Mi madre es una mujer fuerte que superó un divorcio y continúo adelante con su vida. Le tocó comenzar nuevamente y seguir adelante con dos niños pequeños.
El camino no fue fácil pero fue uno que la hizo una mujer independiente y llena de sabiduría. Una sabiduría que a través de los años me fue transmitiendo en pequeñas lecciones que me han ayudado a superar y en muchos casos, evitar problemas.
Aquí, algunas de las muchas lecciones que aprendí de mi querida madre:
1. Compararte con otras mujeres no te llevará a ninguna parte
Es una pérdida de tiempo y energía, compararte con otras mujeres no vale la pena porque eres única y especial. Cada persona es un mundo así que procura y gasta tu energía en crear un entorno en el que te sientas cómoda y haya espacio para que aceptes a los demás y más importante, te aceptes a ti misma sin celos ni prejuicios.
2. Mejor estar sola que mal acompañada
Si no cuentas con buenas personas a tu lado, mejor es estar sola que andar al lado de gente que no aporta nada a tu vida.
Ya verás que poco a poco en la vida conocerás personas con las que establecerás relaciones beneficiosas para tu vida y futuro.
3. Una relación no marca tu felicidad
Casada, soltera o divorciada, de eso no depende nuestra felicidad.
Nacimos solas, ¿cierto? Así que deja de estar pensando en las novelas y los cuentos de hadas como tu ideal de la felicidad. Tú eres la dueña de tu vida y destino, nadie tiene que llegar a salvarte solo a acompañarte.
4. No necesitas pedir permiso
¿Permiso a quién? No necesitas pedir permiso para hacer lo que mejor entiendas es satisfactorio para tu vida. Rechazar oportunidades o simplemente no decidir algo simple por temor a su pareja o amigos, nunca debe ser la excusa.
Es tu vida, tú decides.
5. Perdona y continúa hacia adelante
Perdonar es saludable para continuar hacia adelante pero muchas personas obtienen tu perdón y creen que eres débil. Así que perdona por tu bien y pasa la página. Las personas que abusan de tu bondad no merecen espacio en tu vida.
Fuente: www.imujer.com