A Palmasola, el coautor y dos hermanos de mujer quemada

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El acusado admitió el abuso sexual a Sandra Llanos Araúz, pero dijo que ella se provocó las quemaduras. Los consanguíneos de la víctima son encausados por encubrimiento del hecho. Tres personas fueron encarceladas ayer por la muerte de Sandra Llanos Araúz (37), víctima de un acto de violación y de quemaduras supuestamente perpetrado por uno de sus hermanos y por un vecino del barrio Los Mangales, en el kilómetro 12 de la vía a La Guardia.Los detenidos por orden de la jueza cautelar, Roxana Encinas, son Carlos Juan Nogales Burgos (31), uno de los partícipes de la vejación a la mujer imputado por el delito de feminicidio; además de José María y Adán Llanos Araúz, hermanos de la víctima, procesados por el delito de encubrimiento.Sandra Llanos murió el martes en el hospital San Juan de Dios por quemaduras en el abdomen y en sus partes íntimas causadas el 3 de mayo por su hermano Juan Carlos Llanos Araúz (prófugo) y por Nogales, supuestamente porque la mujer se negó a seguir manteniendo relaciones sexuales con ambos en su casa donde estaban ingiriendo bebidas alcohólicas desde el día anterior.Optaban por el silencioEl fiscal Alberto Cornejo explicó que Nogales declaró haber tenido una relación sexual consensuada con Sandra y dio fe del acto incestuoso de Juan Carlos con su hermana durante ese día que terminó en descontrol; sin embargo, alegó que la mujer se prendió fuego a sí misma, versión poco creíble para el fiscal.Lo grave del caso es que los otros familiares e incluso vecinos de la víctima estaban al tanto del hecho y no hicieron nada para evitarlo. Esa situación llevó a la fiscal a procesar a los hermanos José María y Adán.La Defensoría del Pueblo ha registrado, de enero a la fecha, siete feminicidios en Santa Cruz.Los hijos de la víctimaEntretanto, la Fuerza Especial de Lucha Contra la Violencia (Felcv) está abocada a la captura de Juan Carlos, que huyó hacia el norte de Santa Cruz. La muerte de Sandra, aparte de destapar un duro drama familiar, dejó a dos chicos huérfanos: Mauricio (15) y Eduardo (6), que ayer, mientras sus tíos rendían cuentas en la justicia, enterraban a su madre en un cementerio de la zona.El futuro de ambos es incierto, sobre todo para el menor, ya que Mauricio aprendió a arreglárselas solo desde hace algún tiempo trabajando de lo que fuera para alejarse lo más posible del ambiente en el que vivía su madre por su adicción al alcohol.“Es doloroso denunciar a mi tío, pero una madre es una madre. Ella dio todo para mantenernos como madre soltera; se esforzó a pesar de sus borracheras. A mi padre no lo conozco, me dijeron que nos abandonó cuando yo era niño. A ella la recuerdo como una mujer valiente. Tal vez no estuve a su lado en sus momentos de angustia, pero voy a dar todo lo mejor de mí porque eso era lo que ella quería”, expresó el adolescente con mucha serenidad.Mauricio cursa el sexto de primaria en el colegio Nueva Esperanza y asiste dos veces a la semana a la iglesia evangélica Río de Agua Viva.

Fuente: Red Uno, El Deber