Ni amor ni religión, una visión objetiva del matrimonio gay

Cristian Hillmann Joffre*CRISTIANRecientemente el tribunal supremo de Estados Unidos declaró que todos los Estados tienen obligación de conceder licencias de matrimonio a parejas del mismo sexo, lo cual desencadenó furor en las redes sociales, en posiciones tanto a favor como en contra, lastimosamente muchas de estas posiciones están nubladas unas por una visión “amorosa” y otras por una visión “religiosa”, por lo que trataremos de analizar esta sentencia de una manera totalmente objetiva y científica para llegar a una conclusión coherente.Primero analizaremos que es un matrimonio, su finalidad y de donde previene, el matrimonio es una institución social que crea un vínculo conyugal entre sus miembros con la finalidad de crear una familia. Por lo que podemos asumir que tiene como fin el de procrear, y que la raza humana pueda seguir desarrollándose. Partiendo de este punto si es que el matrimonio es de personas del mismo sexo estos solo podrían formar una familia adoptando y por razones naturales obviamente no podrían procrear, por lo que no contribuirían en ese sentido a la raza humana, entonces si es un hecho natural que dos personas del mismo sexo se casen, imagínense que todas las parejas del mundo fueran del mismo sexo, tendríamos un problema y algún día nuestra raza sucumbiría ante la extinción por falta de natalidad, hablando siempre en términos naturales.Uno de los argumentos para la legalización del matrimonio homosexual es “nosotros también nos queremos y el afecto es la base del matrimonio y se nos está discriminando porque nosotros podemos querernos tanto como los heterosexuales”, entonces si es que fuera solo de afecto y no de procreación y familia como base de la sociedad de lo que se trata un matrimonio, entonces el estado no interviniera como lo hace y simplemente lo apartaría de su ordenamiento tal y como lo hace con las relaciones amorosas prematrimoniales, los noviazgos.Ahora, si tomamos el punto etimológico del matrimonio este proviene del latín “matris monium” que significa cuidado de la madre por el padre, ya que en esas épocas se tomaba a la madre como la que tomaba el papel fundamental de la formación del hijo. Por lo que si tomamos este punto también caeríamos en un dilema si se da un matrimonio entre personas del mismo sexo, en el caso de que sean dos hombres, se perdería por esencia la naturaleza del término matrimonio.No podemos dejar de lado también que las personas homosexuales, son tan personas como lo son los heterosexuales y nadie es quién para decir quién es “mejor” o “peor” por su orientación sexual, política, religiosa o por su condición económica ni tampoco por su raza. Todos en este sistema debemos tener los mismos derechos y las mismas obligaciones por lo que se nos tendrían que tratar, y dar las mismas consecuencias jurídicas y políticas a todos ni mucho menos podemos perseguir y castigar a las personas con distintas orientaciones sexuales como se lo sigue haciendo en varias partes del mundo, y esto no es un tema cultural si no un tema totalmente natural e intrínseco al hombre lo cual es su vida y su libertad de acción y pensamiento.Entonces si lo que se busca son los mismos derechos y consecuencias jurídicas para todos se debería crear para la figura de la “unión civil” que genere los mismos derechos y obligaciones que genera un matrimonio, para que así las personas del mismo sexo puedan gozar de los mismos derechos  y no sentirse ni estar discriminados para asi poder cohabitar todos en paz y justicia.Pero si por otro lado intentasen alcanzar al matrimonio en vez de la unión civil, lo que estarían haciéndose en realidad no es unirse si no desvirtuarlo, por lo que en realidad no estarían aspirando a algo que se vaya a seguir existiendo cuando lo alcancen, tal vez en realidad lo que se esté haciendo es una confusión de términos entre matrimonio y unión civil tanto de una parte como de la otra, esperemos puedan tanto los ordenamientos jurídicos y los activistas homosexuales en este sentido, aclarar sus falacias.Dirán también si es legal ahora es bueno, y podríamos considerarlo si ha sido así considerado por los altos tribunales americanos pero, si en la Alemania nazi con el derecho hicieron “justo” lo injusto con los judíos por qué ahora los americanos no podrán con el mismo derecho hacer “verdadero” lo falso con el matrimonio.*Director Académico – Casa de la Juventud