En una consulta nacional, la empresa Mercados y Muestras recogió la opinión de la gente sobre algunas preocupaciones del papa Francisco en torno a la familia. La mayoría también rechaza que sacerdotes y religiosas se casen.
PÁGINA SIETE / La Paz
El 74% de los encuestados están en contra el matrimonio de dos personas del mismo sexo, según el estudio de la empresa Mercados y Muestras realizado a 800 personas en 40 ciudades capitales e intermedias del país.
En la encuesta mundial, encargada por el papa Francisco, en 2014, a propósito del Sínodo sobre la Familia, se incluyó un acápite específico sobre el tema.
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El Sumo Pontífice expresó en julio de 2013 que no se podía sentenciar a personas homosexuales. «Si una persona es gay y busca a Dios, y tiene buena voluntad, ¿quién soy yo para juzgarla?”, declaró. No obstante, reiteró la posición de rechazo de la Iglesia Católica al matrimonio entre personas del mismo sexo. «Todos ustedes conocen perfectamente la posición de la Iglesia sobre ese tema”, dijo.
Aunque las legislaciones de varios países la aceptan, la Iglesia aún no abre la posibilidad de unión de parejas del mismo sexo. Es más, hubo casos como el del sacerdote australiano Greg Reynolds, que fue excomulgado por defender el matrimonio homosexual y la ordenación de mujeres, según difundió el diario digital Info Católica.
En Bolivia, el tema de la unión entre parejas del mismo sexo empezó a visibilizarse con movilizaciones lideradas por grupos TLGB desde hace años.
En 2013 se presentó a la Asamblea Legislativa el proyecto de Ley de Unión Civil entre Personas del Mismo Sexo. El objetivo de la norma es que la pareja tenga derecho a legalizar su unión para que así los cónyuges puedan gozar de beneficios como herencias o el seguro de salud. No obstante, el vicepresidente nacional de la Comunidad TLGB, David Aruquipa, denunció que el proyecto «ni se tomó en cuenta”.
En cuanto a los resultados de las encuestas, estos muestran que sólo el 21% de la población está de acuerdo con que se permitan las uniones homosexuales. El 5% no supo responder.
El 78% no quiere que las parejas gays adopten
El 78% de los encuestados no están de acuerdo con que parejas del mismo sexo tengan la posibilidad de adoptar niños, según el estudio realizado por Mercados y Muestras.
«El niño, la niña, tienen derecho a tener papá y mamá (…). Ambos forman el ser del niño en su plenitud, las uniones homosexuales no llegan a formar ésto. Tienen carencias que vamos a ir viendo, ya nos están dando la razón las sociedades en las que hay esa posibilidad: no funciona y no es adecuado”, indica Vladimir Montecinos, docente universitario en Revelación, Fe y Doctrina Social de la Iglesia.
En Bolivia pueden adoptar parejas heterosexuales y solteros menores de 50 años.
Países latinoamericanos como Colombia, México, Argentina y Uruguay cuentan con legislaciones para adopción de niños por parte de parejas del mismo sexo. Un estudio publicado por la UNAM descarta el impacto negativo en el desarrollo de los niños adoptados por parejas homosexuales. «En comparación general con las parejas heterosexuales, no hay diferencias significativas en los efectos psico-sociales para los niños”, señala el documento.
De las 800 personas encuestadas, sólo el 18% acepta la posibilidad de que parejas del mismo sexo puedan adoptar niños. El 4% no sabe o no responde.
Punto de vista
David Aruquipa
Activista de derechos TGLB
«Matrimonio TLGB es un derecho”
Primero, yo creo que las encuestas deberían ser dirigidas a la población TLGB que quiere casarse. Porque al final son estas personas las que van a asumir el compromiso de unión de familia y no la sociedad en su conjunto. Es un derecho personal, individual, de familias y parejas que quieran contraer matrimonio.
Otra situación es que este es un asunto de derecho civil, no es un asunto de posición ideológica o religiosa. Los bolivianos vivimos actualmente en un Estado laico, donde uno tiene derecho a asumir la religión y cumplir las ritualidades que quiera.
El asunto de tener una familia entre personas del mismo sexo es un derecho civil, y ello otorga deberes, derechos, garantías que el Estado tiene que asumir y no la Iglesia Católica. Al final, esto se trata de que dos personas están pidiendo al Estado el reconocimiento legal y no a la Iglesia que les dé una bendición. Son dos cosas totalmente distintas.
Puede ser 75 o 90 el porcentaje que esté en contra, pero la sociedad no tiene que aprobar absolutamente nada, sino las personas. Entonces estaríamos diciendo que hay una discriminación de minorías por mayorías; en este país ya hemos pasado por esta situación.
Una población, por muy pequeña que sea, debe ser reconocida por el Estado. Hay una comunidad de TLGB que está demandando este derecho político y el Estado tiene que atender a estas personas, no a lo que pueda pensar el resto de la población.
Yo realmente lamento este dato de que el 74% de las personas todavía esté en una posición tan conservadora y retrógrada, en nuestro país que tuvo tantos avances. Lamento que exista este silencio, esta doble moral.
Creo que la población debe descolonizarse, entender que es un derecho al amor, la familia y a la felicidad.
Vladimir Montecinos
Excomunicador Arzobispado
«La unión debe ser de mujer y hombre”
La población boliviana no sólo responde mayoritariamente en negativa a esta opción por ser conservadora, sino porque hay una perspectiva de familia. Por eso la gente se casa, hay una visión como seres complementarios: varón-mujer.
Ese es un aspecto interesante, incluso en la cosmovisión andina, chacha-warmi, en la que uno es plenamente persona cuando se casa. Tanto a nivel andino como occidental, es fundamental. Por lo tanto, una legalización de las uniones homosexuales no es aceptada por la sociedad boliviana.
Por cada 30.000 matrimonios, existen 16.000 divorcios. Es cierto, es difícil convivir, pero eso no quiere decir que no se deban mantener estos formatos de familia. Hay que trabajar el tema de violencia de la mujer, crianza de los hijos y trabajo de equipo. Hay que trabajar en mantener el matrimonio, la que llamo familia nuclear, porque es lo que más conviene.
A pesar de las uniones civiles y el que no hayan tantos matrimonios religiosos, las personas que habitamos este país valoramos mucho la unión hombre-mujer.
Hay una corriente que se llama ideología de género que está promoviendo la homosexualidad de manera abierta. En los colegios les enseñan a los niños que no es importante tu genitalidad, lo que importa es cómo tú quieres alcanzar tu goce sexual. Es la capacidad de decidir tu opción sexual, hasta ahí, ya.
El problema es cuando se quiere homogeneizar el matrimonio, tanto de parejas homosexuales como de los matrimonios tradicionales. Lo correcto es que el hombre es hombre y la mujer es mujer. No estoy diciendo que el uno sea más que el otro, son iguales, son complementarios. Cuando hay esta ausencia de lo masculino y lo femenino, los niños no se desarrollan plenamente.