¿Afecta la elección del régimen cambiario?

Roger Mario López JustinianoRMARIOLa reciente caída del precio del petróleo, el anuncio de la FED de incrementar sus tasas de interés (¿fuga de capitales?) y la depreciación del real brasileño son noticias nada agradables para la economía boliviana, que se traducen en la reducción de la proyección de crecimiento del FMI, que para este 2015 pronostica una tasa del 4,3% inferior a la del 2014, que fue del 5,4%, e inferior a la estimación algo más optimista del Gobierno del 5%. También se nota malestar en la reducción de las RIN que, según datos del BC, mostró una tasa de crecimiento semanal negativa (0,08%). Por último, hay que señalar que, según el INE, después de un gran periodo de bonanza, la balanza comercial mostró un déficit de $us 28,82 millones, reduciendo las exportaciones e importaciones un 12,13 y un 2,69%, respectivamente, para febrero respecto a enero de 2015.Ante este escenario, aparentemente negativo para la economía boliviana, la pregunta implícita es cómo evitarlo. La teoría económica muestra que el mecanismo que la economía utiliza para amortiguar shocks macroeconómicos adversos es el tipo de cambio, el cual no es más que el precio de las transacciones bolivianas respecto a las extranjeras (definido de forma general). Entonces, ante un escenario negativo, este tiende a depreciarse (más bolivianos para comprar un dólar), lo que abarata las exportaciones (se exporta más) reduciendo así el impacto negativo. Lo contrario ocurre cuando hay shocks positivos; sin embargo, lo importante de esto es que, de tener un tipo de cambio flexible, este se ajusta automáticamente para atenuar la incidencia de los cambios mundiales en la economía nacional.Por último, dos datos empíricos: Larraín y Parro (2003), en una muestra de 147 países, demostraron la superioridad de un tipo de cambio flexible ante uno fijo (como lo tiene Bolivia), descubriendo que los países que adoptan el primero tienen un crecimiento promedio de su PIB per cápita del 0,4% más anualmente y son un 0,65% menos volátiles (un crecimiento más estable) que los con cambios fijos. Entonces, sobre el futuro de Bolivia, la elección del régimen cambiario parece que sí tiene importancia.El Deber – Santa Cruz