El desprestigio del marido de Gisele Bündchen


Tom Brady, jugador de los New England Patriots, en el acto celebrado el jueves por la noche. / POOL (REUTERS)

Tom Brady se bajó del helicóptero sonriendo. Y la mueca se convirtió minutos después en grandes carcajadas en un evento público previsto desde hace cuatro meses donde el quarterback tuvo que enfrentarse a las preguntas de los seguidos sobre el llamado Deflategate. El escándalo de los balones desinflados le persigue desde antes de la Superbowl, el mayor evento deportivo y mediático. Pero la estrella de los Patriots de Nueva Inglaterra no se deja derrumbar tan fácil.



Brady está considerado como uno de los 10 mejores jugadores en la historia de este deporte. En su registro acumula haber llegado a seis finales de la Liga de Fútbol Americano (NFL, en sus siglas en inglés), de las que se llevó cuatro títulos. Y eso tiene un precio. La lista Forbes coloca al deportista el once en su lista anual de deportistas mejor pagados, gracias a los cerca de 40 millones de dólares que se embolsa al año por el su contrato y los patrocinios.

El estratega de lo Patriots, que ha firmado hasta 2017, cuando cumplirá los 40 años, está casado con la modelo Gisele Bündchen, con quien tiene tres hijos. Horas antes de que hablara en el evento en un centro universitario en Massachusetts se vio a la top brasileña recientemente retirada de las pasarelas saliendo de un gimnasio en Boston, llevando una camiseta blanca con letras azules en las que se podía leer “vida feliz”. Pero su semblante mostraba más bien todo lo contrario.

El quarterback Tom Brady. / LUCY NICHOLSON (REUTERS)

La pareja fue una de las grandes ausentes el lunes en la gala del Met en Nueva York. La decepción de la pareja se hizo evidente el miércoles con el informe Wells, que puede acabar con la suspensión de Brady. Su acto público, de hecho, tuvo lugar justo un días después de que la investigación de Deflategate revelara que estaba al corriente de la trama.

Si el balón no está inflado con la presión que establece la reglamentación deportiva, el mariscal de campo puede jugar con ventaja al agarrarlo antes de lanzarlo. Las primeras sospechas ya surgieron cuando los Patriots se enfrentaron contra los Colts de Indianápolis en el partido de la eliminatoria que les llevaría directos a la Superbowl. Brady se limitó a responder a la pregunta de uno de los asistentes que no tiene nada que añadir.

Explicó que en este momento de la investigación no hay ninguna acusación formal en su contra, y que, por tanto, “tampoco hay reacción” sobre el caso. “Solo pasaron 30 horas. No he tenido mucho tiempo para asimilarlo por completo. Cuando lo haga, expresaré cómo me siento”, comentó en una conversación que tuvo como maestro de ceremonia al comentarista deportivo Jim Gray.

Tom Brady, con su premio como MVP. / John Samora (AP)

Como en el campo, no le tembló el pulso y se mostró siempre muy amistoso. Y como buen estratega, sabe que ahora no puede hacer movimientos en falso que le puedan arruinar la jugada. “Todavía hay un proceso que va adelante en este momento. Cuando concluya, quiero sentirme cómodo con las declaraciones que haga”, explicó. Lo que sí tiene claro es que el informe no le va a arruinar la victoria ante los Seahawks de Seattle.

El tres veces considerado como mejor jugador de la NFL asegura sentirse más profesional y orgulloso de su carrera. “Nada de lo que he logrado fue con trampa”, insistió, dejando claro que el último título para nada va a quedar manchado por este asunto. La vida, concluyó, tiene muchos altos y bajos. “Pasaremos por esto y quedará todo claro en su momento”, auguró, dando por zanjado también el asunto por esa noche.

Sandro PozziFuente: elpais.com