca Delgado, etc., dan fe de lo que afirmamos.Sin embargo, esa estrategia que en las elecciones generales fue la principal fortaleza, a tiempo de encarar las elecciones para gobernaciones y municipios, se convirtió en su mayor debilidad, ya que habiendo eliminado todo vestigio de liderazgo interno, se quedó huérfano de candidatos potables, cosa que no sucedió con la oposición que, ante la ausencia de referencias nacionales, emergieron nuevos rostros, gérmenes de nuevos liderazgos.Esta es una experiencia de la cual debemos aprender no solo el MAS, sino todos los partidos políticos y organizaciones sociales, ya que si queremos seguir mejorando nuestro sistema democrático, es necesario superar el fuerte rasgo caudillista presente en nuestra cultura política.