“La vida sin música sería un error”, dijo Nietzche y estas siete mujeres piensan igual. Apasionadas por la música desde temprana edad dedican su vida al canto, si bien se dedican a estilos diferentes, tienen más en común de lo que ellas creen.Ninguna llega a los 30 años y ya tienen su carrera formada. Son las únicas mujeres dentro de sus bandas, lo que aseguran que hace todo más divertido, pues el humor masculino es diferente. Cuentan que la química es imprescindible y que a veces deben ser más duras, pues al ser mujeres son más perfeccionistas, y muchas veces extrañan la compañía femenina. Otra cosa que tienen en común: la mayoría comenzó cantando en coros religiosos y algunas de ellas ha sufrido acoso por parte de fans indiscretos, pero han sabido manejarlo con respeto. Otra cosa que tienen muy en cuenta es el vestuario en el momento de las presentaciones, pensando siempre en el tipo de show que darán y en su ubicación.También hubo tiempo para pequeñas confesiones. La vocalista de la banda paceña Efecto Mandarina, Vero Perez, asegura que se viste dependiendo de su humor, aunque claro, para presentaciones en teatros o grandes auditorios le gusta usar vestidos elegantes. Rocío Montenegro cuenta que en su primera presentación casi se desmaya, pero aprendió a controlar los nervios. También le preguntamos sobre el acoso, dice que lo ha sufrido, pero siempre lo solucionó de manera diplomática, al igual que Romina Mazó que ha tenido que bloquear personas de sus contactos. Carla María asegura que lo más difícil es que no hay una plataforma que apoye a los artistas nuevos, que cada uno debe buscarse fondos y la manera de promocionarse. Camila Soruco sueña con cantar junto a grandes artistas como Myriam Hernández. Frances también es pianista y es maestra de este arte y ha grabado discos de géneros cristianos. Mientras que Andrea Castro quiere compartir su pasión, enseñando música luego de sus estudios
Vero Pérez:Su primera presentación fue a los siete años, en el teatro municipal con la Academia Honner, en donde perdió el pánico escénico para siempre. La vocalista de la banda de jazz Efecto Mandarina es comunicadora social y está comprometida con la música hasta la médula. Tiene cuatro discos con su banda y dos a dúo con Jorge Villanueva. Es muy vérsatil al vestir e imponente en escenario.
Andrea Castro: A los ocho años empezó a cantar en el coro de la iglesia, motivada por sus padres. Su primera presentación como solista fue en Londres en 2012, en la Radio BBC, en una gira con el coro Arakaendar. Si bien es cantante de música clásica, también tiene una banda de llamada Rock-Town, donde asegura que hay mucha química. Estudia Diseño Gráfico, pero tam-bién quiere estudiar música.
Carla María Vaca Díez: Intentó estudiar comunicación, pero se dio cuenta de que no era lo suyo y se dedicó a la música por completo, ahora estudia canto y lectura de partitura. Hace música con su banda Carla María y los Rockets. ¿su pasión? El blues. El año pasado lanzó su primer disco junto a La Maga, ahora prepara el segundo
Frances Peláez: Sus padres son cantantes de ópera, por lo que la música está en su ADN. No pertenece a ninguna banda, pero ha colaborado en presentaciones de the soul jazz band y La Maga. Aunque su especialidad es el canto popular, también ha incursionado en la ópera. Ahora aguarda por los resultados de Berklee College of Music.
Rocío Montenegro: Cantaba en coros, y era bailarina de ballet y de tango, pero en un partido de basquet se soltó los ligamentos de la rodilla, lo que la hizo abandonar el baile. Así que se metió enteramente en el canto. También toca la armónica. Fue vocalista de The soul jazz band, pero ahora es parte de Muddy Buddies
Camila Soruco: Es auditora financiera, pero siempre quiso ser cantante profesional, y empezó desde los cinco años cantando en actividades del colegio y más. A los 17participó en el programa Cantando por un sueño, donde conoció a Jorge Suárez, quien es su productor hasta la fecha. Tiene dos producciones discográficas al estilo de cumbia y música tropical.
Romina Mazó: Su vida sin el canto no tendría sentido. Su primera presentación fue a los 12 años dentro del concurso de canto infantil Cofre Mágico, donde ganó. Tiene dos producciones discográficas. ¿Su estilo? El pop, aunque también las baladas románticas.
“La vida sin música sería un error”, dijo Nietzche y estas siete mujeres piensan igual. Apasionadas por la música desde temprana edad dedican su vida al canto, si bien se dedican a estilos diferentes, tienen más en común de lo que ellas creen.Ninguna llega a los 30 años y ya tienen su carrera formada. Son las únicas mujeres dentro de sus bandas, lo que aseguran que hace todo más divertido, pues el humor masculino es diferente. Cuentan que la química es imprescindible y que a veces deben ser más duras, pues al ser mujeres son más perfeccionistas, y muchas veces extrañan la compañía femenina. Otra cosa que tienen en común: la mayoría comenzó cantando en coros religiosos y algunas de ellas ha sufrido acoso por parte de fans indiscretos, pero han sabido manejarlo con respeto. Otra cosa que tienen muy en cuenta es el vestuario en el momento de las presentaciones, pensando siempre en el tipo de show que darán y en su ubicación.También hubo tiempo para pequeñas confesiones. La vocalista de la banda paceña Efecto Mandarina, Vero Perez, asegura que se viste dependiendo de su humor, aunque claro, para presentaciones en teatros o grandes auditorios le gusta usar vestidos elegantes. Rocío Montenegro cuenta que en su primera presentación casi se desmaya, pero aprendió a controlar los nervios. También le preguntamos sobre el acoso, dice que lo ha sufrido, pero siempre lo solucionó de manera diplomática, al igual que Romina Mazó que ha tenido que bloquear personas de sus contactos. Carla María asegura que lo más difícil es que no hay una plataforma que apoye a los artistas nuevos, que cada uno debe buscarse fondos y la manera de promocionarse. Camila Soruco sueña con cantar junto a grandes artistas como Myriam Hernández. Frances también es pianista y es maestra de este arte y ha grabado discos de géneros cristianos. Mientras que Andrea Castro quiere compartir su pasión, enseñando música luego de sus estudios
