Populismo vs. República: Gloria Álvarez en Bolivia

José Manuel Ormachea*Caricatura20012015-1024x778Pude asistir a varias conferencias que brindó Gloria Álvarez en Santa Cruz. Esta joven politóloga guatemalteca  comenzó a causar furor en las redes sociales después de un incendiario discurso en contra del populismo que dio en el  Parlamento Iberoamericano de Zaragoza, España, el año 2014 para después convertirse en toda una celebridad mediática en nuestro continente.Gloria está causando bastante polémica en el mundo de la política pues, con su gira latinoamericana titulada «República vs. Populismo”, ha decidido confrontar de manera frontal al modelo populista, el cual -en su criterio- está encarnado, en mayor o menor medida, por los países que encabezan el proyecto del «socialismo del siglo XXI”.La conferencista, en su evento del hotel Los Tajibos, logró captar la atención de los presentes, más que nada  por su innovadora manera de hacer una presentación pues, con el lenguaje  práctico, bromista y sencillo de entender que la caracteriza, consiguió explicar a más de 1.000 asistentes, entre estudiantes, profesionales y autoridades cruceñas, sobre el fenómeno del populismo en América Latina y sus efectos negativos para una democracia.Álvarez, en primera instancia, propuso dejar atrás la dicotomía entre izquierdas y derechas, lo cual se constituye, en su criterio, en una polaridad anacrónica portadora de un falso debate y que forma parte de una estrategia, elaborada por los populistas para dividir a las sociedades en beneficio propio. La politóloga aseguró que en nuestra generación el debate va más allá, puesto que lo sustancial hoy en día es identificar a quienes apuestan por la construcción de instituciones democráticas (republicanos) y quienes no (populistas).Manifestó que la verdadera divergencia, hoy por hoy, se encuentra entre los Estados democráticos, quienes respetan las reglas de juego y fortalecen los controles y los equilibrios de poder  y los gobiernos populistas que «en nombre del pueblo” sobrepasan la ley, controlan y cooptan instituciones y reconstruyen al Estado a conveniencia.Esta estrategia de poder hegemónico, implementada por algunos gobiernos latinoamericanos, no es una novedad,  pues han existido líderes de todas las ideologías que la han utilizado, sobre todo por ser uno de los caminos «más fáciles” de concentrar el poder sin necesidad de utilizar la fuerza.La guatemalteca sostuvo que «el populismo es una forma de manipulación” de los gobiernos no democráticos, pues la manera más frecuente con la que populistas tienden de legitimarse es a través de lo que ella identifica como una «ficción” llamada «pueblo”, a la cual los populistas acuden en su retórica para diferenciar de quienes están con ellos (pueblo) de quienes no (anti-pueblo), otorgándole a la política un innecesario matiz confrontacional que lo único que hace es restar a la democracia y favorecer a su objetivos.En resumidas cuentas, lo que Álvarez trató de explicar fue que si se parte de la primicia de que la  «forma republicana” de gobierno, o lo que Robert Dahl conceptualizó como una «Poliarquía” -sistema que otorga una serie de garantías en el ejercicio democrático del poder como la división de poderes, las elecciones libres y justas, libertad  de expresión y asociación, entre otros- es el sistema ideal de gobierno, el estilo populista de hacer política, que implica la erosión y posterior desmantelamiento de la institucionalidad democrática, se presenta como naturalmente nocivo para éste.*Miembro de la Red Latinoamericana de Jóvenes por la DemocraciaPágina Siete – La Paz