Édgar Darío González: “Tratamos de fundar una buena sociedad”

El domingo, Villa Runa Teatro inauguró la Carpa de Teatro Infantil, dentro del X Festival Internacional de Teatro, ocasión en la que el fundador y director de este elenco, Édgar Darío González, anunció su retiro
La Carpa de Teatro Infantil de Apac fue el escenario que escogió González para decir adiós

La Carpa de Teatro Infantil de Apac fue el escenario que escogió González para decir adiós

Con la doble presentación que tuvo el domingo de la obra Ojos abiertos, en la Carpa de Teatro Infantil, el artista, dramaturgo, titiritero y director argentino Édgar Darío González, de 78 años, anunció que se retiraba de los escenarios, poniendo fin, de esta manera, a una gran carrera de 65 años a favor del teatro, tiempo en el que Bolivia siempre estuvo presente.

¿Por qué decide poner fin a su carrera aquí, en Bolivia?Porque Bolivia es mi corazón, aquí es donde más trabajé y donde mejor lo hice. Aquí fundé el Teatro Runa, los títeres de Plaza y Camino. Trabajé mucho. Entonces, era casi una obligación despedirse aquí¿Cómo podría resumir estos 65 años de trabajo en el teatro?Es difícil. Difícil resumir 65 años de vida. No hay una frase. La única cosa que podría decir es algo que mencionaba Federico García Lorca: “Hay que ser jóvenes y vencer”. Teniendo en cuenta sus conocimientos del teatro boliviano, ¿cómo ha visto su evolución en estos años?Ha cambiado mucho. Cuando yo llegué aquí, la primera vez en 1969, y, entonces, estaban los grandes actores de La Paz, David Santalla, ‘Cacho’ Mendieta, Raúl Salmón con su teatro, Guido Calabi como autor. Pero después empezaron a llegar otros aportes, estaba Nuevos Horizontes, ellos estuvieron antes, después llegamos nosotros, hicimos escuela. Fue muy importante haber hecho escuela.Formamos mucha gente, les enseñamos a manejar los títeres, la expresión corporal.Después apareció un grupo que para mí es lo mejor que le pasó a Bolivia, que es el Teatro de los Andes; César Brie y mi hija Naira González formaron ese grupo en Yotala; con Gianpaolo Nalli trabajaron 20 años, es mucho.Creo que esta es una de las etapas más brillantes del teatro boliviano: Líber Forti en los años 40, nosotros en los años 70, Matías Marchiori con el teatro de la Villa en los años 80.Pero, ahora hay una escuela muy buena aquí, que es la Escuela Nacional de Teatro, que dirige Marcos Malavia.Se ha hecho escuela, se han hecho grupos muy interesantes como el grupo de Mabel Rivera en La Paz, Marisa Wilde, Ninón Dávalos, los Casís. Gracias a toda esta gente que ha hecho escuela hoy podemos ver un teatro de alto nivel en Bolivia.¿Qué fue lo principal que usted quiso transmitir al momento de poner en escena todas sus obras?Nosotros tratamos de fundar una buena sociedad. Después, tal vez hagamos buen teatro.Este era un axioma del teatro nacional popular de Francia, de Jean Billard. A nosotros nos sirvió esto como motivación. Primero está el hombre, están sus relaciones humanas, después viene la creación. Vos formás una buena sociedad, y después seguro que vamos a hacer un buen teatro.¿A qué va a dedicar su tiempo ahora?Yo hago esculturas, hago pinturas, hago muñecos también. Me iré a descansar. Me voy a España, donde resido. Mi papá era un indio del Valle Cachaquí, en Salta, y mi mamá era hija de españoles.¿Cuál es la importancia que usted le da a este tipo de festivales? Lo importante es que aquí se ven los colegas, pueden concursar experiencias, aprender unos de otros, sin resquemores y sin falsas modestias. Y ver, enterarnos, qué están haciendo los otros. Es lo importanteFuente: eldeber.com.bo